¿Vienen las vías 5G?

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Se anuncia que el Gobierno nacional pretende dar el paso en materia de concesiones viales, de las denominadas Cuarta Generación, a las 5G.

Sin embargo, muchos afirman que antes que pensar en nuevos desarrollos viales, es necesario revisar lo que ha ocurrido hasta ahora con los proyectos en marcha, para poder purgar todos los errores cometidos, y muchos que en verdad han sido.

Creo que ambas cosas son necesarias, pues el programa de infraestructura no puede detenerse, ya que representa un factor fundamental para el desarrollo y para el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes.

Lo que ha pasado en nuestro medio, es que no hemos tenido el concurso de mentes abiertas, de hombres talentosos que tengan el suficiente conocimiento y talante para pensar en grande.

Sobre las verdaderas obras que se requieren y llegamos a casos lamentables en que lo proyectado está lejos de solucionar verdaderamente un problema, porque lo que se llegó a pensar fue tan poco, tan minúsculo, que las obras terminaron siendo un paño de agua tibia para lo que representaba la real proyección del servicio.

Le tenemos miedo a las grandes calzadas, a los túneles, a los intercambiadores, a las obras que no solo ofrezcan plenas soluciones, sino que den margen para el crecimiento.

Lo vimos con los aeropuertos, que sin concluir las obras ya eran insuficientes; lo comprobamos con vías como la de Bogotá - Girardot, en donde la doble calzada apenas descongestionó un poquito el flujo vehicular y lo vemos con el tema del ferrocarril, en donde todavía discutimos si seguimos con el vetusto esquema de la calzada angosta o damos el salto a la calzada ancha, que es la que utilizan los grandes países.

Y podemos seguir agrandando la lista: Los sistemas de transporte conocidos como Transmilenios, son un pequeño aporte a la solución del problema y hemos comprobado que la descongestión no se mejora sustancialmente y el Metro nos asusta; lo poquito continúa privilegiándose sobre lo sustancial.

Hay que trabajar en un esquema de rectificación de lo ya hecho, pero no podemos descuidar lo que realmente se requiere, pues comenzaremos a patinar indefinidamente sin que las soluciones reales aparezcan.

Abordar el tema con mentes claras y de pensamiento futurista, es el camino y creo que tenemos que asesorarnos de los que lo han hecho bien en otras ciudades importantes del mundo, para no seguir experimentando situaciones absurdas, en donde la pequeñez, el despilfarro, la incompetencia y la frustración se imponen y nos someten.

Credito
EDUARDO DURÁN GÓMEZ

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