Discurso no oficial de Santos

Compatriotas. Llegó la hora de la segunda independencia de Colombia. Este puente de Boyacá ha sobrevivido 200 años de historia gracias a que a nadie le ha dado por hacer licitaciones ni estudios para mejorarlo, y si por casualidad a mi gobierno le diera por reestructurar este símbolo de la grandeza de Colombia.

Compatriotas. Llegó la hora de la segunda independencia de Colombia. Este puente de Boyacá ha sobrevivido 200 años de historia gracias a que a nadie le ha dado por hacer licitaciones ni estudios para mejorarlo, y si por casualidad a mi gobierno le diera por reestructurar este símbolo de la grandeza de Colombia, pueden dormir tranquilos, pues los estudios durarían seis años, la aprobación del recurso, 10, y la ejecución, unos 54 años. Este gobierno no improvisa. Planifica. En efecto, llevamos planificando tres años y vamos de maravilla.

Con dolor debo reconocer que hay sectores enemigos de la paz que se empeñan en desprestigiar mi gobierno porque no quieren un país justo. Dicen que el campo anda mal y afirman que los productos de la canasta familiar no están bajando: ¡Miente y calumnia la oposición! Yo mismo he visto cómo los bajan en camiones en Corabastos venidos de Venezuela, Ecuador y China, y seguirán bajando como les prometí a los amigos del TLC. La calumniosa oposición con sus tres huevos que han resultado convertirse en aves carroñeras, viene a echarme en cara que en el Tolima el anterior presidente hizo la doble calzada, el Túnel de La Línea, el Plan de Consolidación del Sur del Tolima, Familias en Acción y Red Juntos. Pues quiero decirles que yo también he hecho aportes significativos: para empezar, cambié el nombre a la Red Juntos por Red Unidos, lo que le ha devuelto a la gente la esperanza en un Tolima mejor. ¿Qué importancia tiene que hasta las obras prometidas en Honda en la Ley Cofrade sean un circo de lenta aparición, si todos al fin de cuentas estamos unidos? Pero hemos hecho más aportes revolucionarios; por ejemplo, contratamos un estudio para devolverle al logo del Bienestar Familiar el niño que le quitaron en el anterior gobierno, no sin antes denunciar el macabro hecho a la Corte Penal Internacional. Si todo marcha como debiera, el logo retornará a su imagen original en unos nueve años. 

La calumniosa oposición, de cuyo nombre no quiero acordarme, me acusa de haber roto los huevitos de la seguridad, la prosperidad y la inversión social. Falso de toda falsedad. Este gobierno dará un ejemplo al mundo entero, a los ingenuos que creen que para ser reelecto un presidente tiene que trabajar y trabajar y trabajar sin descanso cuatro años y hacer tantas obras, que la gente quiera que continúe. ¡Pues no, señores! Mi estilo es moderno y novedoso. En tres años no hemos hecho absolutamente nada, para llenar de intriga a todos los colombianos que habrán de reelegirme solamente por el gusto de ver qué soy incapaz de hacer en otros cuatro años. ¿Cómo lo lograremos, amados y amadas compatriotas? Dejaremos de ser los Robin Hood que le roban a los ricos para darle a los pobres y nos convertiremos en los Hood Robin, robándole a los pobres para darle a los ricos. Ya empezamos quitándole a las regiones sus regalías para dárselas a Bogotá, y como no hemos ejecutado un solo centavo, los senadores se convertirán en “cenadores” invitados a un convite arrodillado, en donde arrojaremos a la muchedumbre y a los parlamentarios muchas promesas, como si de un desfile de reinado folclórico se tratará, donde las promesas como los confites, cuanto más lancemos al aire, más feliz el populacho. Ese es mi único objetivo: la felicidad de los colombianos y colombianas. 

Por lo pronto, apreciados compañeros, les invito a alistarse para dos periodos de Ley de Garantías y, por ende, de otro año sin ejecución presupuestal, lo que me convierte en el soberano con la billetera más gorda de todos los tiempos. No habrá parlamentario que se resista al noble espectáculo de esta chequera. Estamos organizando la casa. Nunca he faltado a una sola de mis promesas. En estos tres años que llevo en campaña prometiendo y prometiendo, siempre he dicho que vamos a construir un mejor futuro. Jamás me he comprometido con el presente de nadie, y, en efecto, estamos adelantando las licitaciones para los estudios de reconstrucción del futuro, de manera que en un plazo no muy lejano podremos afirmar con la dignidad de cualquier tienda de barrio: ¡hoy no ejecuto, mañana sí! 

Y a los calumniosos que dicen que desprecio el resultado amañado del programita ese del History Channel, déjenme decirles que yo sí soy un amante de la historia. Pregúntenle a este país sino hemos vuelto acaso a la época del centralismo preconstitucional y a los auxilios parlamentarios, pregunten a los dignísimos senadores y representantes por qué están tan felices cuando en las regiones que dicen representar no pasa nada. ¿No es una muestra de que todo está más tranquilo? Lo que pasa es que este pueblo ignorante olvida las lecciones de la historia. El mío es un gobierno de homenaje a mi Tío Abuelito Eduardo Santos, quién, después de la “Revolución en Marcha”, de López Pumarejo, creó  un gobierno que todo conocieron como “La Gran Pausa”. Eso, compatriotas, no es una coincidencia, es todo un homenaje. Nos llegó, pues la hora de esta segunda independencia para recordarles a todos los colombianos y colombianos, que el mejor trabajo que hizo mi tío abuelo fue volver a llamar a la presidencia a López Pumarejo en el 42. Que no se diga que no estamos haciendo bien este histórico trabajo. ¡Viva Colombia! ¡Viva la fe, la certeza de lo que no se ve (como mis obras)! ¡Viva el Partido Conservador que en tiempos de mi tío abuelo se abstuvo de tener candidato y ahora esperamos que haga lo mismo! ¡Viva la amnesia! ¡Que viva el futuro presidente! 

Credito
RICARDO CADAVID

Comentarios