La bomba de Santos en Ibagué

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El encuentro de la Corte Constitucional se cumplió en Ibagué. Como mencioné en una columna anterior, en esta ocasión abordó temas ambientales. El panel ha sido de lujo y contó con expertos de distintas disciplinas, de varios países del mundo. Abogados ambientalistas, pero también sociólogos, ecólogos e ingenieros, reflexionaron sobre el papel de los tribunales constitucionales en la protección del ambiente.

Pero el encuentro empezó con el pie izquierdo. El presidente Santos soltó una bomba de profundidad en la instalación del evento. Palabras más palabras menos, dijo que va a flexibilizar las licencias ambientales. Probablemente el jefe de Estado no notó ante quién estaba hablando, pero el anunció cayó como un baldado de agua fría entre un auditorio lleno de reconocidos ecologistas nacionales y extranjeros.

Luego, los medios nacionales dieron cuenta de un comunicado que explicaba los detalles de esta decisión. En primer lugar, el presidente sostuvo que en las licencias “primará la oralidad”. Luego afirmó que los términos no se podrán suspender y que las autoridades solo tendrán una oportunidad para pedir información. Como dice la ambientalista Gloria Rodríguez, serán “licencias exprés”.

Es difícil pensar cómo se le puede dar trámite oral a las discusiones técnicas que caracterizan a las licencias.

Estas son, en esencia, un permiso otorgado por el Estado para realizar una actividad, previa determinación de los efectos y con definición de las medidas para corregirlos o mitigarlos.

Los estudios de impacto ambiental tienen un alto grado de complejidad. No imagino cómo se pueden realizar y analizar rigurosamente en un procedimiento de afán.

Si lo que le preocupa al presidente es la demora en los procedimientos, la solución no es desmejorar las licencias, sino ampliar la capacidad institucional del Estado para tramitarlas.

De lo contrario, el país corre el riesgo de incrementar el deterioro de los ecosistemas y la consiguiente protesta social. Los tales conflictos ambientales sí existen.

Ambientalista tolimense.

Credito
CARLOS LOZANO ACOSTA*

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