A propósito del Día Mundial del Turismo…

El 27 de septiembre ha sido el día designado, desde 1980, por la Asamblea General de Naciones Unidas como el día mundial del turismo, fecha escogida, en conmemoración a que en esta misma fecha, para el año 1970, fueron adoptados los estatutos de la Organización Mundial del Turismo (OMT).

Uno de los principales objetivos trazados con el reconocimiento de esta fecha es hacer conciencia a los viajeros de preservar los lugares que generalmente visitan, para que continúen siendo destinos impresionantes.

Actualmente el turismo es una de las actividades económicas más importante de algunos de los países del mundo, convirtiéndose en la forma más efectiva de difusión cultural para dar a conocer aquellos sitios que por sus particulares características merecen ser conocidos y visitados por los viajeros del mundo.

Colombia, quien hace parte de los 153 países que conforman la Organización Mundial de Turismo, escogió la ciudad de Santa Marta como epicentro de la celebración, utilizando en esta ocasión como lema: “Turismo y acercamiento de las culturas”, como una oportunidad para destacar el trascendental rol de esta actividad en el intercambio entre las diversas poblaciones del mundo y en la promoción del entendimiento global

El Tolima y particularmente el municipio de Ibagué, ha sido encasillado como una ciudad con una “vocación turística” pero, ¿qué tan marcada y cierta es tal aptitud de ciudad que hoy estamos ofreciendo?

Nuestra “vocación”, hoy en desarrollo y proceso de consolidación, tiene muchos matices, más allá de los sitios recreativos y las piscinas que por excelencia abundan en tierra caliente, hoy Ibagué viene avanzando en nichos especializados como el turismo gastronómico, sector que viene siendo liderado por Acodrés (Asociación Colombiana de la industria gastronómica) Capítulo Tolima  y el turismo de salud, particularmente este último en lo que tiene que ver con las cirugías estéticas, donde empresarios de la ciudad viene aprendiendo de ejercicios asociativos exitosos como el adelantado a través del clúster de la salud en Medellín.

Y es que vender turismo va mucho más allá de simplemente ofrecer destinos o servicios, independiente de su índole o naturaleza, requiere inversión en el mejoramiento de infraestructura de la ciudad, principalmente en lo que tiene que ver con las redes de servicios públicos y la recuperación integral de la malla vial, sumado a un constante acompañamiento y fortalecimiento de los sectores económicos productivos susceptibles de explotación turística.

Sin embargo mercados como el ecoturismo, el turismo de aventura y el turismo cultural, sufren un ostensible atraso, pese a ser sectores donde tenemos una aparente fortaleza, teniendo en cuenta nuestra geografía, los paradisíacos ecosistemas y la incomparable biodiversidad que nos rodea; basta admirar sectores como el Cañón del Combeima, El Totumo, La Martinica, El Salado, San Bernardo, Llano del Combeima, San Francisco, Buenos Aires, Carmen de Bulira, entre muchos otros; así como el reconocimiento nacional e internacional de nuestra ciudad como la Capital Musical de Colombia, título que cada vez nos resulta más difícil de acreditar, y donde se hace evidente como los Ibaguereños y sus autoridades locales han fallado y siguen fallando en promover estrategias efectivas que potencialicen estos dos nichos.

Deberán nuestros próximos gobernantes, dada la importancia de este tema, replantear y fortalecer el trabajo que se ha venido desarrollando, oxigenando la actividad turística en esos nacientes mercados, muchos de ellos en etapa de plena adolescencia, máxime si tenemos en cuenta el impacto que para la generación de empleo puede traer a nuestra ciudad, la misma que completa más de una década conviviendo con el fantasma del desempleo.
El reto: garantizar no solo el desarrollo de este sector sino su competitividad.


(*) Abogado Universidad de Ibagué

Credito
CAMILO E. DELGADO HERRERA (*)

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