“Todos los días había la incertidumbre de que Escobar nos matara”

Colprensa - EL NUEVO DÍA
El exjefe del Cartel de Cali, Miguel Rodríguez Orejuela, salió en defensa de sus hijos. Explicó que en su momento cedió acciones de Drogas la Rebaja a su familia, al sentirse presionado por los atentados de Pablo Escobar, pues en cualquier momento podía ser asesinado.

A 21 días de cumplir 11 años de haber sido extraditado a Estados Unidos, Miguel Rodríguez Orejuela reapareció ante la justicia de Colombia. El exjefe del Cartel de Cali salió en defensa de sus hijos -acusados de cometer lavado de activos- y explicó que en su momento cedió acciones de Drogas la Rebaja a su familia, al sentirse presionado por los atentados de Pablo Escobar, pues dijo que en cualquier momento podía ser asesinado.

“Cuando se cedió Drogas La Rebaja a una empresa asociada a mis familiares, el propósito de la venta fue evidente, porque es de público conocimiento que Pablo Escobar, desde 1987, me declaró una guerra a mí y al Estado”, aseguró el exjefe del denominado Cartel de Cali, en medio de un juicio que se sigue contra familiares suyos, por lavado de activos.

“Esa fue una guerra que Escobar prolongó hasta 1993, cuando murió. Toda la disputa empezó porque no le aceptamos unas condiciones: él nos quería imponer cometer actos delictivos a los que no estábamos acostumbrados y que no íbamos a aceptar nunca, como era el terrorismo y la muerte de personas inocentes, ante esa negativa nos declara la guerra”, reveló Rodríguez Orejuela sobre el inicio de la confrontación entre el Cartel de Cali y el Cartel de Medellín.

El proceso que se sigue por lavado de activos contra nueve personas relacionadas con la adquisición de Drogas la Rebaja y Laboratorios Klessfor, luego de la cesión de las dos empresas hecha por Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela, involucra a cinco de los hijos de los excapos del narcotráfico.

Desde mayo de 2014, Humberto, Jaime y María Alexandra Rodríguez Mondragón, hijos de Gilberto; y María Fernanda y Juan Miguel Rodríguez Arbeláez, hijos de Miguel, se enfrentan a un juicio por los delitos de lavado de activos y concierto para delinquir.

La Fiscalía considera que la venta de Drogas La Rebaja y Laboratorios Klessfor fue una estrategia para que los Rodríguez Orejuela siguieran administrando los dineros provenientes de las actividades que adelantaba el Cartel de Cali y así ocultar la procedencia de los activos.

En ese sentido, desde su prisión en Estados Unidos, Miguel Rodríguez Orejuela aseguró vía satélite al juzgado Primero Especializado que sus hijos no son testaferros del Cartel de Cali: “Señor abogado y a toda la audiencia, somos padres y nos tuvimos que presentar ante la justicia de Estados Unidos, para enfrentar una pena de 30 años de prisión y vamos a terminar nuestra vida en una cárcel en Estados Unidos, pero queremos defender a nuestros hijos de esta injusticia, sabiendo que no se tiene las pruebas suficientes”.

Según el declarante, él y su hermano Gilberto cedieron las acciones de Drogas La Rebaja a sus hijos, ante la incertidumbre de que Pablo Escobar los asesinara en la confrontación entre los carteles de Cali y Medellín.

“Todos sabemos de los atentados que él (Pablo Escobar) hizo en Cali, por ejemplo cuando le pegó un tiro a un funcionario de la tienda del estadio Pascual Guerrero, solo porque se parecía a mí. También puso una bomba que destruyó media manzana, nos acabó varias droguerías, la vida de mi hermano y la mía estaban permanentemente en peligro”.

Ante una pregunta hecha por el juez especializado, Rodríguez Orejuela le aseguró que él y sus hijos estaban “en mundos totalmente diferentes”, esto al hacer la salvedad de que su familia nunca se relacionó con el narcotráfico y el posterior lavado de dineros de las actividades del Cartel.

