Pido la palabra: Olímpicos colombianos

Este año Colombia dio ejemplo de superación, sobre todo repartiendo pata. Miren a Rentería, Alvear y Muñoz, con sus bronces de lucha, judo y taekwondo, aunque a mí el logro de este último no me sorprende; alguien nacido en un pueblo de Magdalena llamado “El Difícil” y con un hermano de nombre Rigumberto, tiene que haber aprendido a dar trompadas desde chiquito para hacer respetar la familia.

En cuanto a Figueroa yo creo que hubiera podido ser medalla de oro desde Pekín 2008, pero una lesión lo dejó por fuera de competencia, como a Vargas Lleras que se le atravesó también una lesión, nada más y nada menos que la re-lesión de Uribe que lo dejó por fuera  de las justas presidenciales, de la misma manera que la re lesión de Santos lo dejará por fuera del 2014. No hay de qué preocuparse; Cambio Radical sabe cómo correr sus justas y su peso específico le ayuda a acomodarse en el carril del mejor postor, mostrando que la medalla de plata puede llegar a valer más que la de oro. Pura alquimia.

Los deportes de elite o “elitistas” no suelen darnos medallas. Nos otorgan alegrías los deportes que practican los pobres. Por ello debemos reconocer que una de las ventajas de las delegaciones colombianas es tener tanto pobre, porque aumenta las probabilidades de tener excelentes deportistas en pesas, lucha, boxeo, ciclismo. Por eso a los políticos de nuestro país se les debe agradecer el esfuerzo que realizan por incrementar el número de pobres en las regiones para gloria de la Nación.

Desde el momento que Rigoberto Urán se colgó la medalla, los colombianos supimos que nos iba a ir bien, pese a que Rigo miró para atrás y eso no convienen; miren como quedó el senador Juan Carlos Vélez que por mirar hacia atrás lo quieren sacar de la U. Es mejor ser como Roy Barreras que siempre mira para adelante, otrora furibista y hoy en las toldas del santismo. Debe ser su mejor amiguis.


Lo de Ibargüen en su salto triple es de admirar. Probablemente su entrenador fue Angelino Garzón, a quien hemos visto saltar en los últimos meses cambiando de posición de una manera magistral.


La reina sin lugar a dudas fue Mariana Pajón que se vistió con guante blanco y otro negro y medias de doble color. No quiero imaginar cómo se viste el 31 de octubre. Debo confesar que lo primero que pensé fue que a la chica Pajón se le notaba lo paisa; si hubiera sido tolimense probablemente hubiese ganado todas las semifinales y habría perdido en la final, cosa a la que nos tiene acostumbrado el Deportes Tolima. A propósito: ¿Qué pasaría si al deporte nacional le dan por lo menos la décima parte de lo que le dan al fútbol? La empresa privada es muy buena para aparecerse en el último mes como adalid del deporte colombiano, de resto no se les ve por ningún lado. Mejor aún, a los deportistas deberían darles pensión vitalicia, como las que se otorgan los mismos congresistas a cambio de avergonzarnos en toda nuestra corrupta existencia.


Ocho medallas. Esperamos pronto Brasil 2016. Si los políticos siguen como van, habrá más pobres haciendo deporte y orgullosamente podremos doblar el número de preseas.

Credito
RICARDO CADAVID

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