La escultura, compuesta por tres columnas de mármol negro, donde reposan los nombres de 130 uniformados que cayeron en combate escritos en letras doradas, se encuentra ubicado en el kilómetro 75 en la doble calzada Bogotá-Girardot, en el municipio de Fusagasugá, Cundinamarca.

El monumento, que tiene tres astas principales donde se izan las banderas de Colombia, el Ejército Nacional y la Quinta División de la Institución, fue obra de Nidia Patricia Valdivieso Parada, maestra en Bellas Artes y quien se inspiró en el heroísmo, valor y tenacidad de los soldados.

Su edificación duró tres años y contó con el apoyo de la Gobernación de Cundinamarca, comerciantes, habitantes de la región, empresarios del centro del país y mandatario locales del Sumapaz, quienes aportaron su granito de arena para dejar en alto el buen nombre de los soldados.

El comandante de las Fuerzas Militares, general Alberto José Mejía, quien participó del acto de entrega junto con el comandante del Ejército, Ricardo Gómez Nieto, manifestó que los 130 uniformados que perdieron la vida en esta sección del país aportaron a la paz de la que hoy goza el pueblo colombiano.

“Las 25 estructuras de las Farc dedicadas al secuestro y a la extorsión, no pudieron llegar a Bogotá porque entre las montañas encontraron estos héroes de la patria”, dijo Mejía en medio del acto de inauguración, al tiempo que envió un mensaje de agradecimiento a las familias de estas víctimas.

Precisamente, los familiares de estos “héroes de la patria” estuvieron presentes en el acto y expresaron su agradecimiento y dolor por no tener a sus seres queridos con vida.

“Mi hijo fue un héroe que lo entregó todo por su país. Seguramente se fue feliz al cielo haciendo lo que le gustaba siendo soldado”, dijo Lilia Rodríguez de Torres, entre lágrimas mientras recordaba la muerte de su hijo hace cinco años.

La mujer indicó que con el monumento ‘Héroes del Sumapaz’, tendrá otro lugar, además de su tumba, para “llorar y recordar” a su hijo.

Sumapaz

El monumento, que de hoy en adelante se convertirá en el centro de memoria para esas 130 familias que perdieron sus hijos, hermanos, tíos y esposos, tiene la figura de la Espada de la Victoria Militar, y la misma se puede observar desde vía aérea.

Además de las tres paredes de mármol negra, donde reposan los nombres y la oración de guerra, está en la empuñadura de la Espada un pedestal rojo y verde que representa la majestuosidad del Páramo de Sumapaz, sobre ésta se encuentran soportadas cinco esculturas.

La primera de ellas es un campesino con ruana y hacha al hombro, que simboliza a los lugareños del Sumapaz; a su lado está un uniformado del Ejército, ambos mirando hacia el horizonte.

La tercera escultura es un soldado, quien toma en sus manos unos binoculares, esto en actitud de que siempre están vigilantes, en esta ocasión el uniformado cuida de la cordillera de Los Andes.

La cuarta estatua es un tercer soldado, quien sostiene su dedo pulgar indicando que “todo está bien” y recordando la presencia de cada uno de ellos en las vías del país.

Y la quinta escultura corresponde a un perro anti explosivos, que rinde un homenaje a todos los caninos que han sido parte de la institución a lo largo de estos años, de velar por la integridad de los colombianos.