¿Hasta cuándo regirá el Frente Nacional?

Juan C Herrera

De las principales causas del conflicto armado que se requiere con urgencia terminar, está la terminación del Frente Nacional que inició en 1958. Con el objetivo de acabar con “La Violencia”, las élites rojas y azules pactaron reformar la constitución de 1886 y repartirse la presidencia por periodos. En un modelo hiperpresidencialista, resulta evidente que la Presidencia se traduce en la tajada más grande del pastel del poder. Según el acuerdo formal de Sitges, ese pacto terminaría en 1974. Pero la historia y la tercera vuelta presidencial del domingo 2 de octubre de 2016, han confirmado que no es cierto.

Si bien ha habido excepciones en alcaldías y gobernaciones, la Presidencia ha estado en las manos de un modelo tácito. En la historia reciente, con los gobiernos: Samper, Pastrana, Uribe y Santos. Los liberales hoy se llaman (Unidad Nacional) y los conservadores están sumados al (CD). En otras palabras, un falso bipartidismo. Está narrado en cien años de soledad: “la única diferencia actual entre liberales y conservadores, es que los liberales van a misa de cinco y los conservadores van a misa de ocho”.

Bajo un esquema endogámico, la derecha ha estado tácitamente aliada con la derecha más radical. Recordar que el sobrino de E. Santos (hoy Nobel de Paz) fue Ministro de A. Uribe y F. Santos su Vicepresidente entre 2002 y 2010. Además, el hijo de M. Pastrana (A. Pastrana) y el nieto de C. Lleras, (G. Vargas candidato) pueden pasar a la historia, siendo tan presidentes como sus parientes.

En la mayoría de los casos, los beneficiarios directos o indirectos de esta endogamia de “gente bien”, estudiamos en colegios y universidades similares, nos identificamos por la zona en que vivimos y los conocidos en común. Además, es difícil controlar la tendencia a leer, ver y hasta divertirnos en los mismos lugares. En ciertos casos, nos diferencian temas como el derecho exclusivo de las mujeres a decidir sobre su cuerpo o de las personas a construir alguna idea heterodoxa de familia, amor o vida. Pero en esencia, y (con fantásticas excepciones), en el modelo económico y estructural, comulgamos a la misma hora. Muchos amigos y personas que aprecio, nos beneficiamos de este sistema, trabajamos o dependemos de él y hasta se podría afirmar que hemos heredado un país mejor que el de 1958. Pero profundamente desigual.

Por culpa de los catastróficos ejemplos de la izquierda extrema, de la cual las Farc y el poder regente en Venezuela y Cuba son ejemplo, en Colombia no se ha podido disfrutar de la riqueza de un modelo de control político y de una oposición real. Por ello, se requiere con urgencia desarmar a todos los actores que determinan a los presidentes del interminable Frente Nacional. La paz nos costará construirla varias décadas. La utilidad de los dos premios Nobeles, dependerá de que estemos a la altura de los mismos y que como estirpes condenadas a cien años de soledad, aprovechemos por fin y para siempre la oportunidad que este proceso de paz nos brinda. En estos momentos de limbo jurídico-político y hasta de realismo mágico, resulta fundamental leer y releer la obra de Gabo y el informe del Centro Nacional de Memoria Histórica, ¡Basta ya!

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