La zona indicada como área de interés, y que solicita la compañía sea considerada para su inclusión en el Plan de Ordenamiento Territorial como área destinada al uso industrial para el Proyecto La Colosa, se ubica, en mayor parte, sobre el sector del Totumo. 

Sin embargo, esta solicitud es realizada a sabiendas que el proyecto se encuentra en etapa de prefactibilidad y que además, las áreas definitivas serán plasmadas en el estudio de impacto ambiental, el cual, según lo menciona expresamente AGA, se tiene estimado presentar para “socialización a las comunidades” y “evaluación por parte del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible” a finales del año 2016.

Es decir, pretende la Compañía que, sin definirse aún áreas definitivas del proyecto en Ibagué, ni existir estudio de impacto ambiental avalado por el Ministerio, se varíe un uso de suelo Rural a Industrial, siendo este aspecto competencia del Concejo Municipal, y que, por ende, la administración local, solicite a la Corporación que disponga las condiciones jurídicas, urbanísticas y territoriales necesarias para desarrollar la infraestructura indispensable para el procesamiento del mineral proveniente de Cajamarca, mediante el cambio de uso de suelo propuesto.

Adicionalmente, al referirse la Multinacional sobre los 23 títulos mineros que ostenta en el Municipio (otra mentira, porque en realidad son muchísimos más), todos en etapa de exploración, y las 19 solicitudes de concesión en proceso dentro del área rural, señalan que estos “no tienen una relación directa con el proyecto La Colosa”, pero que, “dependiendo de los resultados de la exploración”, algunas de las áreas podrían ser consideradas de interés minero y pasar a una etapa de estudios de prefactibilidad para evaluar la viabilidad del desarrollo de un proyecto minero industrial posterior.

Los títulos mineros de los cuales actualmente es titular Anglogold Ashanti Colombia S.A. en el municipio de Ibagué, sin entrar a contar las demás compañías filiales y colaboradoras de esta empresa con títulos, son, de acuerdo con la información entregada por Cortolima, un total de 67, ubicados en las veredas Ambalá parte alta, Ramos Astilleros, Bellavista, Calambeo, Carrizales, Aures, Cataima, Cay (parte alta y baja), Chapetón, China media, Chucuní, Coello, El Corazón, El Colegio, El Cural, El Ecuador, El Ingenio, El Rubí, El Secreto, Gamboa, La Cascada, La Coqueta, La Esperanza, La Flor, La Helena, La Isabela, La Platica, La Victoria, La Violeta, Laureles, Llanitos, Loma de Cocorá, Los Naranjos, Perico, Pie de Cuesta – Las Amarillas, Rodeito, San Antonio, San Bernardo, San Cayetano (alto y bajo), San Simón (alto y bajo), Tambo y Tres Esquinas.

Hoy existe una preocupación adicional. Como se ha manifestado, en diversos escenarios, la Administración municipal pretende, a través del instrumento de Plusvalía, incrementar hasta en un billón de pesos sus ingresos, incorporando suelo rural a suelo de expansión o suburbano, orientado a la creación de nuevos sectores de desarrollo, donde se puedan localizar actividades de desarrollo logístico, turístico e industrial, aprovechando los corredores nacionales y las dobles calzadas. 

Ante este escenario, tendrá el Municipio que definir si optará por proponer al Concejo Municipal usos de suelos industriales, que permitan el desarrollo del Proyecto Minero–Industrial “La Colosa”, o sí, por el contrario, decide optar por la declaratoria de áreas de protección, conforme con las categorías establecidas en la normatividad ambiental vigente, que permitan posteriormente incluir las cuencas de los ríos Combeima y Totare dentro del Sistema de Parques Nacionales Naturales.

La discusión esta planteada: Ibagué como eje articulador de un distrito minero industrial es la propuesta. A partir de este momento, Gobiernos municipal y Departamental, Concejos, Asamblea, entes gremiales, academia, comerciantes, empresarios, sociedad civil y todas las fuerzas vivas del municipio, tienen el deber y la obligación de pronunciarse.