Acuerdo de buenas prácticas comerciales

Conscientes de la importancia de la libre competencia, para nosotros en Fenalco es de vital importancia resaltar uno de los logros más significativos durante los últimos tiempos, que promueve e invita a un ambiente empresarial sano mediante el “Acuerdo Unificado sobre buenas prácticas industriales, comerciales y en defensa del consumidor”.

Conscientes de la importancia de la libre competencia, para nosotros en Fenalco es de vital importancia resaltar uno de los logros más significativos durante los últimos tiempos, que promueve e invita a un ambiente empresarial sano mediante el “Acuerdo Unificado sobre buenas prácticas industriales, comerciales y en defensa del consumidor”, suscrito por la Andi y Acopi de una parte y Fenalco de otra. 

Este acuerdo, que nace como una propuesta para contribuir al desarrollo de buenas relaciones de negociación entre los grandes comerciantes e industriales, involucra diferentes temas desde acuerdos de negociación, precios, cobros, campañas promocionales, exhibición en góndolas, devoluciones, rentabilidad de producto hasta codificación con el fin de promover un escenario de transparencia, entendimiento, equidad y respeto mutuo. Todo lo anterior favorece a los protagonistas del acuerdo, al consumidor y al mercado en general.

Desde principios de los 90, cuando grandes almacenes incursionaron fuertemente en el mercado nacional, comenzó a gestarse un conflicto entre proveedores y comerciantes, por las condiciones que se estaban exigiendo a los primeros para la colocación de sus mercancías en los estantes de los segundos.

Antes, proveedores gozaban de una posición privilegiada frente a los expendedores minoristas, quienes se tenían que sujetar a las reglas impuestas por aquellos para poder surtir sus negocios adecuadamente. La entrada de un nuevo actor en el mercado, con gran capacidad de negociación frente a los proveedores por sus volúmenes de ventas, le dio la vuelta a la torta, y ahora fueron ellos los que debieron sujetarse a las reglas de los comerciantes para poder vender sus productos.

Esta nueva posición de los actores en el panorama comercial, generó una serie de fricciones entre quienes, por un lado, no comprendían por qué razón les imponían condiciones y cargas tanto económicas como de calidad para comercializar sus productos, y por el otro, quienes consideraban que su trabajo de abrir mercados y posicionar productos, merecía una retribución por parte del productor.

Esta pugna de intereses contrapuestos ha encontrado un escenario civilizado y digno para resolver sus conflictos. Y esto gracias a la grandeza de ambos actores, quienes comprendieron la necesidad de establecer reglas claras de juego, las cuales se dejaron plasmadas en la versión definitiva del Acuerdo Unificado sobre Buenas Prácticas Industriales, Comerciales y de Defensa del consumidor, firmado el 23 de diciembre de 2004 entre Fenalco y Andi, después de un arduo año de negociaciones.

Este acuerdo, sin lugar a dudas, marca un hito en la historia de las relaciones que generaban conflicto social, donde se creía que solamente por imposición del Estado o por mecanismos de presión, se podía llegar a escenarios de entendimiento. 

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