Cultura ciudadana

Refiriéndome a cómo nos portamos los ibaguereños en la celebración de las fiestas del folclor, en pasada columna escribí que no nos faltaba cultura ciudadana ni sentido de pertenencia porque que al ser un pueblo inculto, irrespetuoso, descuidado y grosero, simplemente, jamás las habíamos practicado.

Luego, es pertinente y cae como anillo al dedo que la Alcaldía, el sector privado, la academia, la Organización de Estados Iberoamericanos y medios de comunicación como EL NUEVO DÍA, el viernes pasado hayan lanzado una campaña, precisamente, como estrategia para generar entre sus habitantes cultura ciudadana y sentido de pertenencia.  Según el Alcalde, desde hace un año se venía trabajando en su programación.

 

Esperamos que genere el efecto deseado porque lo necesitamos con urgencia. Pero, para que produzca tal resultado, tuvieron que haberla planeado verdaderos expertos y no cualquier hijo de vecino o proponente sin oficio, por lo cual la expectativa es que no sea un embeleco más que en pocos días puede quedar relegado al cuarto de San Alejo.

 

¡Ojo! Nuevo Alcalde, si la campaña es estructurada y, en estos pocos  meses que faltan para finalización de mandato, obtiene algún mínimo efecto se debe continuar, porque un cambio de actitud ciudadana no se logra  de hoy para mañana, sino que es un proceso de varios años. Me preocupa la superficial respuesta del Alcalde ante la pregunta sobre fórmulas para controlar y evaluar resultados.

 

Ojalá, haya contestado a la ligera o, sin tener previo conocimiento, porque a los ciudadanos sí se les puede enseñar a tener identidad y a empoderarse de su ciudad, pero no lo hacen por obra y gracia del Espíritu Santo o sólo porque se lanzó una campaña. Por tanto, priman evaluaciones y controles en temas estratégico de la misma, como los son: aplicación de sanciones, movilidad, cultura, seguridad, convivencia y conservación del medio ambiente. Me preocupa también el eslogan: “Ibagué es más de lo que ves”.

 

No es contundente, no es inteligente, es una frase ambigua y con doble significancia que puede llegar a ser bastante negativa.

 

Resulta que si  Ibagué fuera organizada como cualquier ciudad gringa o europea, le caería de perlas. Pero, como además de tener habitantes inciviles y desobedientes, es ensordecedora, desordenada, bochinchosa, con desperdicios, basuras y desechos por doquier, malos olores, ventas callejeras, locos, desechables, drogadictos, familias de limosneros, perros vagabundos, cortes seguidos de agua y luz, invasión de espacio público, calles deterioradas al máximo, despelote vial, sin  suficientes lugares de recreación, actitud impotable del comercio, etc., pienso que la frase le hace daño, porque muchos la podemos tomar como advertencia que veremos aún más de este caos sin fin en que se ha convertido “La Musical”, como le decía nuestro ausente arquitecto y columnista, “Coqui” Carrero. 

Credito
AMPARO MARGARITA MORALES FERIA

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