¿Trinar o no trinar?: ese es el dilema

La red se ha unido para ayudar a las víctimas de los daños, saqueos e incendios causados por los disturbios de esta semana y la Policía ha utilizado las redes sociales para recibir el apoyo de los ciudadanos e incluso para publicar información sobre los infractores. Mientras tanto, el Gobierno estudia la posibilidad de implementar medidas de censura sobre las tecnologías de comunicación en el país

  La mañana del martes, Aaron Bieber, de 89 años, encontró rotas las ventanas de su barbería en el área de Totternham. No udo encontrar sus implementos de trabajo: habían sido robados por jóvenes amotinados que destruyeron el suyo y cientos de otros pequeños negocios en Londres.


Richard Manning­ton no tuvo tanta suerte; sus heridas le causaron la muerte después de que intentara apagar un incendio iniciado por los manifestantes. Un joven de 22 años fue capturado como sospechoso. Mannington tenía 68. La siguiente víctima del desorden protagonizado por una porción de la juventud inglesa, que utilizó redes como Facebook y Twitter para coordinar sus motines, puede ser menos puntual: el país estudia la posibilidad de censurar el acceso a las redes sociales.

Propuesta absolutista

El jueves en la tarde Aaron Bieber recibió una carta de un ciudadano de Noruega. Dentro encontró el logo de un portal de Internet y un billete de 20 libras esterlinas. Cientos de donaciones similares lo ­dejaron con un total de 30 mil libras para reconstruir su negocio y planear su ­futuro.

En Londres los daños materiales de las manifestaciones están siendo reparados por un ejército de voluntarios, y la ciudad recupera poco a poco la normalidad, aunque sus habitantes no volverán a ver varios edificios históricos y a víctimas como Richard Mannington.

Pero, tras confirmar que muchos de los jóvenes que se agruparon durante las noches de esta semana para desatar el caos en la capital inglesa usaron redes sociales y mensajes de texto para coordinar sus ataques, el Gobierno del país estudia la posibilidad de tomar medidas que podrían marcar su historia digital más seriamente de que lo que las arremetidas de la juventud lo hicieron con Londres.

Entre las propuestas está bloquear el acceso de los ciudadanos a Facebook, Twitter, las redes de mensajería de BlackBerry y otros medios de comunicación. Visto de otra forma: el Gobierno de Inglaterra pretende implementar exactamente las mismas medidas que impusieron las dictaduras de Libia y Egipto sobre un pueblo que protestó contra ellas.

Reacción no reaccionaria

La Policía de Manchester, otra ciudad que sufrió de disturbios esta semana, tuvo una iniciativa diferente para desestimular las manifestaciones violentas: en lugar de bloquear el acceso a las redes sociales, el Departamento de Policía de la ciudad utilizó la cuenta @GMPolice en Twitter para publicar los nombres y fecha de nacimiento de las personas condenadas por participar en las manifestaciones.

La Policía aclaró que publicó las fechas de nacimiento para evitar confusión con personas que tuvieran el mismo nombre que los condenados.

La cuenta ganó casi 100 mil seguidores en un lapso de apenas tres días, algunos de los cuales incluso se ofrecieron a ayudar en las labores de investigación y control como agentes especiales.

La Policía de Londres, por su parte, publicó en un perfil público de la red social de fotografías Flickr­ centenares de imágenes de las escenas de violencia en la ciudad, pidiendo a los internautas que ayuden a identificar a los sospechosos de robo y vandalismo.

Haciendo pública la información de los infractores a través de la red, una acción que algunos han comparado con las estrategias de grupos de hackers como Anonymous, los dos departamentos de Policía de Londres y Manchester han usado la tecnología a su favor, en lugar de tratar de bloquearla.

Plumas y tinta

Mientras la Policía se encarga de los autores puntuales de los crímenes cometidos esta semana, el Gobierno de Inglaterra propone implementar un sistema que permita a las autoridades desconectar a los ciudadanos de redes sociales en situaciones especiales.

El primer ministro David Cameron ha dicho que el “libre flujo de información puede ser usado para el bien, pero tambiénpara el mal, y cuando la gente usa las redes sociales para la violencia, debemos detenerla”, poniendo no sólo a los londinenses en alerta sobre lo que esto podría significar para su libertad de expresión, sino también al resto del mundo.

Con las cenizas de los incendios todavía calientes en algunas de sus ciudades, Londres podría establecer un precedente de bloqueo a las comunicaciones: el que sobrevendría cuando sus usuarios las utilizan para coordinar actos de “violencia, desorden y criminalidad”.

Defensores de la libertad de expresión en la red como Curt Hopkins, del portal ReadWriteWeb, expone que el Primer ministro británico no comprende las redes sociales. “Bloquear el acceso de convictos a redes sociales bajo la premisa de que las usaron para planear sus crímenes es como prohibirles el uso de plumas y tinta. Tendrá un efecto nulo sobre el crimen, y logrará criminalizar a las redes sociales mismas”.

 

Google+ promete diversión ajustada a su agenda

Durante las últimas semanas la nueva red social de Google se ha hecho famosa por exigir a sus usuarios utilizar su nombre verdadero, y por cancelar las cuentas de aquellos que su algoritmo detecta como infractores de sus Términos y Condiciones.

Esta semana el equipo de Google+ pretende dar una nueva imagen a la plataforma, introduciendo aplicaciones dentro de la misma o, específicamente, los primeros juegos que están disponibles para sus usuarios.

“Compartir es más que conversar”, dice una entrada en el blog oficial de la red social, aún en periodo de prueba y no abier­ta al público. “Las experiencias que vivimos juntos son tan importantes como nuestras relaciones”. Esta semana el equipo de desarrolladores anunció que juegos como Angry Birds, Sudoku, Crime City, Diamon Dash y Dragon Age estarán disponibles en Google+ dentro de poco tiempo.

Empeñada en no repetir los errores de sus antecesores, la compañía no piensa mezclar los juegos con los perfiles de sus usuarios. En otras pala­bras: los suscriptores de Google+ no verán mensajes sobre cómo les fue a sus amigos en la última partida de Sudoku, o cuántos puntos hicieron en Angry Birds.

Bajo el slogan “diversión ajustada a su agenda”, el equipo creó una categoría de la red social dedicada exclusivamente a los juegos, donde los usuarios podrán entrar cuando sientan que pueden permitirse un momento de relajación, sana competencia, o quizá de obsesión por superar el puntaje más alto que puso uno de sus amigos en su juego casual favorito.

El blog oficial de desarrolladores de Google tiene, ahora, una sección dedicada exclusivamente a aquellos interesados en crear nuevos juegos y aplicaciones para la red social de la empresa, que puede visitarse directamente en la dirección googleplusplatform.blogspot.com.

Credito
JUAN MARTÍNEZ MARTÍNEZ

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