Periodismo, retos desde adentro y desde afuera

COLPRENSA - EL NUEVO DÍA
A propósito del Día Mundial de la Libertad de Prensa que se celebra este 3 de mayo, hablamos con Javier Darío Restrepo y Pedro Vaca sobre los desafíos que enfrenta el periodismo en la actualidad.

A propósito del Día Mundial de la Libertad de Prensa que se conmemora cada 3 de mayo, Colprensa indagó acerca de los desafíos que enfrenta el periodismo en la actualidad, no solo desde los peligros propios del ejercicio en sí, que son mayúsculos; sino también desde su quehacer que, además, ha dado una salto en el tiempo, y muta constantemente con la llegada de las nuevas tecnologías.

Para ello, hablamos con Javier Darío Restrepo, uno de los más destacados periodistas colombianos, experto en ética periodística y quien se refiere a los retos que la profesión tiene desde adentro, tan significativos como las amenazas que vienen desde el afuera, y de este último aspecto habla Pedro Vaca, director de la Fundación Para la Libertad de Prensa (Flip), quien expone los riesgos a los que están expuestos los comunicadores y cómo aún existen muchos retos para que las comunidades reciban información profunda que les permita tomar decisiones sobre asuntos públicos.

Desde adentro: Javier Darío Restrepo

¿Cuáles son los retos del periodismo frente a las nuevas tecnologías de la comunicación y la información?

Considero que la cultura digital, que llegó para quedarse, nos plantea a los periodistas particularmente tres retos: El primero está relacionado con la financiación de los medios. Actualmente la financiación conspira en contra la credibilidad porque estamos mirados por la gente como personas que dependemos de los medios de financiación y que informamos de acuerdo con los intereses de quienes los financian. Esto se ha venido agravando y constituye uno de los mayores factores de crisis, el que estemos dependiendo tanto de la publicidad y de los beneficios que da el gobierno a las empresas.

El segundo reto es el contenido tradicional de los medios es escaso e insuficiente sobretodo porque se está limitando a contar lo que está sucediendo, pero no va mucho más allá, nos hemos convertido en relatores de cosas que pasan pero hemos perdido, y cito a Gabriel García Márquez, quien decía que “ser periodista es tener la oportunidad de cambiar algo todos los días” y el periodismo no está cambiando nada en este momento. Y el tercero tiene que ver con la relación con los receptores de la información. La relación de arriba hacia abajo cambió, sobre todo por la tecnología que puso en manos de las personas la posibilidad de difundir información. Cualquier persona publica información, las redes sociales difunden información, sin fuentes y sin comprobación… incompleta e insuficiente. Al cambiar esa relación de vertical a horizontal el receptor tiene más participación, la oportunidad de diálogo con el medio e incluso puede presentar sus puntos de vista en todo momento.

¿La libertad de prensa se está viendo afectada por esos tres aspectos que usted menciona?

Sí, también afecta a la libertad de expresión, pero lo que más está afectando es que hemos llegado a concebirla como si fuera propiedad exclusiva de los periodistas y para beneficiar solo a los periodistas. Falta la otra dimensión. La libertad de expresión es para producir información para el beneficio de la gente, la prueba de eso, es que muchas veces y las estadísticas lo están demostrando, es que la muerte, las amenazas y los obstáculos hacia los periodistas no está afectando a la sociedad, cuando las personas se sienten afectadas por la desaparición de un periodista es porque se había hecho notar por su beneficio para la población.

¿La muerte de Jaime Garzón, fue de los últimos hechos contra periodistas que afecto a la gente?

Jaime Garzón fue alguien que no estaba reclamando constantemente libertad de expresión porque él mismo creaba su ámbito de libertad. El problema del concepto que tenemos de libertad de prensa es que dejamos en manos de las autoridades que nos den libertad, cuando debe ser creada por cada persona. Esa es otra deformación que ha causado más daño que bien y que es necesario revisar.

¿Cuáles creen que sean los nuevos retos para las facultades de periodismo?

