La privacidad no sería una prioridad en el futuro

Los norteamericanos se enfrentan a la posibilidad de que su gobierno incremente dramáticamente la cantidad de datos privados que guardan sus proveedores de Internet, y a que pueda revisar sus datos de navegación y sus transacciones hechas a través de la Red en cualquier momento.

Esta semana un exdirector del Centro de Contraterrorismo de la CIA afirmó que el potencial cibercriminal de Al-Qaeda es suficiente para generar caos en Estados Unidos. En ese mismo país, un panel aprobó un proyecto de ley para proteger a los menores de los pedófilos que permitiría a los proveedores de Internet almacenar información crediticia, bancaria e historial de navegación de sus suscriptores, todo esto una semana después de que el Departamento de Justicia identificara a 72 sospechosos de traficar con pornografía de menores, de los que atrapó a 52.

 


Autopublicación

 

Antes de pensar en software malicioso, leyes extremas o fallas de seguridad, considere que la mayor cantidad de información privada es publicada por sus propios dueños. Ni siquiera quienes han permanecido fuera de las redes sociales modernas pueden sustraerse del todo al fenómeno; sus familiares más cercanos publican fotografías, sus amigos los reconocen y etiquetan, y finalmente su círculo de conocidos se entera de que tienen un nuevo corte de pelo, se mudaron de casa, o de que murió su mascota.

 

Servicios como Foursquare van más lejos, permitiendo a sus usuarios publicar voluntariamente su ubicación con ayuda de teléfonos equipados con GPS, y hacer reseñas de los negocios, tiendas y lugares que visitan. Foursquare entrega medallas a sus usuarios más activos, como recompensa por su trabajo. Pero lo que este y otros servicios de Internet parecieran demostrar es que las personas están cada vez más dispuestas a ceder parte de su privacidad para recibir beneficios, incluso si son tan sencillos como pertenecer a una comunidad que les brinda información sobre el restaurante que planean visitar en la noche.

 


Leyes en espera y un avión Wi-Fi

 

La propuesta se llama H.R. 1981, para algunos un número ominosamente cercano al título de la pesimista novela 1984 de George Orwell, y si es aprobada el gobierno de Estados Unidos tendría la posibilidad de pedir registros de navegación de cualquier internauta en el país. El borrador actual del documento establece que los proveedores de servicios de Internet tendrían que almacenar los últimos 18 meses de información de navegación de cada uno de sus suscriptores “en un lugar seguro”. Los datos crediticios y bancarios no sólo estarían incluidos, sino que tendrían prioridad.

 

El objetivo de la ley es combatir la pornografía infantil, pero varios expertos han opinado que no funcionaría mejor de lo que otras medidas más moderadas, o reformas a la ley actual podrían funcionar para combatir ese problema. La mayoría teme, en cambio, que el efecto de esa ley desestimule el uso de la Red para el comercio, pues sus usuarios estarían conscientes de que cada una de sus transacciones es registrada y puede ser monitoreada.

 

Mientras tanto, dos investigadores de seguridad construyeron un avión autodirigido que puede detectar redes Wi-Fi en tierra y almacenar su posición en una base de datos. Mike Tassey y Richard Perkins exhibieron su avión en la conferencia de seguridad DefCon, donde también demostraron su capacidad para interceptar y grabar llamadas de celulares e incluso desactivar los servicios de Internet y telefonía de las personas debajo suyo.

 


Sospechosos: 72

 

En cuanto a la capacidad actual para atrapar a círculos de traficantes de pornografía infantil, la semana pasada el Gobierno norteamericano demostró que no está en incapacidad total. El FBI anunció que identificó a 72 sospechosos de colaborar con un portal dedicado a distribuir pornografía infantil, a pesar de que los usuarios utilizaban técnicas de redirección de paquetes a través de proxies fuera del país, y software de cifrado de información.

 

Sus nombres de usuario en el portal, un foro cuya membresía era revisada constantemente por los administradores, también eran anónimos. El Fiscal General indicó que “sin importar cuán tecnológicamente conocedores crean ser los criminales, los encontraremos, desmantelaremos sus redes y los traeremos ante la justicia”. Hasta el momento, 13 de los 52 miembros del foro que han sido arrestados se han declarado culpables y afrontan condenas de hasta 30 años.

 

Fundador de FireFox quedó fuera de GOogle+Blake Ross, al menos uno de los ocho usuarios que figuraba con ese nombre en la nueva red social Google+, fundó el proyecto FireFox hace casi 10 años, dando vida al segundo navegador de Internet más usado del mundo, y ahora trabaja como director de producto para Facebook.Desde esta semana, ese Blake Ross ya no pertenece a la red social de Google; un algoritmo automatizado calculó que el desarrollador de software y ejecutivo no cumplía con los términos y condiciones del servicio, y dio de baja su cuenta.Únicamente la cuenta de Google+ de Ross fue afectada; todavía puede acceder a su correo electrónico de Gmail y a los demás servicios de la compañía.

 

Pero su historia es como la de otros centenares de usuarios que han criticado el sistema arbitrario que utiliza Google para cancelar cuentas en su nuevo experimento social, sin enviarles primero una advertencia; los seleccionados por el algoritmo simplemente reciben un mensaje que dice: “Después de revisar su perfil, determinamos que el nombre que ha ingresado viola los Estándares de la Comunidad”.Los desarrolladores y directores de Google+, un servicio aún en periodo de prueba, han hecho énfasis en su interés por que los usuarios entreguen al sistema su nombre real.

 

Empresas, organizaciones y artistas aún no tienen una forma efectiva de unirse a la red, aunque el director de la rama social de Google, Vic Gundotra, y su grupo de trabajo han asegurado que planean incluirlos de forma apropiada en el futuro cercano.La cancelación de la cuenta de Blake Ross demuestra­ que el algoritmo puede dar de baja a personas que no utilizan seudónimos.

 

Los más de 10 mil usuarios de Google+ que lo seguían tampoco fueron tomados en cuenta por el sistema. El desarrollador vio restablecida su cuenta antes del fin de semana. Para usuarios con menor notoriedad, la expulsión automática ha sido más difícil de reversar.

Credito
EL NUEVO DÍA

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