Bomberos del Líbano asumieron el reto de salvar a las abejas

HÉLMER PARRA - EL NUEVO DÍA
A pesar de las necesidades que tienen para prestar los servicios de socorro, los bomberos de este municipio incluyeron dentro de sus responsabilidades el cuidado y sostenimiento de un apiario que proyecta convertirse un lugar de protección y preservación.

Hace 77 años existe en el Líbano el Cuerpo de Bomberos Voluntarios, organismo que se ha mantenido en el tiempo gracias a la vocación de un grupo de ciudadanos que tienen como prioridad ayudar a cualquier ser vivo, sin importar, si es una persona, un animal o un insecto. Bajo esta premisa desde hace un año, han venido trabajando en la protección de las abejas.

El capitán Henry Murillo, narró que con el paso de los años las responsabilidades han aumentado, pues en la actualidad atienden hechos relacionados con incendios, inundaciones, accidentes, traslados médicos, rescate de fauna silvestre y exótica, hasta ayudar a personas que se quedan encerradas en sus propias casas.

Otra de las funciones, es atender los llamados para hacer control de enjambres, tanto de avispas como de abejas, práctica que anteriormente significaba sacrificarlas “porque se presentaron víctimas, en 2012 tuvimos personas fallecidas por las picaduras de insectos, hasta el 2015 vinimos haciendo esto”, contó Murillo.

Pero luego de que los voluntarios, conocieron al apicultor Ricardo Rubio cambiaron su percepción y remplazaron los insecticidas por cajas para colmenas y así se empezó un trabajo de protección, pues comprendieron que estos polinizadores juegan un rol muy importante en el equilibrio de la naturaleza y de la humanidad.

Con la idea de implementar estrategias de preservación se creó la brigada apícola “inicialmente, las entregábamos a los apicultores, posteriormente, en enero del año pasado empezamos a montar nuestro apiario y colmenas, estamos precisamente en ese proceso de formación y aprendizaje”, narró Murillo.

Como todas las grandes acciones que nacen de voluntades y pequeños pasos, inicialmente se tuvo tres colmenas, las cuales se instalaron en un predio del oficial de bomberos Manuel Guillermo Osorio, quien creyó en la idea y aportó un espacio en la vereda Sabaneta, en el sector conocido como La Rampla.

Luego en junio de 2018 se pasó a tener siete colmenas, lo que permitió en agosto obtener una producción de miel de primera calidad.

“Con la brigada, los bomberos se han venido especializando, no solamente en la captura y la recuperación de los enjambres, sino del manejo de la misma colmena, hemos ido aprendiendo, aún nos falta mucho, pero seguimos reinvirtiendo en el mismo proceso”.

 

Un trato de ‘reinas’

Las emergencias por presencia de enjambre en el Líbano son constantes, se ven en los tejados, postes de luz, cielo raso o en sitios cerrados, por lo que hay días en los que se reciben entre dos y tres llamadas, especialmente, en época de verano “en donde se preparan para acopiar alimento, para sostener sus crías y (sobrevivir) en invierno, por ello, este año la cosecha de miel ha sido muy mínima”, narró el capitán Murillo.

Una vez se recibe el reporte, varias unidades con sus trajes de apicultura se desplazan al lugar armados con ahumadores, técnica que ayuda a distraerlas y tranquilizarlas, luego proceden a aislar la zona para evitar los ruidos fuertes.

“Se requiere trabajar con técnicas para controlarlas, porque ellas siempre vienen a atacar”, comentó Murillo. Cuando se capturan, se introducen en unos porta núcleos, que son llevados con total cautela a la estación de bomberos, allí se mantienen por cinco días para su adaptación.

Al estar listas las trasladan al apiario ubicado en La Rampla a las afuera del Líbano, en lo alto de una montaña hay 10 colmenas que se mantienen aisladas con una polisombra. Para ingresar, un bombero lleva el ahumador mientras que el segundo revisa cada una de las cajas, el protocolo incluye una tercera unidad para que se mantenga en alerta por sí se presenta alguna eventualidad.

Esta visita se está haciendo varias veces a la semana, pues en época de invierno y ante la falta de floración deben ser alimentadas para que no mueran, se hace “a través de una técnica en la que se prepara una especie de jarabe con diferentes nutrientes que ellas necesitan”, contó el capitán.

 

Dedicación y esfuerzo

La protección de las abejas se está adelantando con una gran dificultad por parte del grupo de hombres y mujeres voluntarias, pues no cuentan con un presupuesto amplio; sin embargo, el compromiso y la vocación de ayuda los impulsa a crear ideas de emprendimiento.

Todo este trabajo, “es apasionante en la medida de que es un ser vivo, una sociedad muy organizada que nos da ejemplo para muchas cosas, es vida, es naturaleza, el ambiente, es la producción alimentaria”, dijo el capitán Murillo.

Entre las iniciativas está la de vender la miel que las abejas producen, por ello crearon la marca Firebee, con este recurso se sostiene el apiario ubicado en La Rampla y se está trabajando en la instalación de otro en la vereda La Trina.

Otra de las ideas que ya ronda entre los voluntarios, es hacer trabajo de ebanistería y construir las colmenas y porta núcleos para su comercialización, este sería un ingreso más para los bomberos.

Todo este trabajo se hará: “sin descuidar nuestra misión fundamental que es la de control de incendios forestales y los rescates. Atendemos un servicio y protegemos un ecosistema”, concluyó el capitán Henry Murillo.

Credito
XIMENA VILLALBA C.

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