“Debemos solucionar las raíces de la guerra, para cambiarle el rostro al país”

COLPRENSA - EL NUEVO DÍA
Colprensa dialogó con presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, sobre la paz, el paro camionero y el futuro de la Iglesia en Colombia.

La Asamblea Plenaria de los Obispos de Colombia que se llevó a cabo la semana pasada en Bogotá tuvo como eje central un tema ineludible: la paz. Colprensa dialogó con el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, sobre este tema, además del paro camionero y el futuro de la Iglesia.

Monseñor Castro tiene claro el apoyo de la Iglesia Católica al proceso de paz, a la vez que le exige al Gobierno una pedagogía para la gente del común. “Las regiones son la parte clave en el posconflicto”, dice.

- ¿Cuál fue el tema principal de la asamblea?

Fue la paz, había otro tema pero después de unos encuentros se decidido dejar este, por la urgencia que tiene y porque todos necesitábamos mayor claridad en torno al proceso de paz.

-¿Cree que en este punto el proceso de paz se puede romper?

Espero que no, pero el proceso de paz también es una obra humana y como tal tiene la posibilidad de frustrase. Aunque creo que la seriedad con la que sea asumida esta tarea, tanto de parte del Gobierno como de las Farc, le da a uno la seguridad de que el asunto va para adelante y que no va a haber un retroceso; sino que llegaremos al posconflicto y la reconstrucción del país, quitando del medio lo que ha dado origen a la guerra.

-¿Qué pasa con el proceso de paz con el ELN?

El ELN no ha entrado en la fase pública porque han habido dificultades internas y como sabemos ha realizado algunos secuestros y otro tipo de actividades no muy aceptadas por la sociedad, ni por el Estado. Eso frenó un poco las cosas, lo que espero es que el ELN cuanto antes entre en diálogos y la Iglesia ayudará no como mediadora, sino con una presencia positiva que anime a avanzar.

Las raíces del conflicto y la pedagogía para la paz

-¿Cuáles fueron los retos y las conclusiones a las que llegaron con respecto a la paz?

Hubo diversas conclusiones. En primer lugar, la unidad del episcopado para apoyar todo lo que es el proceso de paz. En segundo lugar el deseo de trabajar con un enfoque regional, porque la paz tiene que ser desde las regiones, pues no es lo mismo la paz lograda en el Pacífico que en Bogotá. Aunque siempre hablamos de la misma paz, una relación justa entre las personas y las entidades.

-¿A qué regiones se les debe prestar atención durante el posconflicto?

Por ejemplo, toda el área del Pacífico es una región llena de valores y cultura, pero de mucha pobreza. Es una región descuidada, donde se requiere una mayor presencia del Estado y de la Iglesia. Otra es la Amazonía, una región enorme y donde el desafío ecológico es muy fuerte, por la necesidad de conservar todos los recursos y donde las diócesis tienen que ir creciendo como iglesias más organizadas.

- Hablemos de las conclusiones de la Asamblea

Fuimos estudiando los problemas y luego las raíces de estos problemas. Debemos solucionar las raíces de la guerra, para cambiarle el rostro al país, darle un rostro más amable y justo más sensible con los pobres y marginados.

- De las raíces de la guerra ¿a cuál le debemos prestar más atención?

Una es el alejamiento de Dios, porque cuando uno se vuelve violento y trata a las personas mal, pierde su horizonte e identidad como hijo de Dios. Por otro lado, la inequidad que es una raíz muy fuerte, pues es la desproporción entre un grupo pequeño de la población que obtiene la gran mayoría de los recursos y otro gran grupo de gente que tiene que contentarse con las migajas.

-En la asamblea lanzaron una estrategia de pedagogía con respecto a la paz ¿de qué se trata?

El Estado se ha preocupado por hacer pedagogía pero lo ha hecho en las élites y la gente del común no ha recibido una explicación sencilla y a su nivel para que pueda responder a las dudas que tiene. Cuando una familia se pregunta si en su vereda va a quedar un grupo de guerrilleros y si esto le hará daño a su familia, eso hay que explicárselo.

Es allí donde falta mayor explicación vamos a ver si después de que se ha repetido tanto empiezan hacerlo, porque desde la Iglesia podemos hacerla y los folletos que hemos hecho son una forma de hacer pedagogía, pero se necesita que el Estado explique de manera sencilla qué es lo que está haciendo. Como ha faltado esto, a la gente se le obliga a votar por fe pero no porque entendió las cosas.

- Entonces ¿qué se hará desde la Iglesia para apoyar la pedagogía?

Nosotros tenemos una visión de paz con Dios y buscamos a las comunidades para que acojan el Evangelio.

Otros temas 

- ¿Qué opina de la invitación del presidente Juan Manuel Santos al senador Álvaro Uribe para dialogar, la cual el último no aceptó?

Creo que sería un signo de paz un diálogo entre los dos. El presidente Santos ha querido involucrar al expresidente Uribe más de una vez, pero ha habido una oposición entre los dos desde el mismo día que Santos tomó autonomía para hacer las cosas. Es una lástima que el expresidente Uribe no haya aprovechado este momento para dejar, al menos, abierta una puerta, pero queda el gesto del presidente.

-¿Cuál ha sido la labor de la Iglesia durante el paro camionero?

Es urgente que dialoguen y que se vayan decidiendo las cosas que se acordarán. También es importante que haya unos garantes para que lo firmado se cumpla, de eso estuvimos hablando y ya veremos cómo se les ayuda. Es importante que lleguen a unos acuerdos claros que se cumplan y que se pueda transformar todo este movimiento camionero, porque sí deja muchos interrogantes en la justicia social.

- ¿La iglesia hará parte de estos garantes?

De pronto, eso no lo pueden decidir unilateralmente, eso se tiene que decidir en la mesa y a veremos qué pasa. Nosotros buscaremos estar presentes.

-¿Cómo ve el futuro de la Iglesia en Colombia?

Creo que la Iglesia tiene mucha credibilidad. Nos toca a nosotros mantener ese lugar que tenemos siendo comprometidos con el evangelio, con la sociedad, con los pobres y haciendo la cosas bien. Esperamos que cada vez podamos mejorar más.

Credito
BOGOTÁ

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