El Catatumbo, una zona a la que el Estado llega en camuflado

TOMADA DE INTERNET - EL NUEVO DÍA
Con las recientes desapariciones de periodistas en la región del Catatumbo los ojos del país y de las autoridades se han volcado a esta parte de Colombia, que desde años atrás ha padecido los rigores del conflicto armado.

Desde el sábado pasado se desconoce el paradero de la periodista colombo-española Salud Hernández, quien fue vista por última vez en zona del Tarra, y hasta el momento no se ha logrado determinar si se trata de un secuestro o si es que la también columnista está desarrollando un trabajo periodístico con la guerrilla del ELN, como lo aseguró Norbey Quevedo en su cuenta de Twitter @norbeyquevedo este martes: “ELN dice que tiene a la periodista Salud Hernández, no retenida sino haciendo trabajo periodístico voluntario. Pronto retornará”.

Asimismo, la directora de Noticias RCN, Claudia Gurisatti denunció que el periodista de este canal, Diego D’pablos y su camarógrafo, Carlos Melo desaparecieron el lunes pasado cuando estaban cubriendo la noticia de Hernández. Según un estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, El Tarra es una región con “débil presencia estatal”, y es que en esta zona delinquen cuatro estructuras del ELN, tres estructuras de las Farc, el EPL y dos bandas criminales: ‘Los Rastrojos’ y ‘Los Urabeños.

El Catatumbo, un “polvorín”

El Catatumbo, se localiza en Norte de Santander y comprende los municipios de Tibú, El Tarra, Sardinata, El Carmen, Convención y Teorama, San Calixto, Hacarí, La Playa, Ocaña y Bucarasica.

Esta región de 10 mil kilómetros cuadrados es estrategia para los grupos armados porque según Ariel Ávila, subdirector de la fundación Paz y Reconciliación, concentra toda la cadena de la economía ilegal.

Según Ávila, en esta parte del país “hay cultivos de coca, se hace la pasta base, llegan los insumos para el procesamiento, están los laboratorios y se exporta porque es una zona de frontera”, mientras que en otros departamentos todos los eslabones de esta cadena se desarrollan en departamentos como Putumayo y Nariño.

De acuerdo con cifras del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (Simci), de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), solo en el Catatumbo las hectáreas de cultivos de coca aumentaron un 238% desde 2010.

Pese a que en algún momento se le atribuyó este aumento a la prohibición de las aspersión con glifosato sobre los cultivos ilícitos, para Ávila se debe a que “los campesinos no tiene más que hacer sino sembrar coca y es de lo que sobreviven, entonces la solución a esto no son las fumigaciones. “Los proyectos de crear mercados legales han fracasado”, remató Ávila.

Además, del narcotráfico están presentes delitos como el contrabando que se mueve desde Venezuela y que hace perder a este país un aproximado de 1.400 millones de pesos solo en combustible. Asimismo, por estos 247 pasos fronterizos se mueven 100 mil barriles diarios de petróleo, según cifras de Pdvsa y Fendipetróleo. La crisis del cierre de la frontera con el país vecino en 2015, dejó ver cómo trochas en Norte de Santander y La Guajira son usadas para transportar los productos.

Ávila también destacó que la extorsión es otro delito que sigue afectando la región, aunque según cifras del Ministerio de Defensa, este flagelo tuvo una disminución del 40.8% en todo el país entre enero y marzo de 2015.

“La población colombiana siempre dice: ‘Se le salió de las manos el Catatumbo al presidente Juan Manuel Santos’. No, eso viene pasando desde hace 15 años y hasta ahora se vinieron a dar cuenta que esa región existe”, aseguró Ávila, y añadió que en esta parte del país no es que falte presencia del Estado porque “hay mucha presencia militar”.

Para el analista, el problema es que allí la presencia del Estado solo se da a través de militares, pero no hay un “sistema de justicia, no hay vías terciarias, ni alumbrado público. No hay nada, solo militares y así no se solucionan los problemas” agregó Ávila.

A principios de mayo, Santos se reunió con los 32 gobernadores del país y allí manifestó que el Catatumbo será una de las primeras regiones, una vez firmado el acuerdo de paz con las Farc, en donde se implantará una nueva versión de los llamados Contratos Plan, incorporados en el Plan Nacional de Desarrollo de la primera administración Santos para la identificación de temas estratégicos para el desarrollo integral y mancomunado de la población y el territorio, con un enfoque de largo plazo.

Por su parte, el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, anunció la semana pasada que en la región se creará un nuevo batallón antinarcóticos, un bloque de búsqueda y un nuevo Gaula Militar; con un total de 265 hombres que llegarán al Catatumbo.

SOLUCIÓN: INTERVENCIÓN INTEGRAL

“Eso nunca se ve por acá”, comentó un muchacho de El Tarra al diario La Opinión este miércoles al hablar de la llegada de la fuerza pública para determinar el paradero de los periodistas. Al respecto el experto, se mostró sorprendido porque los uniformados llegaron muchísimo más allá de la primera cuadra del pueblo para patrullar.

Según este, los habitantes aseguraron que por estos días El Tarra está “inusualmente callado y tranquilo”. Los pobladores que han vivido dentro del conflicto armado tienen confianza en los procesos de paz que se adelantan, aseguró Ávila.

“Pero el problema no es la gente que vive el conflicto, porque lo han padecido y quieren la paz, el problema es la gente de Cali, Bogotá y Medellín; que no conocen ese otro país, y de otras ciudades en las que lo único que quieren es bala”, manifestó Ávila.

Hasta el momento sigue sin conocerse dónde están los comunicadores desaparecidos y eso, para el experto, es un duro golpe para ambos procesos de paz (Farc y ELN) y significa “un tema muy delicado” para la libertad de expresión en Colombia.

Sin embargo, la situación de violencia entre los grupos armados se mantiene y según Ávila, la intervención a la zona debe ser integral para solucionar los problemas estructurales a grandes rasgos.

“No son pequeños proyectos productivos, es construir Estado”, concluyó el subdirector de la fundación.

Credito
COLPRENSA

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