La agónica lucha de los trabajadores de Esimed por el empleo y la salud

SUMINISTRADA - EL NUEVO DÍA
Hoy se cumplen cien días desde que la Clínica Esimed de Ibagué fue cerrada por incumplimientos en materia de servicios e infraestructura, dejando a más de 300 trabajadores en la incertidumbre por los atrasos salariales, las deudas, el silencio administrativo y las complicaciones en la atención de salud para ellos y sus familias.

El calvario que viven desde hace varias semanas los trabajadores de Esimed en el Tolima se suma al largo historial de ironías que ofrece la trágica realidad nacional. Más de 300 trabajadores de la salud que prestaban atención en la Clínica de la calle 60 de Ibagué, hoy no pueden acceder a servicios en ninguna red hospitalaria por cuenta del atraso de dos meses en el pago de sus salarios, incluido los aportes a EPS y el sistema de seguridad social.

Y la situación del operador de Medimás va de mal en peor. Primero fue el cierre de la Clínica en julio pasado por requerimientos de la Secretaría de Salud del Tolima, luego se conoció la Agente Especial Liquidadora de Saludcoop EPS revocó la venta de Cafesalud EPS, y la semana pasada Medimás decidió retirar a todos los pacientes que eran atendidos en las clínicas de Esimed, dejando en una situación incierta a los empleados.

Escoltados por la zozobra, los trabajadores ingresaban a diario a la Clínica y cumplían sus horarios laborales a cabalidad, como si la situación estuviera normalizada. Pero desde el miércoles de la semana anterior, debido al incumplimiento contractual con la empresa de seguridad, les cerraron las puertas al personal. Desde entonces, cumpliendo en todo caso la asistencia, acuden para resistir el sol y el agua.

Así pues, lo que antes fue uno de los centros hospitalarios más concurridos en la ciudad, donde los sonidos de las sirenas de las ambulancias eran comunes y permanecía funcionando las 24 horas del día, hoy luce desolado y sin el futuro claro de qué pasarán con sus instalaciones. Entre tanto, algunos de los empleados empiezan a sucumbir ante una situación realmente agónica.

 

El drama humano

De acuerdo con Camilo Andrés Adames, auxiliar de enfermería desde hace cinco años de Esimed, al menos el 40 por ciento de la fuerza laboral de la IPS renunció a su contrato laboral para buscar nuevas fuentes de ingreso que les permita enfrentar las crecientes deudas, sostener sus hogares y continuar sus estudios universitarios. Según comentó, algunas personas hoy están ejerciendo labores en la informalidad que nada tienen que ver a su formación y preparación profesional.

“La problemática ha trascendido a nuestros hogares y otros ámbitos como el escolar y familiar. Y ya cobró varias víctimas por decirlo así, porque muchos compañeros están recurriendo a la ayuda de familiares y amigos, y otros han tenido que buscar empleos diferentes como mercaderistas o impulsadoras, o vendiendo globos en los semáforos. En general, están buscando diferentes alternativas de subsistencia”, contó Adames, quien tiene una hija de siete meses.

El silencio administrativo, sumado a los incumplimientos salariales, han sido las circunstancias que minan la confianza de Esimed y la esperanza de que la situación va a mejorar. De acuerdo con Adames, en más de una oportunidad, en aparentes pronunciamientos oficiales, la IPS ha hecho llamados a la tranquilidad a sus colaboradores, expresando la supuesta voluntad de sacar adelante la empresa e informando planes financieros para solventar la crisis. No obstante, las comunicaciones oficiales han resultado en ser falsas.

“Necesitamos saber qué va a pasar con nosotros y que paguen lo adeudado, porque la gente está que explota del inconformismo. Vemos las mentiras y la mala fe de los empresarios de la organización, que han sacado comunicados en los que comprometen pagar y supuestos esfuerzos para reabrir la red, pero investigando nos hemos dado cuenta que son falsos, pero la lucha continúa más por la dignidad y el orgullo que por la misma apertura de la clínica”, indicó.

