Los otros catatumbos, donde los ilegales son ‘Dios y ley’

COLPRENSA - EL NUEVO DÍA
Regiones como la Costa Pacífica nariñense, la Sierra Nevada de Santa Marta, los departamentos de Chocó y Arauca y el Urabá antioqueño y chocoano son, según expertos consultados, las zonas más críticas y el principal reto para el posconflicto.

En los últimos días los ojos del país han estado puestos en el Catatumbo, zona fronteriza con Venezuela en Norte de Santander. En particular debido a los secuestros, por parte del ELN, de la periodista colombo-española Salud Hernández-Mora; del corresponsal de RCN Televisión Diego D’Pablos y de su camarógrafo, Carlos Melo, y en general porque estos hechos constatan una vieja sensación; que en esa zona mandan más los grupos armados ilegales, que las autoridades del Estado.

Regiones como esa, donde la presencia del Estado es poca y hoy parecen tierra de nadie, existen varias en el país, que se vuelven caldo de cultivo para la criminalidad y la delincuencia, especialmente el narcotráfico en sus distintas variedades, pues allí los grupos armados ilegales han sido por décadas la única ‘ley’ imperante. Son regiones que se constituyen en el mayor reto para el esperado posconflicto.

Se trata de regiones como la Costa Pacífica nariñense, la Sierra Nevada de Santa Marta, los departamentos de Chocó y Arauca y el Urabá antioqueño y chocoano, ubicadas en extremos del territorio nacional y, según expertos consultados, que reúnen características que las convierten en críticas.

Según Ariel Ávila, subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación, en El Catatumbo operan cuatro estructuras del ELN, tres de las Farc, una del EPL y dos bandas criminales: ‘los Rastrojos’ y ‘los Urabeños’. Además, allí se concentran grandes cultivos de hoja de coca y la mayor producción de cocaína del país.

Asimismo, posee problemáticas de falta de acceso a las instituciones del Estado e infraestructura.

Nariño, entre el narcotráfico y los grupos armados

Esta, junto con las demás regiones, están en áreas geográficas complicadas, les falta desarrollo financiero, tienen amplia presencia de actores armados y hay poca presencia constante del Estado. Una de las regiones más críticas, después del Catatumbo, es la costa Pacífica de Nariño.

Según Saúl Pineda, director del Centro de Pensamiento de Estrategias Competitivas de la Universidad del Rosario, el porcentaje de necesidades básicas insatisfechas está entre 78 % y 50 %, y es uno de los departamentos “más excluidos”.

En esta parte de Nariño delinquen las Farc, el ELN y además hay presencia de bandas criminales, esto según el mapa del conflicto armado en Colombia de la Fundación Paz y Reconciliación.

Por su parte, el balance del Ejército Nacional sobre resultados en la zona durante el primer trimestre de este año, indica que se han destruido 114 laboratorios, incautado 19 toneladas de cocaína y hallado cinco mil 293 galones de insumos sólidos y líquidos para la producción de este estupefaciente.

Para John Marulanda, consultor internacional en Seguridad y Defensa, Nariño “es una región olvidada pero que tiene una fuerza indígena a través de cabildos. Pero la justicia indígena no quiere ver al Ejército pues sus autoridades indígenas los ven como corrompidas”. Según el experto, estos factores la convierten en una ‘república independiente’, que además es una de las principales salidas del narcotráfico.

Pese a estas características, para Germán Sahid, profesor de Ciencia Política de la Universidad del Rosario, Nariño se ha venido fortaleciendo lo mismo que sus instituciones locales y regionales. “Ciudades como Pasto e Ipiales son una muestra de que cuando hay presencia del Estado particularmente se nota cómo retorna la ley y la legalidad, presentándose condiciones para el desarrollo”, manifestó el experto.

