la exaltación de varios ibaguereños perilustres y otros foráneos de menor trascendencia, pero que dejaron su huella plantar en esta calurienta terraza.
Fue asà como los “inmortales†de la Academia, encabezados por “Mi campeónâ€, “nos†Pedro Bernardino, pasando por el “fráter†Bonilla, Carlos “Robando†y una de sus señoras, el “desiluminado†Armando, Camilo el del quinteto, Euclides, el padre del “Botijasâ€, y otras especies menores que yo no “distingoâ€, resultaron con sendas preseas en reconocimiento a sus marchitos servicios a la comarca y en conmemoración del sesquicentenario del Estado Soberano del Tolima.
Esta conmovedora ceremonia me puso a pensar sobre las personas que en el futuro debieran ser exaltadas por la memoria colectiva, en reconocimiento a su valÃa y sus “brillantes†ejecutorias en beneficio de la ciudad.
DeberÃamos comenzar por el inspirador de Luis H. y “el gran mongolâ€: el odontólogo Luis Forero La Torre. Dejando la modestia aparte, este servidor, de no ser el primero si debÃa por lo menos el segundo de la lista; también hay que reconocer al tÃo del “exresocializadoâ€, precursor de Jaime Michelsen, Félix Correa, los Nule y Murcia.
Como los homenajes hay que hacerlos en vida, cómo desconocer al servicio de esta sufrida comunidad del “Mazoâ€, por sus obras preventivas en el Cañón del Combeima, sus servicios a la comunidad educativa con la entrega de kits escolares; “Rubenchoâ€, que generó dinamismo en otras totalmente inexistentes para el desarrollo de la imaginación y creatividad ibaguereña. Cómo olvidarme de Ãlvaro “Babáâ€, sus 40 contratistas y sus dos hermanas. A Jorge “Turbio†hay que reconocerle su gran capacidad como inversionista y constructor del más grande “tontódromo†de Colombia.
Y me atreverÃa a candidatizar a “Chucho el roto†y la rubia Mirella, antes de que la ProcuradurÃa los destituya. “Cotolramos†se merece una medalla por haber alcanzado la gran cabeza del “abominableâ€, que logró coronar con un café especial de Planadas.
Ãngela Stella debe ser condecorada por dejarnos la escombrera más grande del centro de la ciudad, ahora complementada con el secadero de café de Barreto.
Si con esta gestión los ibaguereños no logran conocer que existe un Concejo, definitivamente, es que somos muy desagradecidos.
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