Uno para todos y todo para uno

Estaba, como el exresocilizado, releyendo a Dumas padre, para cotejarlo con la última versión de Los tres mosqueteros, que es un montaje escenificado en la villa de San Bonifacio, en donde impera el lema de uno para todos y todo para uno, en la adaptación local.

Como pocas veces había acontecido en el pasado, confluye en esta ocasión la solidaridad interinstitucional y el apoyo de los organismos estatales centrales, para supervisar el engrandecimiento del patrimonio local y la proliferación de negocios, en esta tierra, tan poco inclinada al desarrollo empresarial.

Ya había tenido oportunidad de referirme a los auspiciosos negocios inmobiliarios en los que participaban connotados caballeros de industria, vinculados a las cajas de compensación y con la entidad rectora de los discípulos de Mercurio.

Me he enterado en una de mis desveladas que el rector de una de las cajas, en su afán de no quedarse atrás de su colega, realizó toda suerte de adquisiciones con los dineros de los trabajadores en las que puso en práctica los conocimientos adquiridos cuando surtió a los beneficiarios de los organismos de recreación y subsidio de kits escolares, importados directamente de China para generar trabajo en la deprimida zona de Shangai.

Todo con el beneplácito de los muy conspicuos agentes interventores, encargados de promover el bienestar de las clases trabajadoras en la región.

Todo esto dentro de la dinámica que producen la solidaridad y la emulación, pues el socio en los negocios inmobiliarios con bienes de la caja no solo resultó un visionario urbanizador, sino gestor multifacético de empresas, pues he sido enterado de que ha creado no una ni dos, ni 10, sino 61 empresas nuevas, en campos tan disímiles y competitivos como la pornografía, la promoción erótica, los videojuegos, el alquiler de películas y la expansión de las pirámides.

Lamentablemente, el empuje no le alcanzó para renovar las matrículas de todas estas organizaciones, por lo que es de prever, que los réditos de los negocios inmobiliarios, sean empleados en revitalizar varias de las empresas que se están gestando por cuenta del magín y el emprenderismo del nuevo titán empresarial.

Claro que no faltarán los envidiosos y enemigos del progreso que quieran frustrar la capacidad empresarial de quien se vislumbra como heredero universal de la creatividad de Noful, Rififí, Eduardo, “Motillo” y “Pandeyuca”.

Credito
CHOLAGOGUE

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