La instalación de software ilegal facilita el cibercrimen

SUMINISTRADA - EL NUEVO DÍA
Durante los últimos meses el mundo vivió dos ataques cibernéticos que afectaron a más de 170 países y registraron millones de dólares en pérdidas monetarias.

Wannacry y Petya fueron ataques de tipo ransomware, es decir, programas que cifran los archivos en el computador de sus víctimas y exigen el pago de una recompensa para regresarlos a su forma original, que afectaron a miles de ordenadores en el globo.

Entre las víctimas más recientes se encuentra una compañía surcoreana que canceló $1 millón de dólares para recuperar sus archivos.

 

Tipos de ataque

En otra modalidad de ataque los piratas informáticos usan un programa malicioso, o Malware, con el que acceden a los ordenadores para sustraer información personal, o para apropiarse del dinero o la propiedad intelectual de sus usuarios. Una vez infestado con este software, el sistema es más vulnerable ante un ciberataque.

En este escenario, un estudio encargado por BSA The Software Alliance a la empresa IDC, encontró que existe una correlación muy alta entre las tasas de uso de software sin licencia y los encuentros de malware: 0,79 de correlación.

Al utilizarse software sin licencia, las probabilidades de que el equipo se debilite y esté desprotegido ante ataques digitales aumenta.

En otras palabras: la instalación de programas ilegales facilita la propagación del cibercrimen.

 

No al software pirata

Rodger Correa, director de Marketing para Latinoamérica de la BSA The Software Alliance, aseguró que “está detectado que el uso de software no licenciado o software pirata es una de las principales causas de la activación del software malicioso en los dispositivos que, a su vez, abre la puerta al cibercrimen. Actualmente, el 71% de las empresas admiten haber sido víctimas de un ciberataque, con pérdidas de hasta 400 millones de dólares al año”.

Cabe recordar que, en Colombia, BSA descubrió que el porcentaje de software sin licencia instalado en las computadoras asciende a 50%, una cifra alarmante, frente a los peligros de ciberseguridad que esto representa.

Credito
JUAN MARTÍNEZ MARTÍNEZ

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