Dos novelas sobre periodismo amarillista

libardo Vargas Celemin

Recientemente han aparecido dos novelas que tienen como fondo el tema del periodismo amarillista: “Número cero” (Eco 2015) “Cinco esquinas” (Vargas Llosa 2016). Ambas novelas cuestionan la manipulación del periodismo, puesto al servicio del poder y ejercido por personajes sin el menor asomo de la ética.

“Número cero” se centra en la preparación del primer número de un periódico que no aparecerá nunca, pero cuyas noticias e investigaciones le servirán al dueño del proyecto para extorsionar banqueros y políticos. No conocemos realmente el nombre de quién financia este proyecto, pero de alguna manera uno sospecha que hace referencia a Berlusconi, quien fuera Primer Ministro italiano, un magnate de las comunicaciones, nacido precisamente en Milán, donde acontecen los hechos narrados.

Los periodistas reclutados, presentan diferentes grados de frustración frente a la vida y a su profesión. Son dirigidos por Simei, un conocedor de ese mundo oculto y enmarañado que se mueve tras una noticia o un comentario y tiene como principio o consigna el que “hoy en día para rebatir una acusación, no es necesario probar lo contrario, simplemente deslegitimar al acusador”. Práctica que usa un conocido político entre nosotros.

El experimento termina con el asesinato de Braggadacio, uno de los periodistas investigadores y el proyecto se aborta, pero la intencionalidad de Eco se cumple: diluir en la narración, sus reflexiones sobre lo nefasto que resulta para la sociedad la existencia de este tipo de prácticas.

En “Cinco esquinas”, Mario Vargas Llosa despliega toda su caja de técnicas narrativas y asocia a la crítica del periodismo amarillista, un elemento que resulta imprescindible en la temática contemporánea: el erotismo, esta vez desde las relaciones lesbianicas de Marisa y Chabela, donde el autor logra descripciones bastante sensuales. Pero también hay un trasfondo histórico y es la dictadura de Fujimori, con su Jefe de Inteligencia, el doctor (Montesinos), como el personaje que maneja todos los hilos.

El argumento es sencillo, un mediocre periodista coacciona a un minero importante con unas fotos de una orgía donde este ha participado. Cárdenas no accede a la petición y las fotos son publicadas. La vida de este personaje se convierte en un infierno, cuando además a los tres días de la publicación el periodista aparece muerto y lo detienen a él como único sospechoso.

La novela tiene un final feliz. La normalidad llega para el Ingeniero Enrique Cárdenas, su pareja (Marisa) y sus amigos Luciano y Chabela). Vargas Llosa, como siempre, ensambla las piezas del mecano y logra desentrañar la dictadura, esta vez de su rival político.

Estas dos novelas atacan un enemigo común de las sociedades actuales. El periodismo amarillista como medio para acceder y mantenerse en el poder y el chantaje como su instrumento predilecto.

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