Qué podemos esperar de la tecnología en la próxima década

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Diez son las tendencias que primarán en los próximos años en el desarrollo tecnológico, entre las que figuran sensores a pantalones o camisas que permitirán recoger datos sobre el organismo del portador.

Hugh Forrest, considerado gurú de las tendencias tecnológicas, apuntó esta semana en Zaragoza que en los próximos 10 años el desarrollo tecnológico que más puede avanzar será el de la tecnoindumentaria o la que permita llevar chips incorporados en el cuerpo humano.

Forrest, director del SXSW Interactive, un festival tecnológico y del pensamiento que se celebra anualmente en Austin (Estados Unidos), participó en el V Congreso de Cultura Iberoamericana en una conversación con Joana Sánchez, presidenta de Incipy, titulada “Tendencias digitales: impacto en el mundo de la cultura”.

Diez tendencias

Forrest desveló las 10 tendencias que, a su juicio, primarán en los próximos años en el desarrollo tecnológico y, entre ellas, destacó “la que se puede llevar”, es decir, aquella que incorporará sensores a pantalones o camisas y que permitirá recoger datos sobre nuestro organismo o la que podrá llevarse en tatuajes.

En este sentido, reconoció que la experiencia de Google Glass no ha tenido mucho éxito pero ha insistido en que se trata de la “primera generación” y apostó porque este será el camino en el que más rápido se avanzará en los próximos años.

Forrest, quien insistió en que es difícil “adivinar” lo que tendrá éxito, dijo también que en el futuro cualquier superficie de nuestro entorno podrá convertirse en un ordenador.

“Dentro de 10 años veremos cambios enormes, algunos bastante temibles, para los que tenemos que estar preparados”, indicó, al tiempo que recordó el cambio de uso que ha vivido el smartphone en la última década.

Los grandes cambios

que ya vienen

Para el director del SXSW Interactive, también crecerá en los próximos 10 años la financiación masiva de proyectos o los sistemas educativo y sanitario en el que existe “un futuro enorme” en cuanto al desarrollo de tecnología para autodiagnósticos, además del sector del transporte en el que Google ya trabaja en coches inalámbricos y no tripulados.

En este mundo tecnológico, Forrest resaltó también la necesidad de que las entidades culturales se mantengan “actualizadas” porque los consumidores están cambiando y quieren absorber los contenidos “en su propio espacio y tiempo”.

Por su parte, la directora global de estrategia digital de Penguin, Molly Barton, valoró la existencia de redes sociales especializadas que responden a la necesidad de los artistas y personas interesadas en una manifestación cultural concreta de compartir sus experiencias y que permiten, a su vez, la creación de una red de colaboradores y también de público.

Sistemas sofisticados

En la conversación titulada “Industrias culturales y empresas tecnológicas: ¿condenadas a entenderse?, que mantuvo con Concha Barrigós, redactora jefe de Cultura de la Agencia Efe, Barton dijo que la sociedad “se está sofisticando en el uso de Internet” y resaltó que estas nuevas redes sociales tienen “más normas de compromiso” que las hacen “valiosas” para los procesos creativos.

Por ello insistió en que plataformas como Bookcountry, creada por él mismo y propiedad de la editorial Penguin y destinada a escritores o Seed&Spark, dirigida a cineastas, pueden ser “un puente hacia la expansión” cultural y ofrecer a los principiantes una oportunidad.

En estas plataformas, los escritores, por ejemplo, pueden colgar el borrador de su obra si previamente se han leído otro texto colgado en la página, de forma que se crea una red más amplia de relaciones entre personas interesadas en un mismo campo.

Barton valoró, además, la necesidad de buscar “un equilibrio” entre el libro digital y el impreso y ha considerado que, en los próximos años, habrá “gran variedad” en cuanto a dispositivos para leer.

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