Infiba-fue

Ricardo Ferro

O nos ponemos las pilas, o más pronto que tarde el Instituto de Financiamiento, Promoción y Desarrollo de Ibagué, Infibagué, podrá terminar siendo historia.

Es uno de los entes más importantes que tiene la ciudad, sin duda alguna, no solo por tratarse de un instituto que desde su origen significó la posibilidad de avanzar en la colocación de recursos tanto a los particulares, como al sector oficial, comenzando por el mismo Municipio, que en reiteradas ocasiones ha tenido que acudir al sector financiero con tasas que fácilmente podrían ser mejoradas por el propio Infibagué.

Puede que para algunos el ‘timing’ de esta columna no sea el adecuado, porque hasta este momento los únicos hechos concretos son el despido, o la no renovación de contratos a medio centenar de personas que prestaban sus servicios en parques y zonas verdes. Lo demás podría entrar en el mundo de las especulaciones, por lo que sería inapropiado darlo como una realidad. Sin embargo, y considerando que en estos casos es mejor anticiparse y no terminar llegando tarde, he aquí algunos puntos para tener en cuenta.

Para quienes no conocen la importancia de Infibagué, hay que comenzar por indicar que es el mayor accionista del Ibal. En el mismo sentido, no se puede menospreciar su participación accionaria en la Terminal de Transportes de la ciudad.

Infibagué es también un envidiable terrateniente de la ciudad, entre otros inmuebles, en sus activos se encuentra un predio que es la joya de la corona para cualquier constructor: un lote de cerca de 30 mil metros cuadrado en la milla de oro. En plena carrera Quinta con Calle 60. En el mismo punto en que la Alcaldía esta proponiendo a la Gobernación que se avance en un viaducto.

Precisamente ahí, en toda la esquina frente a Multicentro y Panamericana, hay un predio cuyo avalúo puede superar fácilmente los 25 mil millones de pesos, donde han sido inquilinos, además del propietario, es decir Infibagué, la Policía de Carreteras, otras entidades públicas y hasta un call center.

Pero con todo y lo anterior, lo más importante con que cuenta en este momento Infibagué para convertirse en una entidad de financiamiento similar a otras como Idea en Antioquia, es sin duda alguna el alumbrado público. Claro, es necesario que deje de ser actividad transitoria para el Instituto y se convierta en actividad permanente, tal y como lo han recomendado las calificadoras de riesgo.

Si finalmente las especulaciones terminan siendo ciertas y la administración Jaramillo decide darle un entierro de tercera, no solo acabará con el mejor aliado que puede tener para contrarrestar el desempleo y el ‘gota a gota’ en una ciudad campeona en ambos, sino que adicionalmente terminará teniendo que crear otras entidades para que ejecuten actividades y administren bienes hoy en día en cabeza del Instituto. En cualquier escenario, ojalá no estemos frente a posibles privatizaciones y/o enajenaciones que afecten el patrimonio de los ibaguereños.

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