Discapacidad, accidentalidad y movilidad

Según estudios recientes publicados por la Organización Mundial de la Salud, más de mil millones de personas en el mundo deben superar a diario barreras que les impiden su normal desempeño.

De ellas, cerca de 200 millones deben superar obstáculos considerados importantes. Los obstáculos principales son la discriminación, la estigmatización, la falta de atención en salud, frecuentemente negada, la falta de servicios de rehabilitación y la inaccesibilidad a los servicios de transporte. Al menos, 25 por ciento de las personas con incapacidad lo son por causa de los accidentes de tránsito. En las Américas, mueren anualmente 142 mil 252 personas en promedio y más de cinco millones quedan con lesiones permanentes, significando esta última cifra un alto costo en sufrimiento y recursos económicos. Entre el 75 y el 80 por ciento de los fallecimientos por accidente corresponde a hombres y un 20 a 25 por ciento a mujeres. En edades la mayor carga está en los jóvenes y adultos.


Las publicaciones de la OMS informan que más del 39 por ciento de las personas que fallecen por accidentes son los denominados usuarios vulnerables, peatones, ciclistas y motociclistas, fallecimientos atribuidos a la intemperancia de conductores, al alcohol mientras se maneja o a la imprudencia de los vulnerables. Por cada persona que muere en un accidente de tránsito 15 individuos son hospitalizados y 70 son atendidos en servicios de urgencias, gravando los presupuestos de salud de los países.


En el campo de la ingeniería del transporte y la movilización, se maneja el concepto de la motorización definida como la transición de medios de transporte no motorizados (a pie, en la bicicleta o en el caballo en la zona rural) a medios de transporte motorizados, aquellos que utilizan gasolina o gas. El indicador de motorización más usado es el número de vehículos de motor  por cada mil habitantes. El proceso de motorización se ha acelerado en Colombia y, por supuesto, en Ibagué, especialmente en lo que respecta a las motos.


Además, el informe de la OMS y otras publicaciones tiene que ver con la cultura ciudadana y el respeto hacia las personas discapacitadas (físicas en sillas de ruedas, invidentes y ancianos limitados). La intolerancia y la falta de vías y transporte adecuados para esta población son consideradas como un problema social y de salud pública. Es frecuente la escena de un conductor de bus, taxi o particular irrespetando el paso de un discapacitado en silla de ruedas por la demarcación de la cebra en la vía.


A propósito, la reciente semana se llevó a cabo un interesante conversatorio en el marco de la Política Pública de Discapacidad de Ibagué, en el que participaron el secretario de Tránsito y Movilidad, Alfonso Pineda; el director Operativo, Mauricio Alarcón, y las diferentes asociaciones de discapacitados del municipio. En el evento, los altos directivos presentaron a los participantes discapacitados el nuevo Plan Estratégico de Transporte y Movilidad y la Vía de Excelencia (carrera Quinta entre calles 10 y 42), explicando los puntos neurálgicos del plan ya financiado con recursos nacionales y municipales. Los representantes de la discapacidad hicieron los aportes y observaciones necesarias para que la nueva movilidad sea incluyente en el transporte público y en la utilización de las vías.


Se continuará la inclusión de los discapacitados en el plan vial, con una campaña ciudadana para eliminar la triste escena de un discapacitado o invidente intimidado o insultado por un intemperante conductor.

Credito
PABLO ISAZA

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