La historia del mayor sacrificio de niños del mundo

AFP - EL NUEVO DÍA
El más grande sacrificio masivo de niños en el mundo ocurrió hace unos 550 años en Perú, donde arqueólogos descubrieron los restos de más de 140 niños y 200 llamas ofrecidos en un ritual.

En un acantilado sobre el océano Pacífico, en la costa norte de Perú, se encontraron evidencias del más grande sacrificio masivo de niños de América y probablemente de la historia mundial.

Si bien ya existían evidencias de sacrificios humanos, incluidos niños, entre civilizaciones precolombinas, como acreditan varias momias encontradas en las cúspides de los Andes, ninguno en número y magnitud como éste.

El descubrimiento, llevado a cabo por un equipo interdisciplinario internacional financiado por National Geographic Society, reveló los restos de más de 140 niños y 200 llamas ofrecidos en un ritual hecho hace más de 500 años en la región norteña conocida como La Libertad.

Trujillo, capital de La Libertad, es la tercera ciudad de Perú con 800.000 habitantes y se halla a poco más de un kilómetro del acantilado.

En esa zona fue donde se expandió la civilización precolombina Chimú, que alcanzó a llegar hasta Ecuador y desapareció en el año 1475 al ser conquistada por el imperio inca. Los investigadores atribuyen el sacrificio masivo a esta población indígena extinta.

El descubrimiento

Los hallazgos se remontan a 2011, cuando uno de los investigadores se encontraba en una excavación de emergencia cerca de un templo de 3.500 años de antigüedad y las personas que vivían alrededor le alertaron de unos restos humanos que estaban brotando de unos montículos de arena.

Luego de revisar y excabar aparecieron los restos de 42 niños y 76 llamas y entonces inició una excavación más profunda.

“Para cuando finalizaron las excavaciones en 2016, se habían descubierto en el sitio más de 140 restos de niños y 200 llamas jóvenes”, se puede leer en el reporte de la investigación.

Pruebas con radiocarbono a sogas y textiles fecharon los objetos hallados en las tumbas entre los años 1400 y 1450.

El lugar de los sacrificios es conocido como Huanchaquito-Las Llamas y se halla a unos 300 metros sobre el nivel del mar en medio de un complejo de viviendas residenciales en expansión de Huanchaco, distrito vecino a Trujillo.

“Aunque se han registrado incidentes de sacrificios humanos entre los aztecas, los mayas y los incas en las crónicas españolas de la era colonial y se han documentado en excavaciones científicas modernas, el descubrimiento de un evento de sacrificios de niños a gran escala en la poco conocida civilización precolombina Chimú es un hallazgo sin precedentes no solo en América, sino en todo el mundo”, señaló National Geographic en su informe.

El sacrificio

Los 140 niños sacrificados tenían edades que iban desde los 5 hasta los 14 años y en el caso de las llamas estas tenían menos de 18 meses de edad.

Los investigadores relataron que los niños fueron enterrados mirando el mar y los animales hacia el este, donde están los Andes y que los restos esqueléticos tanto humanos como animales, muestran evidencias de cortes en el esternón, así como también dislocaciones de las costillas.

Según esto, el pecho de las víctimas se abrió y se separó, quizás para facilitar la extracción del corazón.

“Se trata de un sacrificio en forma de ritual, y es muy sistemático”, subrayó uno de los investigadores.

Los arqueólogos también descubrieron huellas de sandalias de adultos, perros, niños descalzos y llamas jóvenes, con marcas de deslizamiento que muestran que hubo resistencia.

Fue gracias a esas marcas que se pudo hacer la reconstrucción del presunto rito que llevaron a cabo los Chimú, en el cual las víctimas fueron conducidas al lugar de sacrificio y con vista hacia el Pacífico fueron sacrificadas y enterradas.

De acuerdo con los indicios, los cadáveres de las llamas fueron dejados en el barro y con el tiempo quedaron en el fondo del terreno.

Los restos de tres adultos, un hombre y dos mujeres, también fueron hallados muy cerca, por lo que se cree que también desempeñaron algún rol durante las masacres.

Según los expertos que realizaron la investigación, el sacrificio fue posiblemente una respuesta desesperada de los gobernantes Chimú frente a una inundación causada por las lluvias torrenciales del fenómeno climatológico de El Niño.

“Ellos ofrecieron lo más importante que tenían. Por un lado, sus niños, y por otro, las llamas, el único animal de carga de la zona andina que además era un elemento importante en la dieta, ya que su carne era lo más consumido por los Chimú”, explicó Gabriel Prieto, arqueólogo de la Universidad Nacional de Trujillo, líder del descubrimiento junto a su colega John Verano, de la Universidad de Nueva Orleans.

Aunque no existen textos que narren este multitudinario sacrificio, pues las civilizaciones del Antiguo Perú carecían de escritura, los investigadores apuntan a que fue una ofrenda para aplacar la ira de los dioses y así amainar las lluvias, que podían poner en riesgo Chan Chan, el mayor exponente arquitectónico de los Chimú, declarado patrimonio de la Humanidad y donde llegaron a vivir 60.000 personas.

La civilización Chimú

Los Chimú fueron una civilización andina precolombina que surgió en la zona occidental de América del Sur antes de la conquista española y del Imperio Inca.

Esta cultura se desarrolló en la costa norte tras la caída del Imperio Huari entre los años 1.000 y 1.200. Ocuparon los territorios que antes habitaron los mochicas y los lambayeques, llegando a expandir sus dominios, en su etapa de mayor desarrollo, por toda una extensa franja costera del norte del Perú de unos 800 km de longitud.

Se destacaron en el plano urbanístico gracias a sus formidables construcciones, como palacios, templos y fortalezas. También se destacaron en metalurgia y en textilería.

El culto principal de los Chimú era a la Luna, la cual consideraban con más poder que el Sol. Creían que el astro que ilumina la noche tenía el poder de hacer crecer plantas y de marcar el tiempo.

Una de las hipótesis sobre el sacrifico de los niños y las llamas es que fueron dados como regalo a los dioses de esta civilización, especialmente a la Luna, con el fin de pedirle sobre algo con más fuerza. Se cree que dejaron de sacrificar adultos porque los niños eran más preciados y entonces el valor de la ofrenda iba a ser mayor.

Pese a los avances en arte e ingeniería, la civilización Chimú cayó en el 1.470 d.C., al ser conquistados por la siguiente gran civilización indígena: los Incas.

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CON INFORMACIÓN DE AGENCIAS

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