Problemas de estructura de producción

El sector más dinámico en cuanto a participación en el producto ha sido el de servicios, que no ha sido el de mayor productividad.

En la entrevista que Juan Carlos Echeverry concedió recientemente a Yamid Amat para el diario El Tiempo, Echeverry no es tan optimista respecto al crecimiento de la economía este año. Dice que la mitad de los subsectores van a crecer más de 4.5 por ciento este año, pero, al mismo tiempo, explica por qué no van a crecer tanto como estaba previsto, y respecto a los que crecen menos, particularmente la agricultura, que no levanta cabeza, y la industria, que ha comenzado a flaquear es pesimista. Está diciendo quizá que no se va a llegar a cuatro por ciento de crecimiento de la economía en 2012.


    Respecto al de la agricultura y de la industria, reconoce que existen problemas y que le preocupan, pero insiste en que quizás no son tan importantes porque estos sectores solamente contribuyen en 20 por ciento al PIB. Esto debería ser una causa de suma preocupación, porque la participación declinante de la industria en el valor agregado y el estancamiento o retroceso continuo de la agricultura traen consigo problemas de productividad.


    La estructura de producción determina en parte la productividad de la economía. El crecimiento económico y la capacidad de un país para desarrollar su economía dependen del aumento en productividad y para que este tenga lugar es esencial que el sector industrial, el de mayor productividad, aumente su participación en la generación de valor agregado. En Colombia esa participación se está reduciendo.


    También sería deseable que la productividad del sector agropecuario creciera, pero la tendencia ha sido la contraria, y es posible que este año se haya acentuado. El último informe sobre empleo del Dane le atribuye al sector rural buena parte del crédito por el crecimiento del empleo, pero si la producción decrece, la productividad del sector tiene que estar cayendo.


    El sector más dinámico en cuanto a participación en el producto ha sido el de servicios, que no ha sido el de mayor productividad. Con el auge de la inversión en el sector minero y el aumento de la producción minera y energética ha mejorado marginalmente el panorama de la productividad, pero no lo suficiente.  


    Se necesita un esfuerzo deliberado para incrementar la productividad y este debe orientarse a aumentar la participación del sector industrial en el producto, y aumentar significativamente la productividad del sector servicios, incluido el gobierno. El aumento de  la participación del sector industrial no se logra si se sostiene o incrementa la protección para los sectores productores de bienes de consumo y otros bienes industriales. La capacidad de la industria de crecer dependiendo del mercado interno es muy limitada y debe buscar mercados externos. Pero para inducir estos cambios es necesaria la intervención proactiva del DNP y de Hacienda.


    El país tiene una oportunidad que no puede dejar pasar en la altillanura. La región al oriente de Puerto Gaitán puede convertirse en tierra prometida, y los grandes capitales colombianos ya están allí, atraídos por esa posibilidad. Pero el potencial para generar empleo productivo en el corto plazo y revertir la tendencia declinante de la agricultura está limitado por la falta de vías de acceso. Ahora, cuando se ha desacelerado la economía, y el panorama mundial no se despeja, es el momento para invertir en una carretera o un ferrocarril y en infraestructura fluvial que conecte a la altillanura con el Orinoco y con el centro del país. La decisión de invertir ya en esos proyectos productivos la toma el Ministerio de Hacienda, que no debería necesitar Diablo Rojo para hacerlo.

Credito
RUDOLF HOMMES

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