“En absoluto, después de que la empresa fue cedida nunca hice una inyección económica (…) A ellos les pusimos una muralla de frente, la que no les permitía en absoluto hablar o relacionarse con algún tema del narcotráfico, especialmente esto con nuestros hijos”, testificó.

Miguel Rodríguez Orejuela y su hermano habrían tenido en cuenta para hacer efectiva la cesión de Drogas La Rebaja, que sus hijos habían trabajado en las droguerías desde que eran apenas unos niños.

“Cuando ellos tenían 11, 12 años, ya ayudaban en las bodegas, conocían cómo era la empresa, pero estaban alejados del otro mundo”.

“Después de la venta a mis hijos, dejé de relacionarme con la empresa, nosotros (Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela) éramos apenas bachilleres, mientras que ellos -sus familiares- eran personas muy capacitadas”, explicó el exjefe del Cartel de Cali, frente a las reiteradas preguntas sobre una presunta inyección de capitales del narcotráfico después de la cesión de Drogas La Rebaja.

El exjefe del Cartel de Cali aclaró que la investigación en su contra por narcotráfico inició formalmente en Colombia en 1994, lo cual conllevó a que fuera capturado en agosto de 1995 y extraditado a Estados Unidos en 2005.

“Hasta 1994, después de que murió Pablo Escobar, me incluyeron en una investigación por narcotráfico, en el periodo entre 1984 y 1988 estuve haciendo gestiones jurídicas en la Fiscalía General de la Nación, ante la Dirección del DAS, y el Ministerio de Relaciones Exteriores; en ese momento era un comerciante reconocido y público, a través de una institución deportiva”, explicó.

Luego de su extradición al país norteamericano, Rodríguez expuso ante los representantes de la Fiscalía y la Procuraduría que sus hijos ya no hacen parte de la Lista Clinton, y no se explica por qué las autoridades insisten en vincular a su familia en el lavado de dineros.

“El Gobierno de Estados Unidos ha cumplido con algunos acuerdos con nuestra familia: lo primero fue retirarlos de la Lista Clinton, por eso ante esa justicia ellos ya no son narcotraficantes, ni lavadores de activos, es extraño que en Colombia si los hallan incluido, llevándole toda la contraría a Estados Unidos”.

Al finalizar su intervención, Rodríguez Orejuela reiteró que por el “sentimiento a su familia”, nunca habrían usado a sus hijos como testaferros.

“No nos explicamos cómo llegaron a decir que nuestros hijos tenían también tres mil de sus empleados como testaferros, es una apreciación salida de los cabellos y que no tiene ningún sentido, no lo hicieron ni con mil, ni con 10”.

EL CONTADOR DEL CARTEL DE CALI

En su declaración, Rodríguez también aceptó que Guillermo Pallomari, el llamado contador del Cartel de Cali, trabajó con los dos hermanos en el manejo de las finanzas del narcotráfico.

“Me da pena decirlo, pero es la verdad, él llevaba todas las cuentas del narcotráfico (…). No creo que después de que hicimos el traspaso de Drogas La Rebaja, Pallomari se involucrara en las cuentas de esa empresa”.

Ante los cuestionamientos del Juzgado, que aseguraban que Pallomari llevaba dos contadurías, una legal para presentar ante las autoridades, y otra ilegal en la que se ocultaban los dineros del narcotráfico, Rodríguez se limitó a decir que el chileno tenía total autonomía frente a las finanzas del Cartel.

“Pallomari fue presentado ante nosotros como un experto en sistemas, para que llevara las cuentas que teníamos en común mi hermano y yo (…) Él tenía la autonomía de manejar las cuentas”.

“SOMETIMIENTO CON PRESIONES”

En un aparte de su declaración, el excapo del narcotráfico denunció que hubo “presiones” en Estados Unidos para que Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela hicieran un acuerdo con la justicia norteamericana, para agilizar su condena.

“Cuando admití cargos ante la Fiscalía fue un acto voluntario (…). En cuanto al acuerdo fue un acto libre, pero debido a una presión que había desde Estados Unidos y la preocupación latente que de no firmar el acuerdo, iban a involucrar a nuestros hijos”.

Credito
COLPRENSA

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