Entre los muchos casos de dificultades, el de Carlos Mario Sánchez y Omaira Alejandra Gómez, camillero y auxiliar de enfermería, respectivamente, parece ser de los más críticos. Esposos y trabajadores de Esimed desde hace más de cinco años, la pareja afronta una difícil situación por cuenta de los atrasos en los pagos de salud, pensión, cesantías y salarios. Mientras las deudas crecen, Sánchez ha concentrado todos sus esfuerzos en atender a su esposa, quien tiene un cáncer en los ovarios en fase metastásica que ya se está extendiendo por su sistema digestivo.

Internada en el Instituto Nacional de Cancerología, en Bogotá, Gómez enfrenta hoy una situación delicada de salud debido a la falta de atención oportuna, la negligencia administrativa y las arduas diligencias que exigen los prestadores. Según relató Sánchez, aunque su esposa continúa afiliada a Medimás, al parecer, por su condición actual, solo a través de acciones jurídicas ha podido acceder a procedimientos de complejidad.

“La enfermedad de ella no puede esperar, pero nos han hecho aguantar mucho para entregarnos los medicamentos. Solo con tutelas y desacatos es que nos han atendido, de lo contrario, no importa que seamos trabajadores de la salud, no nos brindarían el servicio. Nosotros tratamos de brindar la mejor atención a los pacientes y ahora nosotros, en esa posición, nos duele ver cómo nos están maltratando de esta forma”, afirmó.

La pareja, con un hijo de cinco años, ha debido recurrir a la ayuda de parientes de Ibagué y familiares que viven en la capital del país, pero los gastos diarios en Bogotá, así como la fatiga física y emocional, complican cada vez más su situación. “El estado de mi esposa ha desmejorado, la cuestión es tan severa que no puede alimentarse y los recursos escasean, pero es acá donde nos atienden más rápido, pero ahora estamos a la espera cómo evoluciona y con el temor de que en cualquier momento ella se nos va”, comentó.

 

¿Qué han hecho?

En todo el Tolima son 345 trabajadores de Esimed con incierto futuro laboral. Según anuncio de Elio Fabio Rodríguez, director del Ministerio del Trabajo en el departamento, el pasado miércoles 24 de octubre se efectuó una mesa de concertación en la que los empleados de esta IPS expusieron la grave crisis económica que afrontan y de la que no tienen ningún tipo de respuesta.

Sin embargo, por la prolongada incertidumbre, María Stella Salazar, enfermera jefe y directora de la seccional Tolima del Sindicato Nacional de Trabajadores de la salud en Colombia (Sintrasaludcol) explicó que se aprestan a realizar una nueva mar y adelantan gestiones en el orden nacional.

“No nos podemos ir a la casas, porque hay muchas personas cabezas de familia a las que ya ni siquiera les fían, no tienen con qué pagar recibos, los bancos llaman, les cortaron los servicios, pero vamos a continuar en la lucha con carpas en los días y las noches”, afirmó.

Con el cierre de la Clínica, los pacientes están recibiendo los servicios de cirugía pediátrica, ginecológica, cirugía urológica, dermatológica, servicios de laboratorios, ginecobstetricia y servicios de urgencias, entre otros que se atendían en esa sede, en la Unidad de Salud de Ibagué, en el hospital Federico Lleras Acosta y las clínicas Ibagué y Avidante, en la capital tolimense.

En otros municipios están habilitados el Hospital San Juan Bautista de Chaparral; en Espinal el Hospital San Rafael, en Líbano el Hospital Regional, en Honda el Hospital San Juan de Dios y el Hospital Reina Sofía de Lérida.

 

Dato

La semana anterior, como consecuencia de los cierres a las sedes de las clínicas de Esimed, ordenados por las Secretarías de Salud locales, Medimás EPS decidió retirar a todos los pacientes que son atendidos en las clínicas de esta IPS.

Credito
EL NUEVO DÍA

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