Más de 44 millones de conversaciones sobre elecciones se generaron en redes sociales

La Misión de Observación Electoral presentó el informe final del impacto que tuvieron las redes sociales durante los procesos electorales de 2018.

El informe analiza 44.871.873 mensajes hechos por los colombianos sobre las elecciones, donde 4,311.347 (10%) son mensajes de intolerancia y agresividad.

La MOE también midió el fuerte impacto que logran causar las noticias falsas, por lo que propuso que, en cada proceso electoral, se generen comisiones de la verdad que logren relacionar las comunidades que comparten información falsa, con aquellas que la desmienten.

El informe presentado analizó el impacto que tuvieron las redes en las elecciones desde tres miradas distintas: el discurso de la intolerancia, las fake news y el reporte de delitos electorales en un universo de 44.871.873 conversaciones que se registraron a través de Facebook, Twitter, Instagram, Youtube y Blogs.

El estudio presentado por la MOE con la asesoría metodológica y tecnológica de Acceso, agencia internacional experta en análisis de redes sociales, analizó la totalidad de la conversación desde el primero de enero de 2018 hasta el 30 de junio de 2018.

Intolerancia y agresividad

Según los datos presentados por la MOE, 4.311.347 mensajes (10% del total) estuvieron cargados de violencia, intolerancia y agresividad; sin embargo, durante la primera vuelta presidencial fue cuando más se evidenció este tipo de discurso.

Para las elecciones de Congreso se encontraron 1.509.483 conversaciones (18% del total de las menciones totales de ese periodo) con contenido o incitación a la intolerancia; para la primera vuelta esta cifra aumentó a 1.724.489 (este periodo del proceso electoral es el que más generó conversación sobre las elecciones con cerca de 30 millones de mensajes, por eso el discurso de intolerancia solo representó el 6% del total); finalmente, para la segunda vuelta presidencial se encontró una disminución del volumen a 822.800 menciones (13% del total de la conversación de ese momento).

Durante los seis meses de contienda electoral, la conversación en redes sociales tuvo varios hitos que dependieron de hechos que marcaron la agenda mediática del día a día. En enero, la oficialización de coaliciones a la Presidencia marcó un hito con 716.329 menciones; en febrero, los ataques al entonces precandidato Rodrigo Londoño generaron 302.567 menciones; el mes de marzo se vio marcado por las elecciones a Congreso y las consultas interpartidistas con 690.587 menciones; durante abril, el inicio de los debates presidenciales marcó una tendencia para ese mes con un volumen de 609.796 conversaciones; en mayo, la realización de la primera vuelta logró las 914.693 menciones; y, en junio la segunda vuelta llegó a 882.800.

Para tener una referencia del impacto que tiene la intolerancia en el debate democrático, la MOE encontró que la conversación actual más importante en Colombia, el mundial de fútbol logra entre 80 y 100 menciones diarias, cifra muy similar a los picos de intolerancia que se presentaron durante la jornada electoral en Colombia.

Sobre las razones que se usaron para incitar el odio y la agresión la MOE encontró que para cada proceso electoral hubo cambios evidentes en la estrategia de posicionar argumentos de miedo: Mientras que los principales argumentos durante la campaña de congreso y consultas populares interpartidistas fueron: el odio contra las Farc (34%), la corrupción (26%) y el castrochavismo (24%); en primera vuelta los principales temas cambiaron desde un punto de vista ideológico a: Paramilitarismo (34%), corrupción 29% y las Farc 25%; finalmente, en segunda vuelta vuelven a cambiar los principales argumentos siendo Venezuela (33%) la mayor fuente de intolerancia, las Farc (27%) y la corrupción con 22%.

Para la MOE es interesante observar que, pese al cambio ideológico de los argumentos que más se relacionaron con discursos de agresividad, la corrupción siempre se mantuvo dentro de los principales temas que generan indignación ciudadana.

Hay que recordar que este estudio complementa el entregado por la MOE en abril, en donde se señaló que eran los candidatos en contienda los principales generadores de este tipo de discursos de agresividad e intolerancia. El 25 de abril todos los candidatos a la Presidencia en competencia suscribieron un pacto para mejorar la calidad del debate público y reducir la violencia y la agresividad durante la campaña.

Este pacto tuvo un efecto positivo durante la primera vuelta por parte de las campañas; sin embargo, los candidatos no lograron que sus simpatizantes, seguidores o detractores bajaran los niveles de discurso de intolerancia. Para la segunda vuelta el porcentaje de ataques entre candidatos vuelve a ser similar en proporción a lo observado en Congreso y Consultas populares interpartidistas (2% del total de menciones de los candidatos), siendo el candidato Gustavo Petro quien más genera una comunidad de intolerancia y miedo entre sus defensores y detractores. Frente al comportamiento en redes sociales del candidato ganador de las elecciones, Iván Duque, la MOE no encontró ningún mensaje de ataque directo a su competencia política, no obstante, si se encontró con una comunidad muy importante de seguidores y detractores que usan este tipo de discurso.

Noticias falsas (Fake News)

Las noticias falsas son un fenómeno que marcó la carrera electoral del 2018 en Colombia, la credibilidad que se le dio a muchas de estas generó no sólo un impacto en los votantes, sino también en los medios de comunicación, los cuales tuvieron que adaptar sus formatos para contrarrestar el efecto que tuvieron muchas de estas noticias.

