Pido la palabra: Federalismo y centralismo 2: El León Dormido

Hace 15 días publiqué la primera parte de esta columna sobre el tema de La Colosa como oportunidad de desarrollo para el departamento.

He afirmado que el centralismo sigue siendo un problema que asfixia a las regiones y lo indecente que resulta que nos hayan quitado las regalías sin que en los departamentos se escucharan las voces de protesta de la clase política (que de hecho aprobaron la reforma de las regalías en contra de los intereses regionales), ni una reacción de la ciudadanía que no se organiza para protestar por el tema tal vez porque piensa que da lo mismo que la plata se la roben en Bogotá a que se la roben en los departamentos.

El escenario entonces es claro; el Gobierno central aprobará la locomotora minera porque los negocios en minería dispararán el PIB de la Nación de una forma que solo se ha visto en países como Chile y Perú, donde minería legal y agricultura coexisten jalonando el desarrollo. Es totalmente falso que la agricultura sucumba ante la minería, es una desinformación y es sospechosamente mal intencionada.

En este país una mano negra ha creado las condiciones para que el campo no sea rentable y apoderarse de la tierra con un cinismo vergonzoso. Ahora se alzan las voces de protesta para proteger “nuestros recursos” y con ello también se le hace juego a intereses sombríos.


En un Estado de derecho donde la propiedad privada se considera un derecho natural, no existe eso que tan pomposamente llaman “nuestros recursos”. No son “nuestros”, siempre son de otros, así que la oscura mano negra es lo suficientemente hábil para usar a su favor una “noble causa ecológica” para mantener su poder sobre la tierra.


He dicho que las nuevas cortinas de humo son las causas nobles y daré un ejemplo de ello. Hoy se discute la aprobación de la dosis personal para drogas sintéticas en nombre del noble derecho al libre desarrollo de la personalidad. Se nos olvidó la guerra del opio de 1839. Cualquier muchachito “se da en la cabeza” con una “pepa”, pero la cifra que se discute como dosis personal es entre tres y cinco “pepas”, y los países productores de drogas sintéticas (Europa y Estados Unidos) se lamen los bigotes para que un “noble derecho” vuelva jíbaros amateurs a cualquier muchachito en una rumba.

Hoy en nombre de la ecología le hacen el juego a ciertas facciones del poder que desean ver el campo sumido en la miseria y la minería ilegal reinando per secula seculona, minería que ahora llaman dizque “artesanal”. Si se desmoviliza la guerrilla debería venderle dragas a Artesanías de Colombia.

El Tolima es el León Dormido según la leyenda, y a este León lo desinforman con una facilidad asombrosa quitándole en medio del bostezo, toda oportunidad de desarrollo.

He escuchado voces que se rasgan las vestiduras porque “se encareció la vida en Doima y un arriendo que valía cien mil pesos hoy vale 500 mil”. Hay que ser muy bobito para hacer semejante lectura; ya quisiera yo que alguien me pagara cinco veces lo que vale mi casa.


¿Dónde se enteraron que subió el valor del arriendo a los campesinos? ¿Acaso en las diez páginas de clasificados que el Nuevo Día ha publicado por la cantidad de oferta inmobiliaria de la zona?


He dicho que la minería traerá oportunidades de negocios, que tampoco serán para todos, y que si no nos organizamos en la región, serán para otros y en nuestras narices. Solo unos ejemplos: Transportar 20 mil trabajadores a una mina requerirá 1.500 buses. ¿Están nuestros transportadores preparándose o ese negocio será del eje cafetero? ¿Tenemos las bodegas, los parqueaderos, los talleres de mantenimiento? Y qué decir de las dotaciones de los trabajadores: ¿Quién se quedará con el negocio del calzado para la minería, de la ropa, de los cascos?  Y en cuanto a la alimentación, los antioqueños dan cátedra en cáterin y ese negocio debe quedarse en la región máxime cuando se le vaticina el fin al Cañón de Anaime como despensa agrícola, lo que resulta muy curioso porque van a tener 20 mil nuevas familias a quien venderle sus productos. Y en entretenimiento ni se diga. ¿Cómo nos preparamos los gestores culturales para proveer de entretenimiento a 20 mil trabajadores de la minería? Ese negocio se lo ganarían los rolos con una facilidad pasmosa.


¿Y qué papel juegan las universidades? El negocio de dos mil millones de pesos anuales para investigación en La Colosa está en manos de universidades foráneas porque en la UT consideraron indigno participar de ese presupuesto. Si las universidades son las responsables de la investigación y el avance de la ciencia (como ocurre en otros países), debería estar involucrada precisamente estudiando y proponiendo formas de mitigar el impacto ambiental de la industria minera, contribuyendo a su modernización, incluso haciendo investigaciones de frontera frente a necesidades específicas del sector en temas como la salud y la seguridad industrial.


Ojalá la academia, sus docentes y estudiantes, pongan su grano de arena para organizar a la comunidad y que sea esta la que pueda generar nuevas empresas y nuevos negocios, con la menor intervención del Estado si fuese posible. En nuestra ciudad el sector privado con 40 mil millones de pesos construye un centro comercial de 70 mil metros cuadrados en diez meses, pero acá con diez mil millones de pesos no se le levanta una pared al Panóptico en doce años.


Requerimos empresarios. Hay que cambiar la vetusta línea de pensamiento social bacana que cree que los factores de producción son tierra, capital y trabajo y que es la plusvalía la que agrega valor. Con mucha pena debemos decir que esa ecuación le falta nada más y nada menos que el empresario, y quien agrega valor realmente (innova, crea, arriesga, planifica, construye, piensa, toma decisiones), es el empresario. O en la región trabajamos todos para crear nuevos empresarios (en especial las instituciones educativas) o los empresarios llegarán de otras regiones y pasaremos de León Dormido a gatitos narcolépticos.

Credito
RICARDO CADAVID

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