No todo está claro en el Censo

TOMADA DE INTERNET - EL NUEVO DÍA
De acuerdo con el director del Dane, Juan Daniel Oviedo Arango, la cifra de 45.5 millones de habitantes tiene sentido dentro de la Colombia que estamos viviendo.

El desfase en las cifras reveladas por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane, sobre el Censo de Población, sigue en el ojo del huracán y ha causado gran incertidumbre por las consecuencias que pueda acarrear para la economía del país.

Las dudas salieron a la luz pública en el marco de un debate sobre el censo programado en el Senado de la República, la senadora María del Rosario Guerra cuestionó que los resultados del censo agropecuario del 2014 no eran del todo veraces porque tuvo problemas técnicos y de acceso a las zonas donde los funcionarios del Dane debían llegar.

De igual manera, con los resultados del censo poblacional, cuyos resultados se publicaron el año anterior, ya que según las proyecciones se hablaba de 50 millones de colombianos, pero el dato entregado fue de 45.5 millones de colombianos.

Con respecto a los cuestionamientos realizados en el Senado, el director del Dane, Juan Daniel Oviedo Arango, considera que “las proyecciones poblacionales que le había generado al país la expectativa de que íbamos a ser 50 millones de colombianos es un modelo que se corrió en el 2005, es decir 13 años atrás, y es un modelo que no pudo reconocer la definición drástica de la tasa de fecundidad de las mujeres en el país, el mejoramiento de las expectativas de vida y los flujos migratorios que se tuvieron durante esos 13 años, ítem que influyeron en los resultados del censo entregados el años pasado”.

 

El debate

Oviedo Arango señala, “cuando me refiero a los problemas logísticos y a los problemas de no haber corregido las proyecciones de los censos a sabiendas que existían referencias internacionales que incitaban a actualizar esas proyecciones, no estoy haciendo espejo retrovisor al gobierno Santos, ni estoy acabando con la credibilidad del Dane ni destruyendo la reputación de la institución, sino que estamos en capacidad (como una oficina en el país que tiene 65 años de existencia en el país) de garantizar que los errores en proceso no se traduzcan automáticamente en dificultades o inconsistencias en los resultados”.

Sin embargo, Jaime Rendón Acevedo, doctor en Economía Internacional y docente de la Universidad de La Salle, estima que “el director del Dane ha venido generando una serie de debates, de discusiones planteando que tiene que salir al país a decir la verdad de las cifras tanto frente al tema del crecimiento económico del año pasado como del censo poblacional y agropecuario de 2014”.

“Empieza a asumir un papel preponderante que creo deba tenerlo al comentar las cifras, sino que por el contrario, la entidad debe ser quien suministre las cifras a los analistas, empresarios y tomadores de decisiones”, asegura el experto.

 

Las correcciones

El director del Dane, Juan Daniel Oviedo Arango, indica que desde el primero de noviembre del año pasado se entregaron los resultados del Censo a una comisión independiente externa, y se ha recibido ayuda internacional para hacer procedimientos de cálculo de una variable que es supremamente importante y es la omisión censal probabilísticamente porque es imposible que se pueda censar a todo el mundo.

Se tienen las herramientas metodológicas para garantizar la información preliminar que se dará a conocer a finales de junio del presente año.

 

La confianza

Además, los expertos consideran que más allá de las diferencias en las cifras, el verdadero inconveniente para el país es un tema de confianza tanto en la economía interna como para los inversionistas extranjeros.

Jhon Alexis Díaz Contreras, director del Programa de Economía de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, Unab, argumenta que “lo más delicado de todo es generar desconfianza de todo los inversionistas. Las cifras se podrán corregir, pero la desconfianza en el mercado internacional y los inversionistas es muy delicado a la hora que le cambian cifras”.

De acuerdo con Díaz Contreras, en el mercado internacional es posible que se castigue un poco esa sensación de desconfianza en las cifras que entregue el Dane y será un costo que tendrá que asumir el país.

“Todo lo que se mueve a través de los mercados bursátiles se mueven día a día entonces es muy probable que en estos momentos se resientan un poco, pero una vez se aclare, ellos absorben la solución y recuperarían en la información estadística del país”, opina.

En este mismo sentido, el docente de la Universidad de La Salle manifiesta que todo esto es grave porque lo que deja es un halo en la sociedad que no hay que creer en las cifras del Dane, y aún más, porque es la única institución estadística que hay en el país.

De igual manera, argumenta que “esta actitud del director del Dane lo que nos va a llevar es a una crisis muy fuerte de credibilidad en la institución porque la corrección de las cifras se están corrigiendo de tal manera que se puede dar una lectura a la corrección de las cifras, no es una lectura técnica porque una parte de la explicación es que el Gobierno anterior utilizó las cifras como un elemento político para mostrar unos buenos resultados”.

 

¿Y los recursos?

El director del Dane reconoce que la asignación de los presupuestos en función de la población se hace es en términos de cuánto porcentaje de población tiene un departamento frente al total nacional, “pero esas participaciones relativas no cambian drásticamente en 13 años porque en el país no ha habido un hecho natural catastrófico que haya llevado a que toda la población de un departamento emigre a otro, si ha habido migración interna y hay que reconocerlo, pero las estructuras relativas no cambian estructuralmente”.

En este sentido, el director de Economía de la Unab señala que “con lo eminentemente técnico si preocupa que se conozca a estas alturas que el Dane reconoce que no tenía bien esas proyecciones de población porque muchas solicitudes al Gobierno central se hacen sobre la base de población y se asignan recursos, entonces es muy probable que se haya asignado recursos a regiones que muy probablemente se hubieran utilizado para otros entes territoriales que los hubieran necesitado aún más ...”.

Por su parte, el docente de la Universidad de la Salle indica que “no sabemos si las cifras del Gobierno pasado están mal planteadas, entonces cómo pensar que con esas cifras se van hacer unos planes de desarrollo territorial”.

En esa línea, Oviedo Arango agrega: “mi opinión como economista es que existe un imaginario que la plata no se reparte sobre las participaciones relativas sino que se reparten sobre los valores absolutos, entonces todo el mundo quiere ser más, y si existe ese imaginario que la plata del presupuesto se asigna en función de la gente y no del peso que representa cada gente, por eso todo el mundo quiere ser más”.

Entonces, anota el director del Dane, “asumir responsablemente el debate que en Colombia somos menos como diferentes estudios que se han hecho y que a lo largo de los años lo venían anunciando también implica asumir un costo político como lo que está pasando en Bogotá que el alcalde Enrique Peñaloza hizo la proyección sobre 8 millones de personas, pero según el censo solo aparecen 7 millones 150 mil personas”.

 

Dato

Para el caso de Bogotá, el Censo de 2005 señalaba que tenía 6.778.691 personas y proyectaba al año 2018, 8.181.047, pero al final  la cifra es de 7.150.000. 

Credito
NELLY VECINO PICO

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