El abrazo del elefante

Ricardo Ferro

Después de 15 años un elefante se reencontró con su progenitor. Se trata de un paquidermo blanco que tuvo sus orígenes por allá a principios de siglo al mismo tiempo que un presidente de orígenes conservadores lidiaba infructuosamente con un grupo guerrillero para lograr la paz.

Sería arriesgado afirmar que fue el 20 de julio de 2001 la fecha exacta en que se engendró nuestro protagonista, pero lo cierto es que ese día los colombianos observaban a través de la pantalla chica al primer mandatario caminar por los jardines de Palacio hacia el Capitolio Nacional para encontrarse con un senador de origen liberal que acababa de ser designado como presidente del Congreso. Se trataba ni más ni menos que del icononzuno Carlos García Orjuela.

Quienes siguieron la transmisión seguramente recordarán que en la comitiva que acompañaba al presidente en su recorrido televisado, se destacaban políticos y periodistas tolimenses.

Por esos días se comenzó a hablar de la necesidad de destinar dineros del gobierno nacional para la tierrita firme del Tolima. En la carpeta de inversiones apareció en primer lugar el otrora Penal. Se necesitaban importantes recursos para convertirlo en un centro cultural que estuviera a la altura de la ciudad musical. El presidente del congreso con el concurso de personas prestantes del Departamento, lideraron la consecución de los dineros, y con eficiencia y prontitud, le fueron asignados 5 Mil Millones de pesos al gobernador de la época para que hiciera la obra.

Pasaron los años, se gastó el presupuesto, y la obra no se concluyó. Tristemente había nacido un ‘elefante blanco’ que aún, quince años después sigue sin terminarse.

Pero por esos avatares del destino y contra cualquier pronóstico el otrora gobernador y ahora alcalde de la ciudad se encuentra de nuevo con la obra inconclusa. Claro, no en el mismo precario estado en que la dejó en su mandato, hay que reconocer que otros gobiernos avanzaron en la misma. Pero el gran reto ahora no será únicamente terminar la obra, sino enfocar la misma, de manera que se convierta en un ícono que atraiga turistas y dinamice la economía local.

Saque de Banda 1: Con o sin humor, con o sin ficción, la ciudad sigue esperando las explicaciones del alcalde sobre el negocio de la servidumbre con su primo Gabriel Jaramillo, presuntamente fallecido para la fecha en que firmó la escritura pública, así como las disculpas públicas a las mujeres.

Saque de Banda 2: Una reflexión para resumir la coincidente seguidilla de columnas y artículos en contra del suscrito (cero y van cuatro): Cuando se ataca al mensajero y no al mensaje, es porque generalmente los hechos son irrefutables…

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