El otro siglo de las luces

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El New York Times del viernes pasado trae una noticia que puede señalar el estallido de otra revolución en el Caribe. Esta vez se trata de una revolución energética que puede tener enormes consecuencias positivas en la economía de las islas del Caribe y facilitar su desarrollo (“Caribbean Islands Agree to Swap Diesel Power for Renewable Sources”). A Colombia la afecta directamente porque señala oportunidades que ya habíamos identificado y están siendo discutidas para generar energía sostenible en San Andrés.

La noticia se refiere a una reunión de jefes de estado y altos miembros de gobiernos de varias islas del Caribe en la que se acordó que van a emprender la sustitución de energía diésel por otras fuentes renovables. El evento fue auspiciado por el archimillonario Richard Branson y el expresidente de Costa Rica José María Figueres, que son líderes de Carbon War Room, una organización que promueve el uso de fuentes de energía renovable en las islas pequeñas de la región y está organizando un club de 10 islas para sustituir las fuentes.

En representación del archipiélago de San Andrés asistieron la gobernadora y el Viceministro de Energía de Colombia, que ya están muy familiarizados con el tema porque desde hace algunos meses se ha venido socializando gracias a una generosa colaboración del accionista colombiano de la firma canadiense Papalote Ventures, que en noviembre del año pasado le entregó un estudio al Gobierno nacional que muestra cómo se puede reducir en más de 60 por ciento el costo de generación de energía en San Andrés (le he solicitado a la Secretaría General de la Presidencia colgar el estudio en su página web para que lo pueda ver quien desee hacerlo).

La energía en el archipiélago es una de las más caras del mundo y el Gobierno colombiano subsidia el 73 por ciento de la tarifa de energía eléctrica en San Andrés con 48 millones de dólares anuales, que paga el Gobierno al proveedor de energía, al que se debe dar crédito por haber manifestado a principios de este año su voluntad autónoma de discutir con el Gobierno y las autoridades isleñas un plan para sustituir fuentes de energía.

El acuerdo al que llegaron varias islas del Caribe en el evento auspiciado por Carbon War Room es completamente afín a lo que se propone en el estudio de Papalote Ventures y es la hoja de ruta que posiblemente se va a seguir. Al cabo de unos años se generarían 33MW con viento y 10MW con un generador alimentado por gas. Se ahorra 69 por ciento del costo anual de energía (casi todo el subsidio actual). Esta sustitución requiere de una inversión aproximada de USD$83 millones (USD$ 25 millones de capital y USD$ 58 millones de deuda).

Con la mitad del subsidio anual se paga el capital, y se hace una significativa contribución ambiental. Si San Andrés se une al club de las 10 islas del Caribe que emprenden ese camino, dispondrá recursos técnicos y financieros que el grupo puede gestionar conjuntamente. Puede ser el despertar en el Caribe de un nuevo siglo de las luces sostenibles.

Credito
RUDOLF HOMMES

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