El virus de la desigualdad

En reportaje concedido en días pasados, Gabriela Bucher reveló varias cifras sobre esta terrible pandemia, que estremecen por su impacto social. También planteó algunas  propuestas serias y documentadas, para aliviar en algo la tragedia, que algún día tendrán que aplicarse en el mundo y en especial en Colombia. 

Arrancó por evidenciar la tremenda desigualdad económica y social existente en el mundo, al resaltar que hay 10.000 millonarios que durante el periodo de pandemia aumentaron sus ingresos por medio billón. Y, en el otro extremo social, durante ese tiempo, posiblemente hasta 500 millones de personas podrán caer en la pobreza.  

En Colombia, Bucher concluyó que se está aumentando la pobreza. Sobre todo, la pobreza extrema. No debemos olvidar - ya adentrados en el asunto- que Colombia es uno de los  países más desiguales de América Latina, enfrentando profundas brechas entre hombres y mujeres, entre zonas urbanas y rurales, entre personas ricas y pobres. Resaltó además, para completar el inhumano panorama, que Colombia está entre los países que menos aportó a las familias de más escasos recursos en  los dolorosos momentos de la pandemia.  

En este sentido, - para Oxfam - las mujeres en Colombia, en la búsqueda del ejercicio de su ciudadanía plena, constituyen el eje central de su labor: las mujeres populares, diversas, migrantes, rurales, urbanas, jóvenes, campesinas, indígenas, afrodescendientes. Gabriela Bucher, propone unas obvias y lógicas salidas, que esta oligarquía criolla jamás dejará aplicar mientras controle hegemónicamente el poder. Veamos algunas de las propuestas presentadas por Gabriela Bucher: 

Impuesto solidario a los más ricos durante la crisis. Una contribución solidaria de las grandes fortunas. Una posibilidad esencial para Colombia en este momento lo constituye considerar ese impuesto solidario a las grandes fortunas.  Construir medidas que estén centradas en las personas, en el bienestar, en especial en las mujeres y las personas tradicionalmente excluidas. 

Pero, aquí es donde la puerca tuerce el rabo, como enseñaban las abuelas, porque quienes tienen el poder en Colombia son los más ricos del país. Además, a su manera, orientan el Ejecutivo y tienen las mayorías en el Legislativo.  Para la muestra un botón: el Presidente del Senado, Arturo Char Chaljub en representación del partido Cambio Radical,  se encuentra entre las siete familias más ricas del país. Y ellos, no practican el harakiri. Menos en asuntos económicos.