Ciudades resilientes (parte I)

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Inicia la temporada de sequia en nuestro país y nuevamente se pone a prueba la capacidad de reacción y respuesta de los gobiernos nacional, departamentales y municipales, ante los desafíos y problemas que deberán afrontarse en esta oportunidad.

Escasez y desabastecimiento de agua en 117 municipios, disminución en el cauce de los afluentes hídricos, temperaturas de hasta 41 grados centígrados, incendios forestales, pérdidas de cultivos, muerte de miles de animales, son solo algunos de los principales retos que hoy ocupan la atención del Estado.

Sin embargo, de nuevo se pone en duda la efectividad de los programas y estrategias que desde la Nación se han implementado para preparar a las entidades territoriales frente a los diferentes desastres naturales que, como consecuencia del calentamiento global y el cambio climático, afectan severamente múltiples regiones de nuestra geografía.

La política de prevención y gestión del riesgo en Colombia sigue en periodo de prueba, pues a pesar de los avances, estos son precarios si analizamos la magnitud de las consecuencias que en departamentos como La Guajira o Casanare se están sintiendo, casos que apenas muestran la punta del iceberg de lo que vivirán Colombia y el mundo si no asume con seriedad, responsabilidad y compromiso el reto ambiental que hoy afrontamos.

En este escenario, cobran vigencia e importancia el diseño, el desarrollo y la implementación de políticas públicas en gestión del riesgo orientadas a la construcción de Ciudades resilientes. Pero y ¿qué es la resiliencia?

Es la capacidad de un sistema, comunidad o sociedad expuestos a una amenaza para resistir, absorber, adaptarse y recuperarse de sus efectos de manera oportuna y eficaz, lo que incluye la preservación y la restauración de sus estructuras y funciones básicas.

La resiliencia significa la capacidad de “resistir a” o “resurgir de” eventos catastróficos tales como desastres naturales, reducir los riesgos a los que está expuesta una comunidad, así como la forma en que afrontamos los desafíos del cambio climático y nos adaptamos a ello.

Las estrategias y acciones clave necesarias para crear resiliencia ante los desastres hacen parte de una estrategia global, mediante la cual se busca alcanzar un desarrollo sostenible. Cada país, cada ciudad, cada departamento o estado del mundo, tiene la responsabilidad de determinar cómo se aplican estas acciones a su propio contexto, necesidades y capacidades, toda vez que no existen soluciones válidas únicas para lograr este objetivo. No existe una “fórmula mágica” para crear ciudades resilientes. Para lograrlo es necesaria una acción colectiva. ¿Cómo? (Continúa…)

Credito
CAMILO DELGADO HERRERA

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