Sin embargo, las recientes noticias de hackeos a cuentas de reconocidos personajes de la vida pública, así como a entidades del gobierno y hasta a empresas, generan el interrogante de si vale la pena o no hacer presencia en redes como Twitter o Facebook, exponiéndose a que le violen la seguridad, le roben información o lo suplanten.


Las compañías colombianas escogieron estas redes como los lugares para albergar sus perfiles, pero parecen haber olvidado los riesgos, las posibles suplantaciones de identidad, los robos de información, la ingeniería social y otras prácticas de ataques cibernéticos que pueden llevar una marca hasta su muerte. 


Al respecto Gabriel Marcos, director de seguridad y datacenters de Global Crossing, manifiesta que aún falta mucho para que las empresas entendieran que los perfiles y la información que revelan a sus seguidores y fans, puede guiarlos a la pérdida de datos críticos. "Hay riesgos asociados a la imagen, al prestigio de las empresas y a la confidencialidad. Hay riesgos técnicos, hay técnicas de ataques específicamente diseñadas para redes sociales y hay que concientizar al usuario sobre el uso", añadió.


Andrés Velázquez, especialista en computación forense y presidente de Mattica, dice que a pesar de que las empresas se han acercado a las redes como un sistema de mercadotecnia, no han entendido que la información que postean allí puede tener un uso contraproducente para la marca. El experto señala que desde hace mucho tiempo los hackeos dejaron de estar dirigidos a personas y que algunas compañías ya han sido víctimas de ello, aunque son ataques que no se hacen públicos para que lar marcas no se vean afectadas.


El secreto detrás de salir de un hackeo, dice, son los equipos de relaciones públicas, pues una respuesta inmediata y óptima puede significar llevar una compañía hacía el éxito, o tener una reacción tardía pueden generar el final. 


Wilson Suárez, director de Prospectador, añade que además en Colombia hay un riesgo potencial más grande, pues las empresas desde que empezaron a trabajar en el uso de las redes sociales, de la publicidad y el mercadeo online, sólo se preocuparon por obtener el servicio más barato, no por verificar que quien les presta dicho servicio cumpla con los estándares de seguridad que se requieren para el tipo de información que manejan.


Sin embargo, hay quienes piensan que estas redes no representan un inminente peligro, tal como lo considera Andrea Villate, analista de nuevos medios. A su juicio, lo que sucede es que muy pocas se dan a la tarea de estudiar, antes de crear un perfil, las características de seguridad que pueden configurar en su cuenta, los tipos de perfil que pueden crear y las restricciones y reglas que deben ponerle a la interacción que van a realizar.