Estrés y enfermedad de Alzheimer (II)

Cada día se comprueban aspectos que tienen que ver con la prevención, como son los estilos de vida saludable, entre ellos el ejercicio físico, la actividad intelectual y la sana alimentación para evitar la obesidad.

Que el estrés de la vida moderna, también denominado estrés crónico suave, puede ser un desencadenante de la enfermedad de Alzheimer en personas predispuestas genéticamente a padecer la enfermedad, es ya un hecho comprobado en animales de laboratorio. Grupos de investigación, en distintos centros del mundo, continúan ahondando en la comprensión, epidemiologia, diagnóstico, tratamiento y prevención de la enfermedad que rápidamente escala los primeros lugares como causa de morbilidad y mortalidad. Así, cada día se comprueban aspectos que tienen que ver con la prevención, como son los estilos de vida saludable, entre ellos el ejercicio físico, la actividad intelectual y la sana alimentación para evitar la obesidad.  

Investigaciones demuestran que el café actúa de múltiples maneras en el cerebro, regulando mecanismos que conducen a la pérdida de memoria por causa de estrés. Un estudio de laboratorio llevado a cabo con en ratones a los que se dio a beber café durante tres semanas, previno la aparición de pérdida de memoria. Más importante aún, los investigadores desarrollaron un modelo del denominado estrés social, aquel que padecemos por causa de actividades como conducir vehículos en un tránsito caótico y ruidoso o el permanecer en largas filas para realizar un trámite sencillo como pagar un servicio. Los ratones tomaron una dosis de café equivalente a tres tazas para el ser humano, experimentando una disminución en los niveles de estrés y un equilibrio en el estado de ánimo; además, el café demostró actuar robustamente, según término utilizado por los científicos, sobre la actitud para manejar el estrés y condicionar un estado de ánimo positivo.


El café puede ser considerado como una sustancia psicoactiva y se le puede asociar con el consumo de drogas; se dice que quien toma café, fuma; o que las personas adictas consumen más café de lo normal. Sin embargo, esto no está comprobado científicamente, pues no son muchas las investigaciones en este sentido. Lo que sí esta probado es que el café produce sensación de bienestar, sentido de alerta, motivación, eficiencia, concentración y que su beneficio sobre la memoria es más que una suposición tanto en animales como en humanos. Se han practicado estudios en voluntarios para contrastar la acción de otras sustancias y, a pesar de ciertas limitaciones, estos han demostrado que el café produce efectos benéficos sobre el intelecto en los humanos; otras sustancias no han probado ser superiores al café.  


Se estudian, además, los beneficios del café en otras enfermedades como la de Parkinson; los doctores Rodrigo A. Cunha y Paula M. Agostinho, del Centro de Neurociencias de la Universidad de Coímbra, Portugal, han encontrado la utilidad del consumo de la bebida en el manejo de la enfermedad. En una reciente publicación este grupo ha llamado la atención sobre el hábito de la bebida y su acción positiva frente a la pérdida de memoria e inclusive demencia en los enfermos de diabetes.


Estrés crónico suave, enfermedad de Alzheimer, enfermedad de Parkinson, diabetes y pérdida de memoria están ligados positivamente a los beneficios del café, lo que es una buena noticia para uno de los primeros productores de la bebida en el mundo.

Credito
PABLO ISAZA M.D.

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