Yo creo que las facultades se deben estar actualizando y no estar anquilosadas en un programa que año tras año se repite sin modificación. Se debe dar una actualización permanente para ponerse en sintonía con los requerimientos de la sociedad. Lo que están enseñando en este momento es lo mismo que estaban enseñando hace 5 años y en este periodo la sociedad, la tecnología y el periodismo han evolucionado.

¿Cómo afecta la viralidad y la inmediatez la labor periodística?

La viralidad es una tentación que tenemos y está importando más que la verdad, es decir, al periodista le está importando más que se acumulen los ‘me gusta’. Uno no debe estar pendiente de eso sino de la exactitud de la información. La inmediatez, sí que es un problema serio. La lógica propia de lo digital está apostándole a lo inmediato, esta tecnología tan poderosa que casi suprime el tiempo y el espacio nos está poniendo en ese trance de informar lo inmediato y resulta que los hechos tienen que ser digeridos por las personas, es decir, tienen que ser mirados desde la inteligencia y no solo de los sentidos y ahí viene una advertencia muy interesante: ¡ojo cundo estemos informando! Que no sea solo para la vista y el oído de las personas, sino para la inteligencia.

Cuando se informa para la inteligencia y para la participación de la gente en la conducción de la historia, la información es completamente distinta, no es inmediata, sino que se toma su tiempo para pensar. Yo creo que es una trampa que nos colocamos nosotros mismos, el pensar que tenemos que dar la información inmediatamente después del hecho, esa información siempre será incompleta y superficial, la información debe permitir ver la causa de los hechos su proyección y otras miradas sobre los mismos. Informar de inmediato significa darle el carácter de infalible a los oídos del periodismo y sabemos por experiencia que ni nuestros ojos y nuestros oídos no son infalibles.

En periodismo, ¿Todo tiempo pasado fue mejor?

Yo creo que el de hoy puede ser mucho mejor que el pasado porque ahora tiene muchos instrumentos, en el pasado no había cosas tan maravillosas como es todo lo digital. Las tecnologías per se no son buenas, ni malas, depende del uso que se les dé. El periodista de hoy que utiliza la tecnología para dar una noticia supera pero en mucho a todos los periodistas del pasado, de modo que, no resulta cierto que ‘todo tiempo pasado fue mejor’ y si eso se afirma es porque no se tiene en cuenta las cantidades de conquistas que ha hecho la humanidad en todos los órdenes.

Desde afuera: Pedro Vaca

¿Cuál es el panorama actual de la libertad de prensa en Colombia?

En primer lugar, existe violencia contra los periodistas, que si bien ha disminuido considerablemente en su letalidad, es decir, matan menos periodistas que hace unos años, la violencia sigue presente: vía amenazas, vía obstrucciones, vía agresiones físicas. El año pasado se presentaron incluso secuestros de periodistas, con lo cual hay aquí un desafío enorme a la hora de mejorar y complementar el sistema de protección en Colombia, que ha salvado muchas vidas de periodistas, pero ha sido insuficiente para enfrentar el problema de violencia, que es algo que tiene que ser complementado con medidas de protección judicial. Es importante que el Estado investigue las amenazas, que la Fiscalía establezca y aplique sanciones a quienes agredan a los periodistas.

En segundo lugar, hay otros desafíos relacionados con reformas institucionales o de marco normativo. Allí es necesario abarcar el problema de la pauta publicitaria oficial, se necesita mayor autonomía e independencia de los medios de comunicación con respecto las entidades públicas que pautan en estos medios. Creo que es un reto importante, porque esto genera unos niveles altísimos de autocensura, los periodistas en Colombia siguen sin decir todo lo que saben y saben mucho más de lo que dicen, en buena parte porque la violencia permanece, pero también porque los niveles de dependencia publicidad oficial siguen siendo altos y sobretodo la capacidad extorsiona que tiene la pauta oficial en los contenidos periodísticos.

El tercer desafío, es que a partir de varias investigaciones de la Flip hemos constatado que hay un déficit de diversidad de medios, incluso hay regiones silenciadas donde no hay medios de comunicación o el único que hay está adscrito al ministerio de Defensa, ya sea por una emisora del Ejército, de la Policía o de la Armada y pues esto a nivel local presenta un escenario más difícil.

