Dos opciones: una de poder y otra de país

Ricardo Ferro

A estas alturas no es sensato seguir hablando de un tarjetón con ocho candidaturas cuando seis de estas no tienen ninguna opción de por lo menos llegar a una eventual segunda vuelta.

En lo que respecta a Humberto De la Calle, es claro que no quiere seguir, pero tampoco se puede retirar por cuenta de una costosa consulta que lo obliga jurídicamente a ir hasta el final.

Para Germán Vargas, Sergio Fajardo y Jorge Trujillo la realidad política los descarta de cualquier posibilidad, así se encomienden a ‘San Trich’ el nuevo pseudo patrono de Santos.

Vivían Morales, por su parte, ha adherido a la candidatura de Iván Duque, como es de público conocimiento, por lo cual su aparición en el tarjetón es inocua.

Una casilla que ha recibido todo tipo de cuestionamientos es la del partido de reivindicación étnica “pre”, quienes optaron por hacerle competencia al voto en blanco. Es decir que en teoría el tarjetón tendrá dos opciones de voto en blanco. En la práctica, una opción de voto en blanco y otra de un partido que esperará ansioso superar el 4% del total de la votación para cobrar una millonaria suma por cuenta de la reposición de votos.

Así las cosas, quedan dos candidaturas: una, la de Gustavo Petro, que representa una opción de poder y otra, la de Iván Duque, que encarna una propuesta de país.

Es muy importante que más allá de la polarización mediática, el votante visualice las grandes diferencias qué hay entre una opción de poder como la de Petro y una propuesta de país como la de Duque.

Stalin en la Unión Soviética, Hussein en Irak, la dupla Chávez – Maduro en Venezuela y por supuesto los Castro en Cuba, son ejemplos claros de opciones de poder. Gobernantes que se anquilosaron en sus puestos pasando por encima de la voluntad popular, llevando además miseria y pobreza a sus gobernados.

La opción que representa Iván Duque en cambio es una opción de país. Una propuesta cumplible en un periodo de cuatro años que está construida pensando en el bienestar general. Sin utopías, ni saltos al vacío.

El país se encuentra frenado en este momento. Es necesario cerrar de una vez por todas el nefasto ciclo del actual gobierno, caracterizado por el predominio de la corrupción y el deterioro de la economía y la seguridad. Para ello, es urgente elegir al nuevo presidente de Colombia. No es conveniente prolongar esta incertidumbre.

En mi caso particular votaré por Iván Duque por convicción e invito a todos aquellos que ya tienen decidido votar en segunda vuelta por Duque, a que lo hagan de una vez este domingo 27 de mayo. Si Duque gana en primera vuelta, se le ahorraría mucho dinero al erario, pero también se contribuiría a liberar la inversión privada y el empleo.

Saque de banda: A propósito, llama la atención una oferta inmobiliaria en Antioquia que recogieron los medios nacionales la semana anterior, en la cual el comprador tiene derecho a que le devuelvan su dinero si la Presidencia queda en manos de alguien que represente una amenaza para la propiedad privada.

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