¿Hay recursos para el Metro de Bogotá?

Mauricio Cabrera Galvis

La primera línea del Metro de Bogotá va a costar 13.7 billones de pesos (sin contar con los inevitables sobrecostos), de los cuales el Gobierno nacional ya prometió aportar el 70 por ciento y le pidió a Petro que el Distrito garantice que tiene los $4.1 billones restantes.

Inmediatamente se empezaron a oír en diversos medios las voces de quienes opinan que el Alcalde no puede hacer un compromiso de esa magnitud porque Bogotá no tiene de donde sacar tanta plata y que el proyecto debe quedar para la próxima administración.

En realidad sí es mucha plata –para ilustrar o asustar dicen que el Metro va a costar “tres Isagenes”- pero lo cierto es que Bogotá sí cuenta con los recursos para realizar esa obra que se viene aplazando desde hace 50 años y que es una necesidad indispensable para la ciudad.

Decía un viejo maestro que si a una persona que le guste comer carne le ponen en una mesa toda la carne que se va a comer durante su vida, del susto se vuelve vegetariano.

Lo mismo sucede con las magnitudes de megaproyectos como el Metro que son enormes pero no se necesita poner toda la plata en un instante, sino que hay tiempo para hacerlo.

De hecho la Nación no tiene hoy los $9.6 billones que prometió, sino que los va a poner en un período de por lo menos 15 años y lo mismo sucede con la plata que debe poner el Distrito. En otras palabras la construcción del Metro, que se toma por lo menos cinco años.

Se va a financiar en buena parte con crédito que luego será pagado con los aportes nacionales y distritales. Cuando se tiene en cuenta el factor tiempo las cifras no disminuyen pero se vuelven manejables –es solo un filete de carne al día-. Lo que tiene que hacer Petro es garantizar que la ciudad tiene como aportar $273 mil millones anuales y la Nación $640 mil millones durante los próximos 15 años.

Aunque la cifra tiene muchos ceros, el presupuesto de Bogotá tiene todavía más ceros, de manera que ese aporte equivale a “solo” el 3.7 por ciento de los ingresos corrientes de la capital en un año (sin contar con las transferencias de la Nación). El problema entonces no es la cuantía del aporte sino la forma de garantizarlo.

Acá es donde a Petro le toca buscar mecanismos que le permitan superar la oposición política en el Concejo que no está dispuesta a autorizarle nada, así se perjudique la ciudad.

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