El urabá: migraciones ilegales y narcotráfico

Tanto el norte como el sur del Chocó, junto con el Urabá chocoano y antioqueño, hacen parte de otra de esas ‘repúblicas independientes’. Para Pineda, esta región concentra uno de los fenómenos de aislamiento más fuertes en el país, siendo el Chocó el departamento con más pobreza en Colombia y Antioquia uno de los más inequitativos.

Esta región, ubicada en el noroeste del país, tiene presencia de las Farc y las bacrim, más al sur del Chocó está el ELN. De acuerdo con cifras del Ejército Nacional, entre el 1 de mayo y 6 de mayo de 2016 las tropas que operan en Antioquia, Córdoba y Chocó ubicaron siete laboratorios para el procesamiento de pasta de base de coca, dos de ellos pertenecientes a las Farc, uno al ELN y cuatro a las bandas criminales.

El analista Marulanda destacó que está región tiene alta presencia de comunidad afrocolombiana y “es una de las zonas con más corrupción del país”. A pesar de que es una gran productora de oro, las comunidades siguen olvidadas”.

El experto también aseguró que es una de las salidas del narcotráfico y un camino de migraciones ilegales, como se ha dado a conocer en los últimos días, tras el cierre de la frontera con Panamá.

Arauca, el campo de batalla

En la otra frontera, la que comparte Colombia con Venezuela, se encuentra otra ‘república independiente’ donde su mayor problemática es el poder que manejan el ELN y las Farc.

Según Marulanda, el control territorial ha sido el campo de batalla de estos dos grupos armados ilegales. “El ELN hace parte de la herencia araucana, su presencia es tan profunda que milicianos de ahora son nietos de viejos guerrilleros”.

Según cifras que dio a conocer el catedrático Pineda a través del observatorio estratégico de dirige, municipios como Fortul y Tame tienen niveles de insatisfacción de necesidades básicas del 70 % y 90 %, respectivamente. “Es un departamento en el que la exclusión social y la presencia de grupos al margen de la ley, lo han convertido en lo que es hoy”, agregó el experto.

Por otro lado, Marulanda destacó que esta “es una zona petrolera y es la ruta preferencial de la cocaína que se produce en el Catatumbo, se pasa a Venezuela y allí es donde están la mayoría de pistas clandestinas que llevan la droga hasta el Caribe”.

La Sierra Nevada, un poco menos afectada

Aunque la Sierra Nevada de Santa Marta no presenta problemáticas tan profundas como las otras regiones, sí se ha visto afectada por la cantidad de cultivos de coca. Sin embargo, según el Observatorio de Drogas de Colombia, en 2014 había 19 hectáreas de cultivos de coca en los tres departamentos que la incluyen: Magdalena, La Guajira y Cesar; mientras que en 2005 se encontraron 542 hectáreas.

Marulanda también destacó el protagonismo de esta región durante la bonanza de marihuana en los años 70 y 80.

En la actualidad, municipios como Aracataca, Fundación y Ciénaga presentan un 50% de necesidades insatisfechas según lo manifestó el profesor Pineda.

La clave: institucionalidad e infraestructura

Más allá de las problemáticas que viven todas estas regiones, Sahid aseguró que para sacar de la crisis a estas ‘repúblicas independientes’, “el Estado debe construir la institucionalidad desde la presencia sostenida de las Fuerzas Militares”, pues según él “es el Ejército el que posiciona a las instituciones del Estado y sin él en terreno no tenemos nada”.

Además, de una presencia constate de las instituciones, Ariel Ávila resaltó la necesidad de construir infraestructura en zonas como El Catatumbo y tener vías terciarias, en busca de que la economía regional se pueda desarrollar.

Por su parte, Pineda asegura que estas regiones que “fueron escenario protagónico del conflicto, ahora son del posconflicto y están llamadas a recuperar la presencia del Estado”, y agregó que para desarrollar un ambiente de paz “se tienen que dar las condiciones para el desarrollo del sector privado y de las economías campesinas, donde impere la ley y se garantice que el Gobierno siempre va a estar apoyando a la ciudadanía”, concluye.

Credito
COLPRENSA

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