Pido la palabra Lilith

Acabamos de celebrar el Día Internacional de la Mujer. En la mayoría de discursos se habla del incendio de una fábrica de camisas en Nueva york como origen de la celebración. Nada más falso. El incendió ocurrió en 1913 y tres años antes, en la Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas se había aprobado el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

Les hablaré de una chica que no pertenecía al partido socialista de las trabajadoras. Su nombre era Lilith. Aparece muy temprano en la tradición oral hebrea. Tiene más de cinco mil años pero unas versiones de la historia han querido perderla, tal vez porque no es propio de seres pensantes, intelectuales, hijos del naturalismo científico y de la dialéctica y el materialismo histórico de nuestros divertidos tiempos, andar creyendo en historias infantiles y el vulgares cuentos de hadas. Su nombre era Lilith.

Tal vez apareció en la época en que el pueblo hebreo estuvo cautivo en Babilonia. Fue la primera esposa de Adán. En el Génesis 1:26,27 Dios dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y a nuestra semejanza (…) varón y hembra los creó”. Lo raro del texto es que Dios venía hablando en singular, creando la luz, los cielos, las plantas, los animales, la tierra; pero al llegar al hombre se arma de gavilla y dice “hagamos”, lo que muestra que el trabajo en equipo puede salir defectuoso. Lo otro extraño es que Eva no nacería sino 30 versículos después.


El Concilio trinitario de Nicea en el siglo IV concluyó que el combo era la Trinidad, y de allí nació el Credo Católico.  Sobre la extraña mujer que apareció antes que Eva simplemente se acordó que era el mismo hecho narrado en dos momentos.

La tradición oral no opinaba lo mismo. Afirmaba que Lilith fue la primera mujer en el Paraíso y no soportaba recibir órdenes de Adán en ningún aspecto y menos en el sexual.

Adán como buen hombre insistía que quería estar encima. Lilith se negaba a estar abajo. No se emocionen camaradas; no fue una manifestación simbólica pre marxista de la lucha de clases ni del poder de las mujeres obreras. Lilith se rebela, pronuncia el nombre secreto de Dios y se va del paraíso por su propia decisión. En el siglo XV el papa Gregorio la hizo símbolo del pecado capital de la Lujuria.


La única referencia bíblica de Lilith está por desaparecer. Su nombre está asociado a raíces hebreas cercanas a la palabra “espíritu” y “noche”. Isaías 34:14 en la versión hebrea original dice: Los gatos salvajes se juntarán con hienas y un sátiro llamará al otro; también allí reposará Lilit y en él encontrará descanso». La Vulgata traduce Lilith por Lamia, la versión Reina Valera por “Lechuza” y las nuevas versiones hablan de “monstruos o criaturas  nocturnas”, algo así como curiosos animalitos de la noche. Lilith se ha confundido en el sueño nocturno de las nuevas traducciones bíblicas.


¿Saben lo que pienso? Que la lucha femenina ha conquistado importantes espacios, pero los hombres le negamos el corazón a la causa. O tal vez los hombres no tengamos un buen corazón, o la causa nos pone en franca competencia. Lilith no halló lugar en el corazón de Adán, tomó por esposo a un demonio (Asmodeo). Cada noche da a luz montones de demonios de lujuria pues se embaraza con el semen que los hombres dejamos en todos los lugares no santos.


La biblia declara que el semen solo es puro si está en el  útero de nuestra esposa. Los hombres nos negamos y preferíos regarlo por doquier, y en la noche, Lilith cobra venganza, buscando en sábanas, ropa interior, condones, (imagínense en todos los lugares en los que puede buscar)  y pariendo millones de demonios que siembran la lujuria en el corazón masculino impidiéndonos amar y proteger.


Ellas pueden votar, pero siguen siendo golpeadas. Ellas tienen un lugar en el lenguaje que las damas intelectuales han llamado “perspectiva de género en los proyectos”, pero los hombres siguen abandonándolas y sus padres abusándolas. Tantos triunfos públicos y sin embargo, cada vez se hace más difícil que el hombre tenga un corazón para entregar a una mujer, sea su madre, su hermana, su esposa o su amiga.

Credito
RICARDO CADAVID

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