Mentiras peligrosas

Camilo González Pacheco


Nuestro Estado Social de Derecho, fundamentado en el reconocimiento de la dignidad de la persona humana, los derechos fundamentales, la separación de poderes, la definición estricta de las atribuciones de cada uno de ellos, y el cumplimiento de la función importantísima de convertirse cada uno de los mismos en el contrapeso de los otros dos, viene siendo objeto de una ataque feroz por parte del Ejecutivo en cabeza de Duque, en compañía del Centro Democrático y el Presidente “eterno”.
PUBLICIDAD

A raíz de la decisión de la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia, en contra de Uribe dentro del proceso que se le adelanta por fraude procesal y soborno a testigos, se ha desatado por su parte y la de sus áulicos, una grosera  y desaforada  agresión contra la Corte y sus miembros.

Duque en vez de guardar respetuoso silencio, como corresponde a su dignidad, no pierde oportunidad para poner en tela de juicio la decisión de la Sala de Instrucción. Actúa, como obsecuente y seguro servidor de su jefe y patrocinador.

Los miembros de la bancada del Centro Democrático, en consonancia con su talante, descompuestos y altaneros, en identidad con Uribe,  se atreven a llamar secuestradores y mafiosos a sus jueces naturales. El prócer se defiende, alegando   mentiras descomunales, como la inexistencia de  prueba alguna, de  responsabilidad en el hecho que se le imputa y un supuesto complot contra él.

Se necesita ser insolente, para hacer semejantes afirmaciones,  puesto que la providencia en mención da abundante cuenta y razón, de que se presentan con suficiencia, los requisitos legales para la imposición de la medida de aseguramiento, en un proceso que se le volteó al ex senador.

Prestos a manipular la opinión pública, repiten hasta el cansancio la ausencia de pruebas, la “honorabilidá” del padre de la patria y piden, que se levante la reserva del sumario, para volver un proceso judicial que debe ser resuelto en estas instancias, en un publicitado  proceso  político,  que se evapore  en un gaseoso Estado de Opinión.

Afortunadamente todas estas estrategias están destinadas al fracaso. Se sustentan en patrañas. Manipulación de ignorantes y sicariato moral contra los Magistrados. Ya fracasó el recurso de Habeas Corpus interpuesto por un alfil del Centro Democrático, previsto para la vulneración arbitraria del derecho a la libertad.  Fracasaron las ciento setenta y siete tutelas interpuestas por el supuesto desconocimiento de los derechos del segundo Libertador, como lo llama la convulsionada Paloma, en medio de la exaltación.

Estos ataques constituyen evidente irrespeto a una de las ramas del poder público. Ponen en peligro la democracia y favorecen el autoritarismo. Rodeemos y defendamos a la Corte. Constituye un imperativo democrático.

CAMILO A. GONZÁLEZ PACHECO

Comentarios