A Jaramillo se le apareció la Virgen

Ricardo Ferro

Si bien atrás quedaron los días en que la Virgen María fue confinada a las bodegas de la Alcaldía, nadie olvida cómo en su discurso de posesión el burgomaestre, en presencia de Piedad Córdoba y otros líderes de la izquierda, dejó en claro su agnosticismo.

Pero más allá de que el Alcalde sea ateo, lo cierto es que como dice el adagio popular: “se le apareció la Virgen”. Y no precisamente porque estemos frente a una de las apariciones históricas de la virgen de Lourdes, Fátima o Guadalupe, sino porque en momentos en los que la imagen negativa de Jaramillo crece ostensiblemente (Encuesta Pulso País), la inseguridad está desbordada (Cifras Metib), los problemas de movilidad hicieron insostenible la continuidad de la secretaria de tránsito (renunció), los funcionarios del Hospital San Francisco se resisten a la liquidación del mismo con marchas y protestas, existe zozobra por el futuro de Infibagué y el Contralor municipal denuncia que el 96% de la contratación de Jaramillo ha sido a dedo, se suspende la consulta minera que estaba programada para el próximo 30 de octubre.

Claro que la primera en dar a la mano a Jaramillo fue la misma Corte, que dejó en firme las facultades de los mandatarios locales para reglamentar los asuntos del suelo.

El pronunciamiento de la Corte, por sí solo, habría sido suficiente para que el Alcalde recondujera el proceso, pero adicionalmente el propio Consejo de Estado suspendió la consulta por cuenta de una acción de tutela, con lo que ha quedado el camino abierto para que en un acto de sensatez, Jaramillo demuestre que su verdadero interés es defender el medio ambiente e inicie el trámite al interior de la administración que es más expedito y no polariza la ciudad.

Las consecuencias de no llevar a cabo la consulta minera son políticas y no jurídicas. Para nadie es un secreto que la consulta representa la posibilidad de una mayor exposición mediática de Jaramillo a nivel nacional, también fortalece a Petro en su deseo de ser presidente y acorta el camino hacia otros cargos públicos de políticos que ya están montados en ese bus y no tienen otra opción para consolidar sus aspiraciones.

Pero acudiendo de nuevo a la sensatez es claro que a la ciudad le conviene más que el alcalde no se siga distrayendo en procesos electoreros y más bien se dedique a gobernar.

Un mandatario cuyas prioridades pasan por lo político termina cometiendo errores garrafales como ocurrió en el famoso concierto “gratis” de la semana anterior, en el cual Jaramillo, adueñado del micrófono y convertido en telonero, profirió un discurso “veintejuliero” totalmente incitador y polarizador.

Con la consulta suspendida y el panorama como está, bien podría Jaramillo arrancar la semana echándose una pasadita por el nuevo oratorio de la Alcaldía para agradecerle a la Virgen que le haya hecho el milagrito.

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