Agua en Ibagué

Por supuesto que Ibagué tiene un problema de suministro de agua para el consumo humano y urbano, y tiene también una gran demanda de líquido para uso agrícola. Cuando hay caudales grandes, la turbidez impide la captación en ocasiones repetidas, y cuando hay estío el agua parece insuficiente.

Por supuesto que Ibagué tiene un problema de suministro de agua para el consumo humano y urbano, y tiene también una gran demanda de líquido para uso agrícola. Cuando hay caudales grandes, la turbidez impide la captación en ocasiones repetidas, y cuando hay estío el agua parece insuficiente.

La ingeniería acepta que los problemas de acceso al agua se pueden atacar en tres frentes: El del suministro, el del consumo y mediante el cambio de las acciones institucionales. Por los lados del Ibal, suministro, hemos oído de mil soluciones, que van desde trasvasar agua de la cuenca de Cocora hasta hacer obras pequeñas pero de alto impacto en sitios específicos de las captaciones y conducciones. También se ha hablado de crear reservorios que mitiguen la turbiedad en unos casos y sirvan en estío en otros casos, inclusive con la promoción de tanques de almacenamiento para cada predio. Por el calentamiento global, cada vez podemos confiar menos en el suministro de agua por el casquete del Nevado. Supone uno que estarán trabajando para acometer las acciones que al Ibal le corresponden.

Pero por el lado del consumo no se ha oído mucho. De una parte, recurrentemente hemos oído que las pérdidas en la distribución de agua tratada son muy altas en el Ibal y alguna vez se mencionó la cifra de 40% lo que parece un escándalo. ¡Ah bueno conocer las cifras actualizadas!. En este campo, seguramente hay unas inversiones cuantiosas que es necesario acometer. Pero en la casa del consumidor también hay cosas que se pueden hacer. Se me ocurre que, además de las consabidas y necesarias campañas de convencimiento del ahorro y del uso de aparatos de bajo consumo, podrían existir estímulos por el lado de las tarifas haciendo que estas sean mayores en verano, lo que lleva a que por la vía del bolsillo se complemente la educación hacia el consumo menor. 

En invierno, bajaría la factura con inferior tarifa pero también con consumo pequeño por el aprendizaje recurrente. Ignoro cuál es el consumo per cápita de agua facturada. En mi casa, con base en el promedio que trae el recibo más reciente, calculé 286 lt/día por cada persona. Para comparar, un estudio reciente (Hanak, et al. 2011) nos cuenta que el promedio del uso urbano en California es de 760 litros/día per cápita (ldpc), mientras que en las ciudades grandes de Australia está entre 300 y 490 ldpc y que en Israel y España es de 318 y 288 ldpc respectivamente. ¿Cuánto es en Ibagué?

Finalmente, en lo que tiene que ver con las acciones institucionales, tenemos la responsabilidad de Cortolima como autoridad ambiental local, y la de la Alcaldía e Ibal como mayores implicados. También hay asociaciones de usuarios involucrados. Nunca me cansaré de pedir, de exigir, que la cuenca se recupere y que se retire de ella a quienes le producen daño. Todos debemos tener, como propósito mayor y de largo plazo, que Ibagué tenga agua para nuestros nietos. Que no se sigan construyendo inútiles muros de contención a lo largo del río. Si hay predios en peligro, reubiquemos a sus tenedores con la plata que se malgastaría en muros, gaviones y dragados. Y presupuestemos y ejecutemos cada año cifras significativas para la compra de predios hasta que la cuenca sea, casi toda, de propiedad pública, y modifiquemos el POT para impedir mejoras y nuevas edificaciones de Chapetón para arriba.Otra cosa: Alegra al corazón, leer que están trabajando en reprogramar los semáforos. Ojalá no se desanimen ante el costo de dotar a Ibagué con una red de semáforos automática y centralizada.

Credito
JULIO A. LONDOÑO B.

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