Cóctel de opiniones para un país en crisis

Darío Ortiz

Comparto en 500 palabras un coctel de opiniones sobre los difíciles momentos que atraviesa Colombia.
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El final del paro comenzará cuando el Presidente y su gobierno reconozcan los evidentes excesos de la fuerza pública y controlen de manera efectiva la represión policial tomando medidas urgentes para encontrar los desaparecidos. Todo exceso del uso de la fuerza contra los civiles lleva a la radicalización del paro, a la destrucción de la confianza en las instituciones y al escalamiento de las protestas. La judicialización de los que protestan fortalece el odio contra el gobierno y alimenta las fuerzas oscuras que se mueven bajo estas circunstancias. 

Proponen reducir el Congreso. El tamaño del Congreso nunca ha sido el problema, sino su pobre desempeño. Menos congresistas, con menos sueldos, se compran más fácil que los actuales, lo que produciría peores leyes. La reforma a la política comienza por el voto obligatorio y el fortalecimiento del equilibrio entre las tres ramas del poder, el ejecutivo, el legislativo y el judicial que hoy naufragan ante el exceso del presidencialismo y su chequera. Hay que reducir los salarios de todos los empleados del estado de alto rango conforme a la realidad económica del país y acabar con prebendas y lujos inútiles de los empleados públicos.

No es momento de seguir aumentando la burocracia, ni de castigar una industria en crisis con más impuestos porque esto retrasa la recuperación económica, baja la inversión y crea más desempleo. 

La deuda externa que ascendió a 51.8% del PIB se come buena parte del presupuesto de la nación. Estamos demorados en renegociar los intereses o pedir una moratoria de dos años. En noviembre pasado el G20, que agrupa a las naciones más poderosas del planeta, ya aprobó la reestructuración de la deuda para 73 países pobres. Con el ahorro temporal del servicio de la deuda se pueden hacer inversiones para la recuperación económica y la reconstrucción del empleo, incluso para la renta básica que aumentará el consumo.

Un semestre gratis para los estratos 1, 2, 3 no es suficiente cuando se necesita es que se abran muchos miles de cupos más en las universidades públicas. La juventud necesita futuro.

Todo estallido social en la historia ha terminado en reformas y cambios. Sumar muertos solo demora el proceso. El país debe comenzar a prepararse para unas reformas profundas en beneficio de nuestra tranquilidad futura. Se deben poner límites claros e inflexibles a la concentración de tierra y a las tierras improductivas, los medios de comunicación deben dejar de ser de los grandes conglomerados económicos  y financieros, deben fortalecerse las leyes antimonopolio y revisar los TLC que hayan destruido el empleo y la producción nacional así como la ley de regalías. Se debe hacer una reforma a la policía y la atrasada reforma a la justicia, incluyendo la politizada fiscalía. 

El gobierno debe dejar de obstaculizar el desarrollo de los acuerdos de paz. Los políticos deben dejar de pensar en votos para pensar en el país. Ser parte de la solución y no parte del problema.

DARÍO ORTIZ

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