La MOE, realizó seguimiento a 15 posibles noticias falsas como muestra para encontrar las principales características de este tipo de información. De estas, la MOE presentó las cinco más representativas, por su propagación y la manera en que las distintas comunidades las viralizaron o desmintieron.

Según el estudio presentado, el ciclo de vida de las Fake News es corto: un máximo de siete días y un mínimo de tres con picos de viralización de mucha intensidad. El factor más importante para garantizar su continuidad es si una figura política la desmiente o la comparte. Cuando eso ocurre, comienza un periodo de verificación en el que el crecimiento de la propagación es acentuado, bien sea por pérdida gradual de interés, o porque el público la consulta para ir descartando su veracidad.

Por otra parte, el comportamiento de las noticias falsas demostró que, cuando el candidato directamente afectado (o alguien de su movimiento político) las denuncia o desmiente con pruebas y/o comunicados oficiales, el ciclo de vida dura poco y desaparece. Mientras que, cuando la refutación proviene de voces autorizadas de medios de comunicación y/o influenciadores, las audiencias no dan mucha credibilidad y aún difunden con más intensidad los mensajes.

En cuanto a la evolución que tienen este tipo de información, se observó que una mentira podría transformarse en su formato de red social a red social, e ir evolucionando hasta lograr tener más de 12 mil interacciones. La misma información se hace en distintos formatos, que hace que a pesar de que una noticia sea desmentida en redes, la publicación siga moviéndose, en otras.

Otro factor fundamental encontrado por la MOE es que existe una muy baja relación entre las comunidades que viralizan una noticia respecto de aquellas que la desmienten. De hecho, cuando se desmiente la información, existe una altísima probabilidad de que no llegue a la comunidad que la viralizó en un primer momento.

La MOE encontró que, proporcionalmente a la capacidad de viralización, es poca la porción de seguidores que evalúan la veracidad de la información, o que la derivan a otros usuarios con capacidad para corroborar, por ejemplo, a periódicos, páginas de periodismo de datos, etc. Según la MOE, prevalece entonces la función propagandística sobre la informativa, propiciando un clima para la posverdad.

Para la MOE resulta fundamental avanzar en crear durante los procesos electorales comisiones de la verdad conformadas por influenciadores de las distintas campañas, medios de comunicación especializados y de líderes de opinión en redes sociales, para lograr de manera más eficiente, que quien comparte información falsa, pueda tener la posibilidad de recibir la rectificación.

Otro resultado de la investigación indica que cuando las plataformas de redes sociales actúan rápidamente, bloqueando las cuentas y los mensajes reportados como falsos, logran acabar con la noticia falsa. Que usuarios que difundieron fake news hayan sido bloqueados, sienta un importante precedente y demuestra que las redes sociales podrían aportar en el combate de las noticias falsas. Sin embargo, para la MOE, son las autoridades, quienes con el marco normativo actual deben comenzar a tomar decisiones que permitan desincentivar la comisión de posibles delitos derivados de las noticias falsas como el delito de Fraude al sufragante.

Finalmente, la MOE llamó la atención sobre la rapidez con la que la ciudadanía reaccionó frente a las noticias falsas que se presentaron durante las jornadas electorales de este año, comportamiento distinto al observado durante el Plebiscito de Refrendación de los Acuerdos de Paz, en donde no se generaron reacciones rápidas sobre informaciones tergiversadas, exageradas o claramente mentirosas.

Delitos y fraude electoral

Dentro del universo de más de 44 millones de conversaciones rastreadas por la MOE y Acceso se encontraron 621.747 conversaciones sobre posibles delitos electorales.

El delito electoral más denunciado en redes sociales en las elecciones 2018 fue la alteración de resultados o Fraude (420.050) el cual se vio reflejado específicamente en primera y segunda vuelta con la supuesta alteración de los formatos E14. Seguido por la Corrupción al sufragante con el 27%, constreñimiento al sufragante 5%, denegación de inscripción 1%.

Para la MOE, la percepción desbordada de fraude apalancada por las fotografías de un número aproximado de 60 formularios E-14 (97.663 son la totalidad de formularios), generó un ambiente real de desconfianza en el proceso electoral y se convirtió en redes sociales en un mecanismo para la creación de noticias falsas en las que incluso se afectó a la MOE.

Por otra parte, la MOE y su campaña #PilasconelVoto fueron tendencia en las jornadas previas a las votaciones, gracias también a la alianza desarrollada con la red social Twitter Latinoamérica, que permitió la recepción de información ciudadana que pudiera llegar a atentar contra la transparencia del proceso electoral.

Desde el punto de vista del impacto que tuvo esta conversación en el proceso electoral, la MOE encontró que fue durante la segunda vuelta donde se dispararon las denuncias sobre posible fraude: mientras que para las elecciones de Congreso y de primera vuelta presidencial las menciones de delitos electorales había llegado a ser solamente el 1.7% del total de la conversación; para segunda vuelta la proporción de la conversación sobre el total fue del 3%, de nuevo, causada por las denuncias sobre posible fraude en los resultados de primera vuelta.

Finalmente, la MOE llamó la atención sobre la necesidad de fortalecer de manera interdisciplinar una educación que permita confrontar y dimensionar en los ciudadanos, los usos, comportamientos y actitudes que se tienen frente a las redes sociales ya que, aunque han sido una evidente herramienta para la democratización y acceso de la información, también se demuestra que son susceptibles fácilmente a estrategias deliberadas de campañas de desinformación y manipulación.

Credito
BOGOTÁ

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