Sofía Vergara y la dignidad de la mujer

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En los recientes Emmy 2014, ella parecía una diosa, vestida de blanco por el diseñador Roberto Cavalli (recordado por su participación en Caliexposhow2010 de Fenalco). En segundo plano, Bruce Rosenblum -presidente de la Academia de las Ciencias y las Artes de la Televisión de EE.UU.- pronunciaba su discurso anual. Mientras tanto, en primer plano, la actriz Sofía Vergara exhibía su espectacular cuerpo sobre una plataforma giratoria.

Pero, sorpresivamente llovieron críticas despiadadas a la actriz colombiana. Uno de los twitts menos crueles, decía: “Sofía Vergara ha sido utilizada literalmente como florero, porque las mujeres son floreros. Genial”.

Lo cierto es que la mayoría de los críticos volvieron, a raíz de esta ceremonia, al lugar común de los resentimientos contra Vergara; sus detractores sostienen que alimenta los estereotipos de las mujeres latinas en Estados Unidos: vulgares, tontas y que hablan mal el inglés. Pero, otros ‘twitteros’ tildaron la aparición de la colombiana de sexista.

En realidad no es muy claro que la actriz mejor pagada de la T.V. estadounidense, sea sexista ni que haga apología de la estupidez. Hacer este tipo de juicios sería como decir que MattGroening es un pelmazo, porque así es Homero Simpson. En realidad Sofía, una mujer bonita e inteligente, es creadora de un personaje que necesitaba una comedia de crítica social la T.V. norteamericana: Gloria Delgado. Pero, es que a veces, en presentaciones públicas, Vergara parece escandalosa. Claro, ese es otro personaje que la actriz ha creado de sí misma ad-hoc.

A diferencia de Gloria Delgado, creación de Sofía, y de sus calculadas presentaciones en la pantalla, la actriz habla un inglés perfecto. Sofía administra con gran habilidad su condición de símbolo sexual mundial y es una empresaria exitosa que gana varios millones de dólares al año.

Uno de los aspectos, a mi parecer, más atractivos de Sofía Vergara es su autenticidad. Ella sabe que es toda una ‘hembra’, que su cuerpo atrae miradas y sueños, y no lo oculta; ella reconoce, aunque no tendría necesidad con ese fenotipo y con esa chequera, que es latinoamericana; sabe que debe manejar ciertas prevenciones en una sociedad que solo adora el dinero y la belleza, especialmente si son ‘wasp’ (blancos, anglosajones y protestantes); y lo hace con sus mejores armas: el humor y la seguridad en sí misma.

Se me antoja decir que Sofía Vergara, como buena barranquillera, viene de otra cultura, la ‘social bacanería caribe’, no entendible por personas con el ego subido.

Me refiero a aquellos seudo-intelectuales, seudo-nobles, seudo-millonarios y seudo-felices críticos de todo lo que hacen los demás.

Ojalá todas las latinas, y todas las mujeres en general, pudieran ser tan auténticamente dignas como Sofía. Y, aunque sea utopía, ojalá fueran también tan exitosas.

Credito
GEORGE WALLIS

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