Sabios estadistas

Camilo González Pacheco

Para una inmensa minoría de colombianos, las recientes elecciones en Estados Unidos para elegir Presidente y Vicepresidente, constituyó un evento de mayor atención y nerviosismo que las monótonas disputas en las que nos tienen encerrados en nuestras fronteras, varios personajes de la vida política electoral colombiana.
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En un  pasado, -ya bastante lejano- los jóvenes colombianos  de ese entonces, poco se interesaban por los procesos electorales adelantados en la cuna del “imperialismo yanqui”. Se miraba de soslayo, y en blanco y negro, esos eventos. Afortunadamente, en esta época se observa con mirada variopinta y mayor interés, dichos debates electorales. Con mayor optimismo y esperanza humanista y democrática, sobre todo al observar el triunfo de Joe Biden y Kamala Harris, sobre el patán y peligroso Trump, que después de derrotado persiste en seguir amarrado a la silla presidencial, más allá de su periodo constitucional, alegando entre otras ridiculeces un presunto fraude electoral.

Trump, padece de lo que en algunas regiones de Colombia, sin que aparezca en el diccionario de la lengua española, se menciona como colinería, que en plata blanca significa ser mal perdedor. Y para colmo de males, faltan aún dos meses para la posesión de Biden, y las pataletas de Trump presagian ser escandalosas, desesperantes e impredecibles.

Biden, no revolucionará a EE.UU., aunque se esperan progresos en la reconstrucción de la economía estadounidense, en especial  un plan centrado en la generación de nuevos empleos y la inversión fiscal en manufactura nacional, desarrollo tecnológico y energías renovables. Y avances, en temas humanitarios y ambientales.

En el terreno nacional, - aquí en Colombia-  se presenciaron espectaculares volteretas políticas, sobre todo del uribismo, donde todos sus alfiles, empezando por el propio “presidente eterno” y el embajador en EE.UU., oportunistamente se presentaron como antiguos seguidores de Biden, cuando días antes declaraban con arrogancia su apoyo a Trump.

Ridículamente, aparecen ahora sugiriendo en un insólito comunicado en carta al elegido Presidente de EE.UU., no sólo la forma como debe gobernar,  sino el camino a seguir frente a los conflictos con Corea del Norte y Siria. ¡Que sabios estadistas!

Y más risible aún, sus orientaciones a Biden para contrarrestar en los países árabes, el impacto económico y social originado a partir de la sustitución del petróleo en el consumo de energía, por otras alternativas como el biodiésel, etanol, biogás, hidrógeno, uso de energía solar, eólica e hidráulica. 

Despistado el “presidente eterno”. Cree estar dando instrucciones al personal del Ubérrimo. Algo no está funcionando bien en su propia torre. Confunde los linderos de su extensa finca de 123 mil hectáreas. Montería limita con otras casas, de otras castas y colores, pero no con esa Casa Blanca. 

CAMILO A. GONZÁLEZ PACHECO

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