Les ha ido muy bien con la refundación del país. Lo han logrado a sangre y fuego llenando de cruces los campos colombianos y controlando el congreso que en otros tiempos merecía respeto. Fracasaron en la reforma de la justicia, de la educación y de la salud.

Pendejaditas frente a los problemas del campo, la explotación del subsuelo, la corrupción institucionalizada, la prostitución de magistrados, la impunidad para-ubérrima, el exterminio de la UP, los asesinatos de defensores de derechos humanos y de luchadores por la restitución de tierras y pare de contar, que todo vale para la refundación liderada y guiada por el odio del que sabemos, el que va a quemar el resto de sus días dedicado a defenderse, con la asesoría moral de Invercolsa Londoño, José Obdulio el primito de Pablo Escobar, Valencia Cossio, Rito Alejo del Río y su encantador parientico y todos esos próceres del todo vale, menos la vida y la tierra de los campesinos. Lamentable que el presidente candidato no haya cortado del tajo con ese pasado nefasto en contra de los desposeídos. No sin razón en el Tolima le dan la razón a su preocupación por combatir la corrupción con corruptos.

Estamos en lo que estamos porque lo hemos hecho posible. Nos ha faltado el valor del Pijao para defender el territorio, la naturaleza, la libertad y la cultura. Nos hemos convertido en una recua que solo carga cargos de conciencia por no atrevernos a defender lo nuestro y entregarle el futuro de las nuevas generaciones a vulgares delincuentes. Un ejemplo, así de pequeño. Los paramilitares no llegaron al Tolima para combatir la guerrilla. Lo hicieron para abrirle el espacio al narcotráfico que llegó dando respaldo económico a empresarios y respaldo electoral a una manada de politiqueros corruptos. El resultado lo vive Ibagué y algunos municipios controlados por ese dinero ensangrentado.

¿Dónde están las que llaman fuerzas vivas y clase dirigente? ¿Pagando el gota a gota de favores recibidos? ¿Guardando silencio para que no les destapen un pasado que está presente? Ni una mención a los que hicieron capitales y lograron posición social gracias a la violencia de mediados del siglo pasado.

Viven de rumba sobre los cadáveres de campesinos asesinados y nos dan lecciones de moral y de amor por el Tolima que han vuelto mierda. Bien nos vendría un intento de contarnos verdades sobre las asociaciones entre jefes conservadores y liberales para robar tierras de campesinos, las empresas creadas con dineros robados, los politiqueros de votos comprados que se fletan al mejor postor, sea Anglogold o cualquier banda criminal. Lo estamos viendo.

El Tolima tiene directorios políticos pero no tiene dirigentes con peso intelectual y moral. Solo unos segundones que caminan pa’delante si son empujados. Esta puede ser una de las razones para el éxito de los foráneos que llegaron a comprar votos como cualquier cliente de La Casa Panda de Ambalema, cuando los fines de semana llegaban las que alegraban el ambiente. Nos vendieron y aceptamos la idea de que el mejor alcalde es el que más roba. Llegan sin calzoncillos de repuesto y salen llenos de comisiones, orgullo y bienes logrados milagrosamente. ¿Milagros? Por ahí puede ser la vaina. Solo un milagro nos puede salvar.