Así fue la odisea de buzos que se perdieron en Malpelo

Armada de Colombia - EL NUEVO DÍA
Entre medusas y tiburones, dos buzos pasaron 48 horas a la deriva en el océano. Ellos narraron cómo sobrevivieron.

Dos buzos pasaron unas 48 horas a la deriva en el Pacífico colombiano, rodeados de medusas y tiburones, tras ser arrastrados por las corrientes durante un viaje recreativo, contaron el miércoles luego de su rescate el viernes pasado.

Jorge Morales y Darío Rodríguez fueron rescatados el 2 de septiembre, pero hasta este martes se quedaron en el buque de la Armada que les sacó del mar, mientras se recuperaban y colaboraban con las labores de búsqueda de otros dos buzos y compañeros de excursión que siguen desaparecidos.

Morales dijo que ver caer la primera noche fue uno de los momentos más difíciles para él y su compañero, pero que empezaron a aplicar normas de supervivencia y estuvieron “abrazados y acurrucados” o “en posición fetal para mantener el calor”.

Para paliar el frío extremo del agua, también optaron por orinar uno muy cerca del otro, sin despegarse para conservar el calor. Y se amarraron con unas cuerdas especiales que traen los equipos de buceo para evitar que otra corriente los volviera a separar.

Durante los poco más de dos días que permanecieron en el mar, los buzos sintieron la amenaza de las medusas y fueron rodeados por tiburones, que sin embargo no los atacaron porque no son agresivos, según explicaron, además de otros animales.

“Nos atacaron. Qué dolor, muy fuerte. No sé cuántas aguamalas fueron, pero qué momento tan duro”, dijo Morales sobre el episodio con las medusas.

Ya en la segunda noche en el océano, donde se mantuvieron “temblando de frío” todo el tiempo, aún cuando en la superficie el sol les quemaba los rostros, el buzo contó que los dos “desvariaban” y hablaban “en sueños”.

Pensar en nuestras familias nos mantenía con esperanza, contó Morales, que dijo no tener planes de regresar a Malpelo a bucear.

Hernán y Jorge buscaban mantener la mente ocupada en tareas, pero los pensamientos negativos eran imposibles de sacar de sus mentes cuando las horas pasaban.

“Son momentos en los que tú tienes que tocar todos los temas. Así no nos gustara, teníamos que asumir la realidad de que llegado el momento, si pasaba mucho tiempo y no pasaba nada, ninguno de los dos quería sufrir”, recuerda Hernán.

“Incluso habíamos hablado de suicidio. Habíamos hablado de cómo tomaríamos la decisión, de qué opción podríamos usar. Una de esas opciones siempre es morir”.

Ya habían pasado más de 40 horas sin dormir, sin beber agua y sin probar alimento, y en un momento en que se quedó dormido Hernán perdió la careta de su traje.

Todo parecía ir en su contra. Pensaban en cómo podrían turnarse el visor que les quedaba durante las siguientes horas, cuando escucharon a lo lejos el ruido de un motor.

Del rescate fueron conscientes cuando primero escucharon el ruido del motor de un avión de búsqueda y finalmente cuando la aeronave se les acercó y vieron que sus tripulantes les saludaban.

Los buzos realizaban inmersiones hace una semana cerca de la isla de Malpelo, sobre el Pacífico colombiano, cuando fueron separados por fuertes corrientes. Además de Morales y Rodríguez, estaban el australiano Peter Morse, rescatado un día antes que ellos, y Érika Díaz y Carlos Jiménez, quienes aún no aparecen.

Las autoridades continúan sus labores de búsqueda.

Credito
AFP

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