Santos, si las Farc lo ven, le van a dar en la cara…

Ricardo Ferro

Se les dijo, se les advirtió, pero no quisieron creer. Ya lo dice el adagio popular: ‘de eso tan bueno no dan tanto’.

Difícil la situación fiscal que enfrenta Colombia, pero mas difícil aún, el galimatías en el que nos dejó Santos con la implementación de los acuerdos de paz.

El jueves y viernes anterior tuve la posibilidad de acompañar a los miembros de la comisión de paz de la Cámara de Representantes a una jornada que arrancó en Ibagué con dos reuniones, una con los gremios y otra más con el Gobernador, los comandantes de la fuerza pública y algunas entidades del orden nacional. Posteriormente la jornada continuó en Planadas, donde nos reunimos con el Concejo local, el Alcalde y algunos representantes de las fuerzas vivas del municipio. Esa noche pernoctamos allí, y en la mañana del viernes nos desplazamos a la zona de El Oso para reunirnos con ex guerrilleros del las Farc, y por último, en Gaitania con asociaciones de mujeres.

Una larga jornada, de la cual quedan muchos sinsabores. Lo más preocupante, sin duda alguna, es que Santos no solo le firmó cheques ‘chimbos’ a los campesinos, a los profesores y estudiantes, a los alcaldes y gobernadores y a miles de colombianos, sino también a las mismas Farc, quienes le creyeron un montón de promesas que claramente no se iban a poder cumplir.

Ahora que precisamente se está discutiendo en el Congreso de la República la Ley de Financiamiento, con la cual se pretende solventar ese déficit de 14 billones que heredó el presidente Duque, tenemos que encontrar alternativas que no generen una afectación a la canasta familiar, tal y como le solicitamos al ministro Carrasquilla desde la bancada del Centro Democrático.

Y entonces para dónde miramos. Porque si todos estamos de acuerdo en que no se puede seguir asfixiando con más impuestos a los ciudadanos, la solución no está allí, sino en atacar la evasión, el contrabando, la corrupción (ya mencionados en una columna anterior), y además, apretarse el cinturón.

Toda esa burocracia creada por el gobierno anterior en torno a la implementación de la paz debe reducirse. Adicionalmente, mas pronto que tarde, las Farc van a tener que aceptar que el acuerdo tiene que ajustarse a la realidad económica del país. La situación fiscal no está para todos esos ‘pajaritos en el aire’ que les pintó Santos en la etapa pre Nobel.

Y es que la lista de entidades creadas es inmensa. La Agencia para la Reincorporación y la Normalización, la Agencia de Desarrollo Rural, la Agencia de Renovación del Territorio, la Agencia Nacional de Tierras, el Fondo Colombia en paz, la comisión para el esclarecimiento de la verdad, la Jurisdicción Especial para la Paz y un sinnúmero de entidades más que nos están costando a los colombianos millonadas de plata sin que realmente ese esfuerzo económico esté dando frutos en el territorio.

Santos ya no es presidente, pero los colombianos, incluidos por supuesto, los exguerrilleros de las Farc, tendremos que seguir pagando las consecuencias de su pésimo gobierno.

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