Otros por su parte ven difícil que el joven político pueda hacerle mella al Presidente actual, quien según éstos, finalmente arrasará en las elecciones del mes de octubre. Lo que si es claro para todos, es que esta campaña es muy distinta a las anteriores.

No hay que ser un gran analista político para saber que el deseo fundamental de Chávez es perpetuarse en el poder. No obstante, también es claro que sus quebrantos de salud no son un juego, y que nadie le garantiza que en estos meses de campaña no pueda tener una recaída que le impida desarrollar plenamente sus actividades como candidato, con lo cual muy seguramente el electorado que ha estado fiel durante todos estos años podría comenzar a flaquear.

Así las cosas que mejor para Chávez que lo suceda una persona que le de continuidad a su obra de gobierno y le permita al pueblo venezolano avanzar en el camino que ha venido recorriendo desde que está al frente de su país.

Sin embargo, difícilmente buscará y/o encontrará Chávez una persona que desde su propia orilla brinde confianza a todos sus electores y se pueda consolidar como candidato en tan poco tiempo, más aun, cuando por la forma en que ha gobernado ha opacado totalmente cualquier tipo de liderazgo que existiera en su equipo.

Es decir, que aunque parezca un imposible para quienes ven la política sin matices (o sea en blanco y negro), el mejor plan “B” que tiene el todopoderoso Chávez en este momento es llevar a su contrincante a presentar unas propuestas que recojan su obra de gobierno, de manera que si en últimas resulta derrotado en las elecciones garantice la supervivencia de su proyecto político, así sea, en tercera persona.

Pero también sería prácticamente inderrotable Chávez si la campaña se desarrolla normalmente y su oponente no marca diferencias en sus propuestas, por lo cual Capriles y su equipo de campaña tendrán que tener mucho cuidado para evitar que los electores terminen considerando esta opción como una copia de mala calidad de Chávez.

Hasta ahora, es evidente que Capriles está interesado en cautivar a las comunidades históricamente afectas a Chávez, por lo cual ha tenido un tono conciliador con éste y garantista frente a los beneficios que ha establecido el gobierno para las clases populares, pero cosa distinta es lo que podría pasar en el resto de propuestas, en donde Capriles está obligado a que los ciudadanos encuentren diferencias con Chávez.

En todo caso y entendiendo que este será un proceso inédito, solo el 8 de octubre se sabrá además de cual candidato ganó, cual fue la propuesta que se impuso.