Incentivar y promover que de manera autónoma que existan nuevos medios de comunicación que ayuden a hacer veeduría sobre el actuar público a nivel local y esto impacta al proceso de paz. Si se habla de la paz territorial hay va a haber inversión, política, personas que se van a ver beneficiadas de este cambio de escenario político en Colombia pero vemos que no hay suficientes medios, los medios que hay son ejercicios valientes pero que reflejan problemas de sostenibilidad de capacidad incluso de cobertura y esto marca un desafió enorme para garantizar la libertad de prensa.

Según el último informe de Periodistas Sin Fronteras, la seguridad para la prensa en Colombia mejoró gracias al procesos de paz ¿Está de acuerdo?

Cuando se compara a Colombia en rankings internacionales, no siempre se posiciona mejor porque la situación haya mejorado, eso habría que evaluarlo con los que hicieron ese estudio, sino porque otros países empeoran, eso hay que tenerlo en cuenta.

Por otra parte, la firma del proceso de paz es una noticia buena para la libertad de prensa porque las Farc y el conflicto en sí mismo entre el Estado y el grupo armado ha sido un factor de censura enorme para la prensa. Lo que pasa es que en Colombia la ecuación de la libertad de prensa y el termómetro que hemos usado es el de la violencia contra la prensa y lucha contra la impunidad y en ese aspecto creo que se ha mejorado sustancialmente en comparación con hace 20 años. Pero no estamos convencidos, desde la fundación, de que la sociedad esté plenamente informada. Estamos convencidos de que hay mucho silencio, mucha autocensura y atacar y contrastar esas fuentes de autocensura y censura se vuelve relevante para la historia del país, entonces yo no cantaría victoria y pondría énfasis a los desafíos que existen.

¿Cuantas han sido las violaciones a la libertad de prensa en Colombia?

La Fundación para La Libertad de Prensa en su informe anual registró 216 violaciones a la libertad de prensa, 47 agresiones físicas contra periodistas y 44 obstrucciones al cubrimiento en 2016. También se evidenció el resurgimiento del secuestro, haciéndose notar el caso de los periodistas Salud Hernández-Mora, Diego D’Pablos, Carlos Melo, William del Carmen Mora, Diego Velosa y María Zulay Ropero, quienes fueron retenidos en contra de su voluntad por el Ejército de Liberación Nacional (ELN).

¿Los medios públicos y los medios independientes son realmente autónomos?

La Unesco plantea que un sistema de información debe procurar la convivencia de medios públicos, comerciales y comunitarios, en Colombia la lógica de medio público es más un medio gubernamental nacional que público. Es difícil encontrar autonomía en un medio público y hay algunos casos, pero es difícil.

Ahora, sin duda el Internet es una válvula de escape de cualquier cantidad de frustraciones democráticas y de liberación pública y pues allí hay unas experiencias, lo cierto es que nunca había sido tan fácil crear un medio y nunca había sido tan difícil mantenerlo. Creo que en ese boom de medios digitales o incluso de discusión pública por medio de redes sociales, son muchos los que lo intentan y pocos los que logran salir adelante con un producto que contribuya de manera consistente a la información pública y sin duda es una alternativa tan importante que todos los medios tradicionales han migrado a versiones digitales, pero entonces nos enfrentamos a otros retos como la alfabetización digital, toda la proliferación de contenidos con apariencia real pero que son falsos; esos son nuevos desafíos para la libertad de prensa.

¿Cómo afecta la viralidad y la inmediatez a la labor periodística?

La labor periodística se ve impactada por la inmediatez y por las redes sociales, pero no debe asustarnos que la gente hable, que se creen tendencias, todo lo contrario, esa es una buena noticia para la democracia, lo que pasa es que con un pasado en que la gente participaba tan poco del debate público es novedoso e incluso disruptivo e irreverente que haya cualquier cantidad de discusiones incluso acaloradas sobre los asuntos públicos y los medios necesitan digerir este asunto porque también es nuevo para ellos. Estoy convencido de que hay que poner mucho más criterio editorial, hay que medir mucho más los tiempos y la forma en la que las audiencias están consumiendo información.

Credito
COLPRENSA

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